A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

domingo, 24 de febrero de 2013

María Madre y Reina de la Iglesia bendice a nuestro Santo Padre


MIÉRCOLES 27 DE FEBRERO  12.30 HS.
 

Santa Misa en la Iglesia Catedral de Buenos Aires por el Santo Padre Benedicto XVI en el final de su Supremo Pontificado, presidida por Mons. Joaquín M. Sucunza , Obispo Auxiliar y Vicario General de la Arquidiócesis.



PARA REZAR AL FINALIZAR LA SANTA MISA DE ESTE FIN DE SEMANA

Oremos por nuestro Santo Padre Benedicto XVI, para que el Señor le retribuya con el premio de su reconocimiento y bendición por estos años de luminoso pontificado.



Jesús Señor y Esposo de la Iglesia: renovamos en tu presencia nuestra adhesión incondicional a tu Vicario en la tierra, el Papa. Hoy especialmente te agradecemos por el fecundo ministerio llevado durante estos años por Benedicto XVI. En él Tú has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir. Creemos firmemente que, por medio de él, Tú nos has gobernado, enseñado, santificado, y bajo su cayado formamos la verdadera Iglesia : una, santa, católica y apostólica. Concédenos la gracia de amar, vivir y propagar como hijos fieles sus enseñanzas.



Cristo Jesús cuídalo en este momento de su vida temporal para que con su oración piadosa pueda seguir sirviendo a la Iglesia Católica , con la misma luz y gracia que lo hizo desde su juventud como sacerdote fiel, teólogo insigne, obispo y padre de su grey, colaborador del beato Juan Pablo y finalmente como Pastor Supremo de la Iglesia.



María Madre y Reina de la Iglesia bendice a nuestro Santo Padre y consigue que Jesús, un día, lo premie con la corona reservada para los Pastores fieles y prudentes que han dado el alimento al Pueblo Santo en el momento oportuno.



 
Arzobispado de Buenos Aires

domingo, 17 de febrero de 2013

"Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé, y en tus angustias estaré contigo, te libraré de ellas y te colmaré de honores".


Bienaventurado el varón que soporta la tentación –dice el Apóstol Santiago– porque, probado, recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a los que le aman.


Lectura del libro del Deuteronomio 26, 4-10

En aquel tiempo, dijo Moisés al pueblo:
"Cuando presentes las primicias de tus cosechas, el sacerdote tomará la canasta de tus manos y la pondrá ante el altar del Señor tu Dios. Entonces, tú dirás estas palabras ante el Señor tu Dios:
"Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto y se estableció allí con muy pocas personas; pero luego creció hasta convertirse en una gran nación, potente y numerosa.
Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron una dura esclavitud.
Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra humillación, nuestros trabajos y nuestra angustia. El Señor nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo protector, entre un terror muy grande, señales y portentos; nos trajo a este país y nos dio esta tierra, que mana leche y miel. Por eso ahora yo traigo aquí las primicias de la tierra que tú, Señor, me has dado"
Una vez que hayas dejado tus primicias ante el Señor, te postrarás ante él para adorarlo".
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.


 Salmo 90
Tú eres mi Dios y en ti confío.
Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del todopoderoso, dile al Señor: "Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío".
Tú eres mi Dios y en ti confío.
No te sucederá desgracia alguna, ninguna calamidad caerá sobre tu casa, pues el Señor ha dado a sus ángeles la orden de protegerte adondequiera que vayas.
Tú eres mi Dios y en ti confío.
Los ángeles de Dios te llevarán en brazos para no te tropieces con las piedras, podrás pisar los escorpiones y las víboras y dominar las fieras.
Tú eres mi Dios y en ti confío.
"Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé, y en tus angustias estaré contigo, te libraré de ellas y te colmaré de honores".
Tú eres mi Dios y en ti confío.



Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 8-13 


Hermanos: La Escritura afirma: "Muy a tu alcance, en tu boca y en tu corazón, se encuentra la salvación", esto es, el asunto de la fe que predicamos. Porque basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda salvarse.
En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad, y declarar con la boca para alcanzar la salvación. Por eso dice la Escritura: "Quienquiera que crea en él no quedará defraudado", porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan; pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado por él.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.





† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 1-13

Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y, conducido por el mismo Espíritu se internó en el desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por el demonio.
No comió nada en todos esos días y, cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo:
"Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan".
Jesús le contestó:
"Está escrito:
"No sólo de pan vive el hombre"".
Después lo llevó el diablo a un monte elevado y, en un instante, le hizo ver todos los reinos de la tierra, y le dijo:
"A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras".
Jesús le respondió:
"Está escrito: "Adorarás al Señor tu Dios, y sólo a él servirás"".
Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo:
"Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí; porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras".
Pero Jesús le respondió: "También está escrito: "No tentarás al Señor tu Dios"".
Concluidas las tentaciones, el diablo se alejó de Jesús hasta que llegara la hora.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.




Oremos Hermanos y Hermanas a Dios por nuestras intenciones


Por la Iglesia, el Santo Padre, los sacerdotes y las almas consagradas para que el Señor las fortalezca y les dé paz en esta cuaresma
roguemos al Señor.
Te lo pedimos Padre, escúchanos.
Para que en este tiempo de Cuaresma, Dios conceda a todos los fieles la fuerza necesaria para luchar contra el mal, convertirse de su mala conducta y retornar al camino del bien, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Padre, escúchanos.
Para que quienes abundan en bienes de la tierra, sepan moderar el uso de sus propias riquezas en provecho de los necesitados y no vivan absortos en los bienes de este mundo, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Padre, escúchanos.
Para que quienes se han alejado de la Iglesia a causa de nuestros escándalos o de nuestra tibieza, se reincorporen a la familia de Dios, y a nosotros el Señor nos perdone el pecado de escándalo, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Padre, escúchanos.
Para que nuestros corazones lleguen a ser por medio de la penitencia cuaresmal, aquella tierra fecunda en la que la palabra de Dios produce fruto del ciento por uno, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Padre, escúchanos.
 

Escucha, Señor, la voz de tu Iglesia que desde el desierto del mundo te invoca, extiende sobre nosotros tu mano misericordiosa y haz que, por medio de la penitencia, la austeridad y la oración, venzamos las tentaciones que nos acechan..Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 Señor, que esta meditacion del Evangelio aumente en nosotros la fe, la esperanza, refuerce la caridad y nos enseñe a sentir hambre de Cristo, que es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que proceda de tu boca. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

“La Cuaresma conmemora los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto, como preparación de esos años de predicación, que culminan en la Cruz y en la gloria de la Pascua. Cuarenta días de oración y de penitencia. Al terminar, tuvo lugar la escena que la liturgia de hoy ofrece a nuestra consideración, recogiéndola en el Evangelio de la Misa: las tentaciones de Cristo (Cfr. Mt 4, 1-11). 


El Señor, como se nos recuerda en el Prefacio de la Misa de hoy, nos enseña con su actuación cómo hemos de vencer las tentaciones y además quiere que saquemos provecho de las pruebas por las que vamos a pasar. Él “permite la tentación y se sirve de ella providencialmente para purificarte, para hacerte santo, para desligarte mejor de las cosas de la tierra, para llevarte a donde Él quiere y por donde Él quiere, para hacerte feliz en una vida que no sea cómoda, y para darte madurez, comprensión y eficacia en tu trabajo apostólico con las almas, y... sobre todo para hacerte humilde, muy humilde”S. Canals, Ascética Meditada,
Bienaventurado el varón que soporta la tentación –dice el Apóstol Santiago– porque, probado, recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a los que le aman.

