A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

lunes, 4 de julio de 2016

"Hijitos, hijitas: la pasión de mi amado Hijo Jesús se renueva en vosotros; su dolor se derrite en vues­tros corazones. El amor es vuestra fuerza. Levantad los ojos al cielo, hacia vuestro Dios y vuestro Padre, pedid misericordia.."



Evangelio según san Mateo 9, 18-26


En aquel tiempo, mientras Jesús les hablaba, llegó un personaje importante y se postró ante él diciendo:
"Mi hija acaba de morir; pero si tú vienes y pones tu mano sobre ella, vivirá".
Jesús se levantó y, acompañado de sus discípulos, lo siguió. Entonces, una mujer que tenía hemorragias desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó el borde de su manto, pues pensaba: "Con sólo tocar su vestido quedaré sana".
Jesús se dio la vuelta y, al verla, dijo:
"Animo, hija, tu fe te ha salvado".
Y la mujer quedó sana desde aquel momento. Al llegar Jesús a la casa del personaje y ver a los que tocaban música fúnebre y a los que lloraban, dijo:
"Váyanse de aquí, que la niña no ha muerto; está dormida".
Pero ellos se burlaron de él. Cuando desalojaron a la gente, entró, la tomó de la mano y la niña se levantó. Y la noticia se supo por toda aquella región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.




Sal 144

El Señor es clemente y compasivo.
Todos los días te bendeciré, alabaré tu nombre sin cesar. Grande es el Señor y digno de toda alabanza, es inmensa su grandeza.
El Señor es clemente y compasivo.

Cada generación celebra tus acciones y anuncia tus hazañas a la siguiente. Ellos hablan del esplendor de tu gloria, y yo repetiré tus maravillas.
El Señor es clemente y compasivo.
Ellos cuentan tus hazañas maravillosas, y yo narraré tus grandezas. Celebran el recuerdo de tu inmensa bondad y cantan tus victorias.


El Señor es clemente y compasivo. El Señor es clemente y compasivo, paciente y rico en amor; el Señor es bondadoso con todos, a todas sus obras se extiende su ternura.
El Señor es clemente y compasivo.



Oracion
Tú que conoces, Señor, nuestra debilidad y nuestros pecados, ten misericordia de nosotros y, por la intercesión y el ejemplo de los santos, condúcenos de nuevo a tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.






Oremos a Dios Padre, en el nombre de Jesús, de quien procede la verdadera reconciliación de los hombres y el perdón de los pecados.

-Para que la Iglesia sea siempre y en toda situación instrumento y lugar de reconciliación y pacificación entre los hombres y los pueblos.

-Para que los cristianos seamos factores y testigos de vida reconciliada y de perdón generoso.

-Para que los que ejercen autoridad no se dejen dominar por el espíritu de venganza, el egoísmo o el afán de prestigio.

-Para que los injustamente oprimidos alcancen, con dignidad y sin rencor, la plena libertad y el reconocimiento de sus derechos.

Oración: Señor Jesús, que nos has dejado en herencia tu paz, concédenos la gracia de permanecer en ella, de reconciliar a los hombres enfrentados y de promover tu reino de paz y amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.








«HIJO, TUS PECADOS QUEDAN PERDONADOS»
Benedicto XVI, Ángelus del día 19 de febrero de 2006


"...Sólo el amor de Dios puede renovar el corazón del hombre, y la humanidad paralizada sólo puede levantarse y caminar si sana en el corazón. El amor de Dios es la verdadera fuerza que renueva al mundo.

Invoquemos juntos la intercesión de la Virgen María para que todos los hombres se abran al amor misericordioso de Dios, y así la familia humana pueda sanar en profundidad de los males que la afligen...."







 La vida consagrada a Dios es un signo Del Reino de los cielos

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que sufren persecución por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los cielos.



 Santa Isabel de Portugal. 
Hija de Pedro III de Aragón y de Constanza de Sicilia, nació hacia 1270 en Zaragoza o en Barcelona; era nieta de Jaime I el Conquistador y sobrina de santa Isabel de Hungría, que le sirvió de modelo. Muy joven fue dada en matrimonio al rey de Portugal, don Dionís, del que tuvo dos hijos. Fortalecida con la oración y la práctica de las obras de misericordia, soportó con paciencia y humildad las infidelidades de su esposo y las tribulaciones provenientes, sobre todo, de los enfrentamientos entre sus familiares. Al morir su marido, a quien atendió personalmente con todo cariño en su última enfermedad, distribuyó sus bienes entre los pobres y quiso retirarse a un convento de clarisas; no pudo hacerlo por los problemas familiares y tomó el hábito de la Orden Tercera de San Francisco. Murió en Estremoz el 4 de julio de 1336, cuando viajaba tratando de establecer la paz entre su hijo y su nieto, reyes de Portugal y de Castilla respectivamente. -  
Oración : Oh Dios, que creas la paz y amas la caridad, tú que otorgaste a santa Isabel de Portugal la gracia de conciliar a los hombres enfrentados, muévenos, por su intercesión, a poner nuestros esfuerzos al servicio de la paz, para que merezcamos llamarnos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.





