Evangelio según san Mateo 5, 1-12
Gloria a ti, Señor.En aquel tiempo, al ver tanta gente Jesús subió a la montaña, se sentó y se le acercaron sus discípulos; enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:
"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan contra ustedes toda clase de calumnias por causa mía. Alégrense y regocíjense, porque su premio será grande en los cielos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
1 de noviembre 2020. Padre Gustavo E. Jamut, omv.
Apocalipsis del apóstol san Juan 7, 2-4.9-14
Yo, Juan, vi otro ángel que venía del oriente; traía el sello del Dios vivo y gritó con voz poderosa a los cuatro ángeles encargados de hacer daño a la tierra y al mar:
"¡No dañen a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello en la frente a los servidores de nuestro Dios!"
Y oí el número de los que habían sido marcados: eran ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.
Vi luego una muchedumbre enorme que nadie podía contar. Gentes de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con túnicas blancas y con palmas en sus manos. Y clamaban con voz poderosa:
"¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!"
Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro a tierra ante el trono y adoraron a Dios, diciendo:
"Amén. Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén".
Entonces uno de los ancianos me preguntó:
"¿Quiénes son y de dónde han venido éstos que llevan túnicas blancas?"
Yo le respondí:
"Señor mío, lo sabrás".
El me dijo:
"Estos son los que vienen de la gran persecución, los que han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo 23, 1-2.4ab.5-6
Estos son los que buscan al Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el mundo y todos sus habitantes, pues él la estableció sobre los mares, él la fundó sobre los ríos.
Estos son los que buscan al Señor.
¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Quién podrá estar en su recinto sagrado? El hombre de manos puras y limpio corazón.
Estos son los que buscan al Señor.
Este recibirá la bendición del Señor, y Dios, su salvador, lo proclamará inocente.
Estos son los que buscan al Señor.
Primera carta del apóstol san Juan 3, 1-3
Queridos hermanos: Consideren el amor tan grande que nos ha demostrado el Padre: hasta el punto de llamarnos hijos de Dios; y en verdad lo somos. El mundo no nos conoce, porque no lo ha conocido a él.
Hermanos queridos, ahora ya somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Todos los Santos .
Apocalipsis del apóstol san Juan 7, 2-4.9-14
Yo, Juan, vi otro ángel que venía del oriente; traía el sello del Dios vivo y gritó con voz poderosa a los cuatro ángeles encargados de hacer daño a la tierra y al mar:
"¡No dañen a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello en la frente a los servidores de nuestro Dios!"
Y oí el número de los que habían sido marcados: eran ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.
Vi luego una muchedumbre enorme que nadie podía contar. Gentes de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con túnicas blancas y con palmas en sus manos. Y clamaban con voz poderosa:
"¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!"
Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro a tierra ante el trono y adoraron a Dios, diciendo:
"Amén. Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén".
Entonces uno de los ancianos me preguntó:
"¿Quiénes son y de dónde han venido éstos que llevan túnicas blancas?"
Yo le respondí:
"Señor mío, lo sabrás".
El me dijo:
"Estos son los que vienen de la gran persecución, los que han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo 23, 1-2.4ab.5-6
Estos son los que buscan al Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el mundo y todos sus habitantes, pues él la estableció sobre los mares, él la fundó sobre los ríos.
Estos son los que buscan al Señor.
¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Quién podrá estar en su recinto sagrado? El hombre de manos puras y limpio corazón.
Estos son los que buscan al Señor.
Este recibirá la bendición del Señor, y Dios, su salvador, lo proclamará inocente.
Estos son los que buscan al Señor.
Primera carta del apóstol san Juan 3, 1-3
Queridos hermanos: Consideren el amor tan grande que nos ha demostrado el Padre: hasta el punto de llamarnos hijos de Dios; y en verdad lo somos. El mundo no nos conoce, porque no lo ha conocido a él.
Hermanos queridos, ahora ya somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
La Iglesia celebra esta solemnidad en honor de todos los santos, o sea, de todos los fieles que murieron en Cristo y con Él han sido ya glorificados en el cielo. Esta fiesta nos recuerda, pues, los méritos de todos los cristianos, de cualquier lengua, raza, condición y nación, que están ya en la casa del Padre, aunque no hayan sido canonizados ni beatificados; nos invita a pedirles su ayuda e intercesión ante el Señor; y nos estimula a seguir su ejemplo, múltiple y variado, en nuestra vida cristiana.