Terminamos nuestra meditacion refleccionando con una parte de la carta del Cardenal Bergoglio..
"Este año de la fe que transitamos es también la oportunidad que Dios nos regala para crecer y madurar en el encuentro con el Señor que se hace visible en el rostro sufriente de tantos chicos sin futuro, en la manos temblorosas de los ancianos olvidados y en las rodillas vacilantes de tantas familias que siguen poniéndole el pecho a la vida sin encontrar quien los sostenga.
Les deseo una santa Cuaresma, penitencial y fecunda Cuaresma y, por favor, les pido que recen por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
Paternalmente
 Card. Jorge Mario Bergoglio s.j.

A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

ORACION
Divino Corazón de Jesús, Corazón lleno de celo por la gloria de tu Padre, te rogamos por todos los sacerdotes, Señor. Por tu Espíritu Santo llénalos de fe, de celo y amor. Así sea.

"Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño,
te rogamos que por el inmenso amor y misericordia
de Tu Sagrado Corazón,
atiendas todas las necesidades de tus sacerdotes.
Te pedimos que retomes en Tu Corazón
todos aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino,
que enciendas de nuevo el deseo de santidad
en los corazones de aquellos sacerdotes
que han caído en la tibieza,
y que continúes otorgando a tus sacerdotes fervientes
el deseo de una mayor santidad.
Unidos a tu Corazón y el Corazón de María,
te pedimos que envíes esta petición a Tu Padre celestial
en la unidad del Espíritu Santo. Amén."
 Dios, Padre y Pastor de todos los hombres, Tú quieres que no falten hoy día, hombres y mujeres de fe, que consagren sus vidas al servicio del evangelio y al cuidado de la Iglesia.

Haz que tu Espíritu Santo ilumine los corazones, y fortalezca las voluntades de tus fieles, para que, acogiendo tu llamado, lleguen a ser los Sacerdotes y Diáconos, Religiosos, Religiosas y Consagrados que tu Pueblo necesita.

La cosecha es abundante, y los operarios pocos. Envía, Señor, operarios a tu mies. Amén.

Oracion a Maria Madre de las Almas Consagradas

¡Oh Santísima Virgen María te invoco como Madre de las personas consagradas! Concédenos profundizar cada día más en el amor a Jesús Eucaristía y vivir de tal manera que podamos así, llevar muchas almas al concocimiento de Cristo. Que nuestra entrega se refleje en la unión y caridad en vida cristiana y que todas nuestras acciones sean guiadas por tu mano. Que la vida de infancia espiritual, la confianza en Dios, el amor a Jesús en el Santísimo Sacramento, la oración y abnegación por los sacerdotes y el celo por atraer las almas a la Divina Eucaristía, sean tarea permanente, compromiso con nuestros hermanos con un sólo corazón en el amor. Amén
 
(CON PERMISO ECLESIÁSTICO)


sábado, 16 de febrero de 2013

Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.

»He hallado un médico que habita en el Cielo, pero que distribuye sus medicinas en la tierra. Solo Él puede curar mis heridas, porque no las padece; solo Él puede quitar del corazón la pena y del alma el temor, porque conoce las cosas más íntimas»






Misericordia quiero y no sacrificios, dice el Señor; que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
"No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".
 


foto del blog de Irene


Lectura del libro del profeta Isaías 58, 9b-14 

Esto dice el Señor:
"Si alejas de ti toda opresión, si dejas de acusar con el dedo y de levantar calumnias, si repartes tu pan al hambriento y sacias al que desfallece, entonces surgirá tu luz en las tinieblas y tu oscuridad se convertirá en mediodía. El Señor te guiará siempre, te saciará en el desierto y te fortalecerá. Serás como un huerto regado, como un manantial inagotable;reconstruirás viejas ruinas, edificarás sobre los antiguos cimientos. Te llamarán "reparador de brechas" y "restaurador de viviendas en ruinas".
Si observas el descanso del sábado y no haces negocios en mi día santo; si consideras al sábado tu delicia y lo consagras a la gloria del Señor; si lo honras absteniéndote de viajes y evitas hacer negocios y contratos, entonces el Señor será tu delicia. Te encumbraré en medio del país y disfrutarás de la herencia de tu antepasado Jacob. Es el Señor quien lo dice".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

