Evangelio según san Lucas 11, 1-4
Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos” .
Entonces Jesús les dijo: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oremos: Míranos, Señor, con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para que, llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Salmo 116
Bendito sea el Señor.
Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos.
Bendito sea el Señor.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre.
Bendito sea el Señor.
Dios omnipotente y eterno, que has escogido a Santa Faustina para proclamar al mundo las inmensas riquezas de tu infinita misericordia; concédenos, por su intercesión, confiar como ella plenamente en tu bondad, y cumplir con corazón generoso las obras de caridad cristiana
Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que es Dios, y vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Oremos confiadamente al Padre, que nos entregó a su Hijo, ahora presente entre nosotros en la Eucaristía, pidámosle perdón, démosle gracias y confiemos en su generosidad.
-Por la santa Iglesia de Dios: para que de todos los confines del mundo sea congregada en la unidad que brota de la Eucaristía.
-Por todos los pueblos: para que el Señor les ayude a realizar su pleno y verdadero desarrollo humano y cristiano.
-Por los enfermos y por cuantos sufren: para que la Eucaristía robustezca su esperanza y sea su consuelo.
-Por todos los creyentes: para que celebremos la Eucaristía, prenda del reino futuro, dando siempre testimonio de caridad en la tierra.
Oración: Oh Dios, que no cesas de alimentar a tu Iglesia con los misterios del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, haz que encontremos nuestro gozo en la riqueza de tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
SANTA FAUSTINA KOWALSKA.
Nació en Glogowiec (Polonia) el año 1905, de familia campesina, numerosa, pobre y religiosa. A los dieciséis años se fue a trabajar como sirvienta de familias acomodadas. En 1925 entró en la congregación de la Bienaventurada Virgen María de la Misericordia. Vivió en distintas casas del instituto, desempeñando las funciones de cocinera, jardinera y portera. Su vida, en apariencia monótona, ocultaba una extraordinaria profundidad de unión con Dios. En 1931 se le apareció el Señor pidiéndole que hiciera pintar su imagen tal como lo veía en ese momento: con túnica blanca, una mano elevada en gesto de bendición y la otra señalando su corazón, desde donde parten dos rayos de luz, azul y rojo; Jesús le explicó: el rayo azul representa el agua, que purifica las almas; y el rojo, la sangre, que es la vida de las almas. El Señor le concedió gracias extraordinarias: visiones, estigmas, etc., que iban unidas a grandes sufrimientos. Jesús le encomendó la misión de difundir la devoción a la Divina Misericordia. Murió en Cracovia el 5 de octubre de 1938. Juan Pablo II la canonizó el año 2000.
"...A través de la oración el alma se arma para enfrentar cualquier batalla. En cualquier condición en que se encuentre un alma, debe orar. Tiene que rezar el alma pura y bella, porque de lo contrario perdería su belleza; tiene que implorar el alma que tiende a la pureza, porque de lo contrario no la alcanzaría; tiene que suplicar el alma recién convertida, porque de lo contrario caería nuevamente; tiene que orar el alma pecadora, sumergida en los pecados, para poder levantarse y no hay alma que no tenga el deber de orar, porque toda gracia fluye por medio de la oración" (Diario, 146).
"... El alma debe ser fiel a la oración, a pesar de las tribulaciones y la aridez y las tentaciones, porque de tal plegaria en gran medida depende a veces la realización de los grandes proyectos de Dios; y si no perseveramos en tal plegaria, ponemos impedimentos a lo que Dios quiere hacer a través de nosotros o en nosotros. Que cada alma recuerde estas palabras: Y encontrándose en una situación difícil, rogaba más tiempo" . Diario, 872.
"La paciencia, la oración y el silencio refuerzan al alma. Hay momentos en los cuales el alma debe callar y no conviene que hable con las criaturas; aquellos son los momentos de insatisfacción de sí misma En tales momentos vivo exclusivamente de la fe..." Diario, 944.
"El silencio es una espada en la lucha espiritual; El alma silenciosa es capaz de la más profunda unión con Dios; vive casi siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo. En el alma silenciosa Dios obra sin obstáculos" Diario, 477.
"Debemos rogar frecuentemente al Espíritu Santo por la gracia de la prudencia. La prudencia se compone de: la reflexión, la consideración razonable y el propósito firme. La decisión final siempre nos pertenece a nosotros" Diario, 1106
Oremos a Santa Faustina Apostol de La Divina Misericordia
Oh Jesús,
que hiciste de santa Faustina
una gran devota
de tu infinita misericordia,
concéde- me por su intercesión,
si fuese esto conforme a tu santísima voluntad, la gracia de ...................,
que te pido. Yo, pecador,
no soy digno de tu misericordia,
pe ro dígnate mirar
el espíritu de entrega
y sacrificio de Sor Faustina
y recompensa sus virtudes atendiendo
las súplicas que a través
de ella te presento confiando en Ti.
Padre nuestro...,
Ave María...,
Gloria...
Meditacion con el Diario de Santa Faustina
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