Madre de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote,
fuente de reconciliación para el mundo,
derrama sobre nosotros su luz, su amor, su perdón.
Madre de la Vocación,
Madre de los sacerdotes;
hazlos puros, hazlos limpios,
vibrantes en la oración. Hazlos fuertes en la esperanza,
firmes en el amor ...
fuentes vivas, llamas nuevas, murallas de la ciudad de Dios.
Haz que sean santos y sean sacerdotes según el Corazón de Jesús.
Amen
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de Tu amor Envía Señor Tu Santo Espíritu…
Y renovarás la faz de la Tierra.
Señor Jesús, humildemente postrados ante Ti
queremos presentarte nuestro homenaje de fe y de amor, de gratitud y de adoración,
poniendo en tus manos todo lo que somos y tenemos.
En unión con tu Madre, venimos aquí para acompañarte y encontrarte como Amigo de nuestras almas y Luz de nuestras vidas.
Venimos a pedirte, en espíritu de profunda súplica, por el mundo, por todos los hombres, por tus sacerdotes y hombres y mujeres de vida consagrada. De manera muy especial, te imploramos que Tú, oh Señor y dueño de la mies, envíes numerosos y santos obreros para que cosechen lo que Tú mismo has sembrado en las almas.
Necesitamos hombres que presten sus labios para hablamos de Ti, sus pies para recorrer todo el mundo predicando tu Evangelio, sus manos para bendecirnos, sus ojos para ver en ellos reflejada tu mirada de Padre amoroso. Te necesitamos, Señor.
Te necesita el mundo y la Iglesia. Por eso, te lo pedimos con humildad, te lo rogamos con ardor, envíanos sacerdotes, depositarios de tu poder salvador; envíanos sacerdotes que sean luz en las tinieblas del mundo, sal que nos libre de la corrupción del mal y del pecado. Envía, Señor, obreros a tu mies.
Oremos
A todos tus sacerdotesDales tu ciencia y tus virtudes, Señor …
Te rogamos óyenos Dales paciencia, caridad, obediencia y benignidad …
Te rogamos óyenos
Te rogamos óyenos
Dales amor al estudio y un intenso amor a la Eucaristía …
Te rogamos óyenos
Te rogamos óyenos
Dales celo ardiente por las almas y fuego divino para que abrasen los corazones …
Te rogamos óyenos
Te rogamos óyenos
Dales humildad, talento y respeto a su dignidad …
Te rogamos óyenos
Te rogamos óyenos
Dales delicadeza en observar la rúbricas y en cuidar la celebración de los sacramentos …
Te rogamos óyenos
Te rogamos óyenos
Dales grande sumisión al Santo Padre Francisco y a sus obispos …
Te rogamos óyenos
Te rogamos óyenos
Dales horror a las cosas del mundo, dales rectitud y justicia …
Te rogamos óyenos
Te rogamos óyenos
Dales un gran amor a María y a los santos …
Te rogamos óyenos
Te rogamos óyenos
Dales el don de consejo, fortaleza en sus trabajo y un grande amor a la Cruz…
Te rogamos óyenos
Dales resignación en sus penas, caridad universal con las almas y generosidad …
Te rogamos óyenos
Dales resignación en sus penas, caridad universal con las almas y generosidad …
Te rogamos óyenos
Dales arrepentimiento de sus pecados, ansia de enmendar su vida, de ser sacerdotes según tu Corazón y de alcanzar la santidad …
Te rogamos óyenos
Padre Nuestro ,AveMaria, Gloria
Renueva en todos tus sacerdotes,
en los fervorosos y en los abatidos,
en los que luchan,
en los que te aman con ardor,
en los que han perdido la esperanza,
el amor a Ti y a tu Iglesia.
Que resplandezcan en sus vidas las virtudes de la pureza y la obediencia,
la paciencia y la caridad, la dulzura y la comprensión,
el celo ardiente por la salvación de las almas,
la humildad y la sencillez.
Danos sacerdotes según tu corazón.
Inspira y ayuda, Señor,
Inspira y ayuda, Señor,
a los sacerdotes que trabajan en los seminarios y casas de formación
para que den a tu Iglesia santos, doctores, mártires, apóstoles,
una nueva generación de testigos de Cristo inspirados
de un nuevo ardor misionero para la nueva evangelización.
Envíanos, Señor, sacerdotes santos.
Te pedimos, Señor, por todos aquellos que consagran sus vidas
a la pastoral vocacional para que en nombre de Cristo no dejen de lanzar
las redes para dar a la Iglesia las vocaciones que necesita para cumplir
con su misión.
Te ofrecemos,
¡oh Padre!, en favor de las vocaciones religiosas
y sacerdotales por las manos purísimas de María,
la Sangre preciosa de Jesús, que purifica, redime y salva.
Y Tú, Espíritu Santo, que tanto amas a la Iglesia y que eres su alma
y su vida, dígnate escuchar las súplicas que hacemos por ellos.
Te lo pedimos por María Inmaculada, auxilio, consuelo, espejo
y guía de todos los Sacerdotes. Amén.
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