  



Salmo  85

Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Hazme caso, Señor, escúchame, que soy humilde y necesitado; protege mi vida, pues soy un fiel tuyo; tú eres mi Dios, salva a tu siervo que confía en ti.
Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Ten piedad de mí, Señor, pues te invoco todo el día; colma de alegría a tu siervo, pues en ti, Señor, me refugio.
Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Tú eres, Señor, bueno e indulgente, lleno de amor con todos los que te invocan. Escucha mi oración, Señor, atiende mi súplica.
Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.


No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el Señor.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.




† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 27-32

Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, vio Jesús a un recaudador de impuestos, llamado Leví, que estaba sentado en su oficina de impuestos, y le dijo:
"Sígueme".
El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Después Leví le ofreció un gran banquete en en su casa, al que también había invitado a muchos de los que recaudaban impuestos para Roma y a otras personas. Los fariseos y los escribas murmuraban contra los discípulos de Jesús y decían:
"¿Por qué comen y beben con recaudadores de impuestos y pecadores?"
Jesús les respondió:
"No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


Refleccion



Jesús viene a ofrecer su reino a todos los hombres, su misión es universal. «El diálogo de salvación no quedó condicionado por los méritos de aquellos a quienes se dirigía, se abrió para todos los hombres sin discriminación alguna...»
Pablo VI, Enc. Ecclesiam suam

Jesús viene para todos, pues todos andamos enfermos y somos pecadores, nadie es bueno, sino uno, Dios. Mc 10, 18
Todos debemos acudir a la misericordia y al perdón de Dios para tener vida -Cfr. Jn 10, 28 -
 y alcanzar la salvación. 
La humanidad no está dividida en dos bloques: quienes ya están justificados por sus fuerzas, y los pecadores. Todos necesitamos, cada día, del Señor.
Las palabras del Señor que se nos presenta como Médico nos mueven a pedir perdón con humildad y confianza por nuestros pecados. Le decimos hoy, con Santa Teresa: «¡Oh qué recia cosa os pido, verdadero Dios mío: que queráis a quien no os quiere, que abráis a quien no os llama, que deis salud a quien gusta de estar enfermo y anda procurando la enfermedad! Vos decís, Señor mío, que venís a buscar a los pecadores. Éstos, Señor son los verdaderos pecadores. No miréis nuestra ceguedad, mi Dios, sino la mucha sangre que derramó vuestro Hijo por nosotros, resplandezca vuestra misericordia en tan crecida maldad; mirad, Señor, que somos hechura vuestra»Santa Teresa, Exclamaciones, 8. Si acudimos así a Jesús, con humildad, siempre tendrá misericordia de nosotros y de aquellos a quienes procuramos acercar a Él.



«Reflexionando sobre la función del sacramento de la Penitencia –dice el Papa Juan Pablo II–, la conciencia de la Iglesia descubre en él, además del carácter de juicio..., un carácter terapéutico o medicinal. Y esto se relaciona con el hecho de que es frecuente en el Evangelio la presentación de Cristo como Médico, mientras su obra redentora es llamada a menudo, desde la antigüedad cristiana, medicina salutis. “Yo quiero curar, no acusar” –decía San Agustín refiriéndose a la práctica pastoral penitencial–, y, gracias a la medicina de la Confesión, la experiencia del pecado no degenera en desesperación». Termina en una gran paz, en una inmensa alegría. Contamos siempre con el aliento y la ayuda del Señor para volver y recomenzar. Él es quien dirige la lucha, y «un jefe en el campo de batalla estima más al soldado que, después de haber huido, vuelve y ataca con ardor al enemigo, que al que nunca volvió la espalda, pero tampoco llevó nunca a cabo una acción valerosa». No solo se santifica el que nunca cae sino el que siempre se levanta. Lo malo no es tener defectos –porque defectos tenemos todos–, sino pactar con ellos, no luchar. Y Cristo nos cura como Médico y luego nos ayuda a luchar.