Dios todopoderoso y eterno, que nos has otorgado celebrar en una misma fiesta los méritos de todos los santos, concédenos, por esta multitud de intercesores, la deseada abundancia de tu misericordia y tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Del Apocalipsis: «Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con voz potente: "¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!". Y todos los ángeles que estaban de pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y adoraron a Dios, diciendo: "Amén.
La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén"» (Ap 7,9-12).
Plegaria de San Francisco: «A la gloriosa madre, la beatísima María siempre Virgen, a los bienaventurados Miguel, Gabriel y Rafael, y a todos los coros celestiales, a los bienaventurados Juan Bautista, Juan Evangelista, Pedro, Pablo, y a los bienaventurados patriarcas, profetas, inocentes, apóstoles, evangelistas, mártires, confesores, vírgenes, y a todos los santos que fueron y que serán y que son, humildemente les suplicamos por tu amor que te den gracias como te place, a ti, sumo y verdadero Dios, eterno y vivo, con tu Hijo carísimo, nuestro Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya» (cf. 1 R 23,6).
Invoquemos con alegría a Dios, corona de todos los santos, y digámosle: Sálvanos, Señor, por la intercesión de los santos.
Dios sapientísimo, que por medio de Cristo has constituido a los apóstoles fundamento de tu Iglesia, conserva a tus fieles en la doctrina que ellos enseñaron.
Tú que has dado a los mártires la fortaleza del testimonio, hasta derramar su sangre, haz de los cristianos testigos fieles de tu Hijo.
Tú que has dado a las santas vírgenes el don insigne de imitar a Cristo virgen, haznos comprender la virginidad a ti consagrada como una señal particular de los bienes celestiales.
Tú que manifiestas en todos los santos tu presencia, tu rostro, tu palabra y tu amor, otorga a tus fieles sentirse cada vez más cerca de ti por su imitación.
Concédenos, Dios Padre nuestro, la protección de todos los santos, a fin de que, por su intercesión, obtengamos los dones de tu amor que te pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Plegaria de San Francisco: «A la gloriosa madre, la beatísima María siempre Virgen, a los bienaventurados Miguel, Gabriel y Rafael, y a todos los coros celestiales, a los bienaventurados Juan Bautista, Juan Evangelista, Pedro, Pablo, y a los bienaventurados patriarcas, profetas, inocentes, apóstoles, evangelistas, mártires, confesores, vírgenes, y a todos los santos que fueron y que serán y que son, humildemente les suplicamos por tu amor que te den gracias como te place, a ti, sumo y verdadero Dios, eterno y vivo, con tu Hijo carísimo, nuestro Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya» (cf. 1 R 23,6).
Invoquemos con alegría a Dios, corona de todos los santos, y digámosle: Sálvanos, Señor, por la intercesión de los santos.
Dios sapientísimo, que por medio de Cristo has constituido a los apóstoles fundamento de tu Iglesia, conserva a tus fieles en la doctrina que ellos enseñaron.
Tú que has dado a los mártires la fortaleza del testimonio, hasta derramar su sangre, haz de los cristianos testigos fieles de tu Hijo.
Tú que has dado a las santas vírgenes el don insigne de imitar a Cristo virgen, haznos comprender la virginidad a ti consagrada como una señal particular de los bienes celestiales.
Tú que manifiestas en todos los santos tu presencia, tu rostro, tu palabra y tu amor, otorga a tus fieles sentirse cada vez más cerca de ti por su imitación.
Concédenos, Dios Padre nuestro, la protección de todos los santos, a fin de que, por su intercesión, obtengamos los dones de tu amor que te pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
fuentes: franciscanos.org
evangelio: IESVS.org
Sexto Dia de la Novena a Maria Madre de las Almas Consagradas
Pidamos con fe,
por las Intenciones de Maria Santisima
por mas vocaciones religiosas y laicos que deseen rezar y ser apostoles
por las congregaciones sacerdotales y religiosas
para que la Madre de las Almas Consagradas sea reconocida en la Iglesia
para que muchas personas la conozcan y difundan
por todos nosotros y las intenciones que traemos
por la salud de todo el mundo
por la vida consagrada
por las familias en el mundo entero
por la paz
Rezamos el Santo Rosario
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