Meditacion con Santa Maria "Hijitos, hijitas: la pasión de mi amado Hijo Jesús se renueva en vosotros; su dolor se derrite en vues­tros corazones. El amor es vuestra fuerza. Levantad los ojos al cielo, hacia vuestro Dios y vuestro Padre, pedid misericordia.."


Mensaje de la Santísima Virgen.



Poco a poco la Santísima Virgen va espaciando sus apariciones, pero no sus mensajes. En esta oportunidad escogió el mediodía, las 12:00 en punto, para que con el rezo del Ángelus hiciera llegar este mensaje el día 10 de abril de 1994, que constituye el número 14 de los que ha dirigido a las almas consagradas, aunque no deja de sugerir algún consejo que resulta válido para todo el que lo reciba.

Estos mensajes eran entregados por la receptora a la superiora, quien a su vez los hacía escribir de alguna manera (en máquina o en computadora) y luego se les sacaba copia y eran enviados, después de haber sido leídos en la casa de Carrizal, a las demás casas de la Congregación y a otras casas de Congregaciones que mantenían el interés por ellos.

El mensaje décimo cuarto









"Hijitos, hijitas:

Os traigo paz y alegría en el nombre de mi Hijo Jesús. Llenad vuestras vidas de alegría, humildad y sencillez. Os pido fidelidad a Dios Padre y estad atentos a la gracia.

Mi Hijo Jesús vive intensamente en vosotros. El Espíritu os guía y sostiene. Vivid en Dios plenamente vuestra consagración: sed obedientes y castos, con la mirada fija en mi amado Hijo Jesús.

HIJITOS, HIJITAS: ORAD, ORAD DE CORA­ZÓN. Hay que devolver a la Iglesia su carácter sagrado. La Iglesia debe acoger a las almas con la ternura y la indulgencia de una madre. Bajo ningún pretexto debe pertenecer al mundo. Lo que viene de Dios siguiendo de Dios; lo que viene del mundo sigue siendo del mundo.

Hijitos míos: pido respeto al sacerdote que es el Ministro de Dios. La falta de respeto al sacerdote es una falta de respeto a mi Hijo Jesús. Sí, hijitos, debéis enseñarlo a mis más pequeños: todos los hombres son iguales ante Dios pero el sacerdote sigue siendo el alma elegida; no la juzguéis, sea como sea, pertenece a Dios hacerlo.

Os pido: orad por ellos. Satanás los persigue de formas insospechadas. Sólo con la oración podréis vencerlo.

Hijitos, hijitas: la pasión de mi amado Hijo Jesús se renueva en vosotros; su dolor se derrite en vues­tros corazones. El amor es vuestra fuerza. Levantad los ojos al cielo, hacia vuestro Dios y vuestro Padre, pedid misericordia. La copa de la amargura rebosa y el amor no puede abrirse camino en este barro de pecado que constituye el mundo enloquecido.

Si pensáis en Dios con fe y le amáis de verdad el mal será vencido.

Os tengo en mi corazón.






Tomado del Sitio Oficial de Maria Madre de las Almas Consagradas 

Rezamos el Santo Rosario por las Intenciones de Maria Madre de las Almas Consagradas... Pedimos con fe junto a Maria





Por la santificación de todos los sacerdotes, diáconos y religiosos.
- Por un aumento en las vocaciones sacerdotes y religiosas.
- Para que siempre sean obedientes a la Madre Iglesia, amando a la Eucaristía, la Liturgia y propagadores de la devoción a María Santísima.







Te pedimos Señor, que bendigas a los Arzobispos y Obispos Diocesanos.

Te pedimos Señor, que bendigas a los Cardenales.

Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos Auxiliares.

Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos eméritos.

Te pedimos Señor, que purifiques el alma de los Obispos que ya han partido de esta vida, para que puedan entrar en el Reino de los cielos.

Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos con los dones de Sabiduría y discernimiento, y con la docilidad a tu Santo Espíritu.

Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos con el don de la Misericordia.

Te pedimos Señor, que bendigas a los párrocos.

Te pedimos Señor, que bendigas a los Sacerdotes y Diáconos capellanes, en la diversidad de tareas que realizan.

Te pedimos Señor, que bendigas a los Sacerdotes y Diáconos, asesores de los diversos movimientos eclesiales.

Te pedimos Señor, que bendigas a tus Sacerdotes y Diáconos que se encuentran sirviendo en zonas de riesgo.

Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, en obediencia.

Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, para servirte en los más pobres.

Te pedimos Señor, que bendigas a los seminaristas de todas las diócesis del mundo.

Te pedimos Señor, que bendigas a los aspirantes y postulantes de todas las Órdenes y Congregaciones religiosas.

Te pedimos Señor, que bendigas a tus seminaristas y formandos, concediéndoles la docilidad a tu Santo Espíritu, el fervor y la alegría.

Te pedimos Señor, que concedas tu fortaleza a quienes quieres hacer felices en la vocaciónsacerdotal y religiosa.

Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.

Te pedimos Señor, que los jóvenes a quienes estás llamando al sacerdocio o a la vida religiosa sepan discernir correctamente los carismas que les concedes y el seminario o Congregación en el cual tú los quieres.

Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.



Tomado del sitio Catolicos firmes en su fe 


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