Debemos llegarnos a Él como aquellas gentes sencillas que le rodeaban. Como acudían los ciegos, los cojos, los paralíticos..., que deseaban ardientemente su curación. Solo aquel que se sabe y se siente manchado experimenta la necesidad profunda de quedar limpio; solamente quien es consciente de sus heridas y de sus llagas experimenta la urgencia de ser curado. Hemos de sentir la inquietud por curar aquellos puntos que nuestro examen de conciencia general o particular nos enseña que deben ser sanados.

Mateo dejó aquel día su antigua vida para recomenzar otra nueva junto a Cristo. 




Hoy podemos hacer nuestra esta oración de San Ambrosio: «También yo como él quiero dejar mi antigua vida y no seguir a otro más que a ti, Señor, que curas mis heridas. ¿Quién podrá separarme del amor a Dios que se manifiesta en ti?... Estoy atado a la fe, clavado en ella; estoy atado por los santos vínculos del amor. Todos tus mandamientos serán como un cauterio que tendré siempre adherido a mi cuerpo...; la medicina escuece, pero aleja la infección de la llaga. Corta, pues, Señor Jesús, la podredumbre de mis pecados. Mientras me tienes unido con los vínculos del amor, corta cuanto esté infecto. Ven pronto a sajar las pasiones escondidas, secretas y múltiples; saja la herida, no sea que la enfermedad se propague a todo el cuerpo.

»He hallado un médico que habita en el Cielo, pero que distribuye sus medicinas en la tierra. Solo Él puede curar mis heridas, porque no las padece; solo Él puede quitar del corazón la pena y del alma el temor, porque conoce las cosas más íntimas»

 Muchos de los amigos de Mateo que estuvieron con Jesús en aquel banquete se sentirían acogidos y comprendidos por el trato amable del Señor. Tendría con ellos, sin duda, singulares muestras de amistad. Más tarde, se convertirían a Él de todo corazón y aceptarían plenamente su doctrina, que les obligaba a cambiar de vida en muchos puntos. Formarían parte de la primitiva comunidad de cristianos en Palestina.

Los amigos de Mateo encontraron al Maestro en un banquete. Jesús aprovechó siempre cualquier circunstancia para llevar a las gentes a la salvación. También en esto debemos imitarle en nuestro apostolado personal.





Caballeros de Colón, orden fraternal católica de beneficencia, invitaron a los más de 1.8 millones miembros de todo el mundo a rezar diariamente la oración de agradecimiento por el ministerio del Papa Benedicto XVI y por el futuro pontífice.


 
Oración de los Caballeros de Colón:

“Oh Señor Jesucristo, Pastor Supremo de tu Iglesia,
te damos gracias por el ministerio del Papa Benedicto XVI
y el cuidado desinteresado con el que nos ha llevado
como Sucesor de Pedro, y su Vicario en la tierra.
Buen Pastor, quien fundó su Iglesia
en la roca de la fe de Pedro
y nunca ha dejado a su rebaño desatendido,
mira con amor sobre nosotros ahora,
y sostén tu Iglesia en la fe, la esperanza y la caridad.
Danos, Señor Jesús, en Tu infinito amor por nosotros,
un nuevo Papa para tu iglesia
que te agrade por su santidad
y nos lidere fielmente a ti,
que eres el mismo ayer, hoy y siempre".
Amén.




lunes, 11 de febrero de 2013

¡Salve, Madre santa, Virgen, Madre del Rey, que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos!

Dios de misericordia, remedia con el amparo del cielo nuestro desvalimiento, para que, cuantos celebramos la memoria de la inmaculada Virgen María, Madre de Dios, podamos, por su intercesión, vernos libres de nuestros pecados.Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.


Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino y la madre de Jesús dijo:
"No les queda vino".
Jesús le contestó:
"Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora".
Su madre dijo a los sirvientes:
"Hagan lo que él diga".
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo:
"Llenen las tinajas de agua".
Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó:
"Sáquenla ahora y llévensela al mayordomo".
Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí sabían, pues habían sacado el agua); entonces llamo al novio y le dijo:
"Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el peor; tú en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora".
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.



María, modelo de la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabarte en esta memoria de la Virgen María.
Porque al aceptar ella a tu Unigénito en su corazón inmaculado, mereció concebirlo en su seno virginal y, al dar a luz a Cristo, preparó el nacimiento de la Iglesia.
Por él, los ángeles
y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:




Oración por el Papa

Padre Nuestro que estás en los cielos,
que todo lo gobiernas a través de Tu Hijo Jesucristo
Ten piedad y misericordia de Tu amadísimo hijo El Papa Benedicto XVI y concédele
por tu infinita misericordia, larga vida y salud en abundancia,
para encaminar al mundo por senderos de paz y justicia,
de amor y prosperidad y de
verdadera santidad.

Dale a tu vicario en la tierra
fuerza, protección y los dones del Espíritu para cumplir con la misión
que le has encomendado.

Gracias Señor por darnos a Benedicto XVI.
Danos la gracia de estar siempre con el, unidos a tu rebaño, la Iglesia Católica.
Por Nuestro Señor Jesucristo
Amén.

Señor, imploramos de tu misericordia que cuantos nos gozamos en la conmemoración de María, siempre Virgen, nos entreguemos como ella al servicio de tu plan de salvación sobre la humanidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén



Hoy encendemos una luz en cada hogar hasta el 28 de febrero,  y pedimos con nuestra humilde oracion por la Santa Iglesia por los cardenales, y muy especialmente por el Papa benedicto XVI y por el nuevo sucesor.
Te invitamos a que te unas desde aqui con tu oracion, difunde a tus amigos. Gracias Dios te Bendiga!
 

domingo, 3 de febrero de 2013

Porque tú eres mi esperanza, Señor, en ti confío, Señor, desde mi juventud. En ti me apoyaba antes de nacer, tú eres mi protector desde las entrañas de mi madre...

Señor: Concédenos amarte con todo el corazón y que nuestro amor se extienda también a todos los seres humanos. Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén. 




"Sabed también vosotros, queridos amigos, que esta misión no es fácil. Y que puede convertirse incluso en imposible, si sólo contáis con vosotros mismos. Pero lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios". (Lc 18,27; 1,37).

"Los verdaderos discípulos de Cristo tienen conciencia de su propia debilidad. Por esto ponen toda su confianza en la gracia de Dios que acogen con corazón indiviso, convencidos de que sin Él no pueden hacer nada (cfr Jn 15,5). Lo que les caracteriza y distingue del resto de los hombres no son los talentos o las disposiciones naturales. Es su firme determinación de caminar tras las huellas de Jesús".   Beato Juan Pablo II


eL GRUPO DE ORACION  recibe de su patrono el carisma de misionar con el rezo del santo rosario ver Juan Pablo II El Papa Misionero



Primera Lectura
Lectura del profeta Jeremías 1, 4-5.17-19

Hoy oramos con la segunda lectura de la Misa, tambien rezamos en el dia 7 de la Novena a Maria Madre de las almas consagradas.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 31; 13, 1-13

Hermanos: Anhelen los carismas más valiosos. Y todavía les voy a mostrar un camino más excelente.
Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como campana que suena o platillo que retumba. Y aunque tuviera el don de hablar de parte de Dios y conociera todos los misterios y toda la ciencia; y aunque mi fe fuera tan grande como para trasladar las montañas, si no tengo amor, nada soy. Y aunque repartiera todos mis bienes a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente y bondadoso; no tiene envidia, ni orgullo, ni arrogancia. No es grosero, ni egoísta, no se irrita ni es rencoroso; no se alegra de la injusticia; sino que encuentra su alegría en la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca pasará. Terminará el don de hablar de parte de Dios, cesará el don de expresarse en un lenguaje misterioso y desaparecerá también el don del conocimiento profundo. Porque ahora conocemos de modo imperfecto, lo mismo que es imperfecta nuestra capacidad de hablar de parte de Dios; pero cuando venga lo perfecto, desaparecerá lo imperfecto.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, razonaba como niño; al hacerme hombre, he dejado las cosas de niño. Ahora vemos por medio de un espejo y oscuramente; pero un día conoceré como Dios mismo me conoce.
Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza, el amor; pero la más excelente de todas es el amor.
Palabra del Señor. Te alabamos, Señor.


Si lo deseas puedes tambien orar con el Santo Evangelio del dia
 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 21-30

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo comenzó Jesús a decir en la sinagoga:
"Hoy se ha cumplido ante ustedes esta profecía".
Todos lo apoyaban y se admiraban de las palabras que había pronunciado. Comentaban:
"¿No es éste el hijo de José?" El les dijo: "Seguramente me recordarán el refrán: "Médico, cúrate a ti mismo". Lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún, hazlo también aquí, en tu pueblo". Y añadió: "La verdad es que ningún profeta es apreciado en su tierra. Les aseguro que muchas viudas había en Israel en tiempo de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses y hubo gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en la región de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel cuando el profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino únicamente Naamán el sirio". Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron; se levantaron, lo echaron fuera de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio de la montaña sobre el cual estaba edificada su ciudad, con ánimo de despeñarlo. Pero él, abriéndose paso entre ellos, se fue. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.



En esta Novena pedimos por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida por todo el mundo, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.


Por los sacerdotes del mundo entero, diaconos, ministros, para que el Señor los asista en cada momento y acreciente aun mas la fe en sus corazones, roguemos al Señor.
Escuchanos,  Señor. 

Por las almas consagradas que oran cada dia por todos nosotros para que Dios en su infinita bondad las cuide y ayude en sus oraciones, roguemos al Señor.
Escuchanos, Señor.

Por nuestra nación, por su prosperidad y por todos sus ciudadanos, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros, por los pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor. 


Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en su reino de luz y felicidad, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.


Por las intenciones de Maria Santisima Madre de las almas consagradas y San Jose su castisimo esposo para que nos siga acompañando y nos ayude a crecer en el amor y la caridad cristiana, roguemos al Señor.
Escuchanos Señor. 

Oremos
Dios nuestro, que en el profeta acogido por los extranjeros y rechazado en su tierra natal, manifestaste el drama de la humanidad que acoge o rechaza tu salvación, escucha nuestras oraciones y haz que nunca falten en la Iglesia misioneros que, llenos de audacia, proclamen con valentía el Evangelio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración de San Bernardo para empezar todos los días.

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado. Yo, pecador, animado con tal confianza, acudo a vos oh Madre, Virgen de las vírgenes: a vos vengo, delante de vos me presento gimiendo. No queráis, oh Madre del Verbo, despreciar mis palabras; antes bien, oídlas benignamente y cumplidlas. Amén.






Oración de San Efrén de Siria (306-373).
Doctor de la Iglesia.

Oh Virgen purísima, Madre de Dios, Reina de todo lo criado, levantada sobre todos los cortesanos del cielo y más resplandeciente y pura que los rayos del sol: tú eres más gloriosa que los querubines, más santa que los serafines y sin comparación más sublime y aventajada que todos los ejércitos del cielo. Tú eres la esperanza de los patriarcas, la gloria de los profetas, la alabanza de los apóstoles, honra de los mártires, alegría de los santos, ornamento de las sagradas jerarquías, corona de las vírgenes, inaccesible por tu inmensa claridad, princesa y guía de todos y doncella sacratísima; por ti somos reconciliados con Cristo mi Señor. Guardame debajo de tus alas; y apiádate de mí, que estoy sucio con mis pasiones y manchado con los innumerables males que he cometido contra mi Juez y Criador. No tengo otra confianza sino en ti, que eres el áncora de mi esperanza, el puerto de mi salud y socorro oportuno en la tribulación.


Oración final para todos los días.

¡Oh santísima Señora, excelentísima Madre de Dios y piadosísima Madre de los hombres! Después de Dios, tú eres la única esperanza de los pecadores y la mayor confianza de los justos. La Iglesia te llama vida, dulzura y esperanza nuestra, y todos los pueblos ponen en ti sus ojos, esperando de ti todas las gracias. Nosotros también, dulce abogada, acudimos a ti en estos días, instándote para que nos oigas y concedas las gracias que te pedimos. Danos, en primer lugar, un amor sincero a tu divino Hijo, observando su santa ley cristiana; alcánzanos también la salud del cuerpo y la serenidad del espíritu, la paz en la familia y la suficiencia de medios para la vida; concédenos, en fin, una santa muerte en la santa Iglesia católica.

¡Oh Virgen, que superas toda alabanza! Todo lo que tú quieres, lo puedes ante Dios, de quien eres Madre; y, aun cuando nosotros somos pecadores, tú eres dulce madre del Redentor y dulce madre nuestra, y puedes abogar por tus hijos pequeños y pecadores ante tu Hijo altísimo y redentor; a tu nombre se abren las puertas del cielo; en tus manos están todos los tesoros de la divina misericordia; óyenos, oh plácida Virgen y Madre, y, si nos conviene, concédenos las gracias que te pedimos en esta novena.



Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oración. Concédenos, por favor, Señor Dios, que nosotros, tus siervos, gocemos de continua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutemos de las alegrías de la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Para terminar este bello encuentro rezamos el Santo Rosario 

santo rosario por las vocaciones
Siervas de los corazones traspasados de jesús y maría


 Meditamos el septimo mensaje de la Virgen Maria Madre de las Almas Consagradas

Carrizal, 17 de julio de 1993, Hora: 2:00 p.m.

"Hijitos... hijitas, os doy mi Bendición, como vuestra Madre os digo: acercaos más a mi Inmaculado Corazón, aferraos con todas vuestras fuerzas al Divino Corazón de mi Hijo Jesús.

Abandónense en mis brazos, que yo los consolaré, en los momentos graves y dolorosos que comenzáis a vivir.

Sean evangelio vivo, llevando sin temor la Palabra de Dios, predicad la verdad y dad a conocer su Reino.

Será en estos tiempos probada vuestra fe, el verdadero espíritu de caridad y entrega hacia los más necesitados... hacia vuestros hermanos.

Orad y haced todo por amor a Dios ya que sois instrumentos de paz y reconciliación, en manos de mi hijo Jesús.

Apartaos de las tentaciones que os alejan de recibir la luz del Santo Espíritu... no permitáis que el poder de Satanás se acreciente más.

Orad, hijitos, orad, para que no os convirtáis en instrumentos de perturbación y discordia.

Ya comienza la cosecha y de entre vosotros, veréis cómo es arrancada la hierba mala y arrojada donde jamás se ha de regresar.

¡Ay de vosotros! que utilizáis la soberbia como alimento de vuestras vidas; aquellos que han rechazado la Misericordia de Dios, negando una y otra vez un cambio en vuestros corazones, impidiéndoles alcanzar las gracias que necesitan para una verdadera conversión.

Hijitos... Hijitas... os pido reparación por todas las faltas que se cometen contra la Santa Eucaristía, acercaos con amor y pureza a recibir este Divino Sacramento, es el alimento eterno de vuestras vidas.

OS CUBRO CON MI MANTO"


Recordemos siempre amigas y amigos lo que dice la Madre en su primer mensaje:


"Os pido que os unáis en oración, que todas sean una, que renovéis el espíritu de Fe.  Recordad lo que mi hijo os dijo: "QUE OS AMEIS LOS UNOS A LOS OTROS, COMO YO OS HE AMADO".