Manifestación corta del día 4 y del día 22 de diciembre de 1993
Hacia las 7:00 p.m., del día 4 de diciembre de 1993, la cocinera de la casa señora Josefina tuvo oportunidad de ver a la Santísima Virgen que se estaba manifestando visiblemente en el cielo. Con gran emoción llamó entonces a las hermanas, las cuales acudieron prontamente y estuvieron en capacidad de participar de esta nueva y corta manifestación visible de la Santísima Virgen.
Es difícil llegar a descubrir qué intenciones ha tenido la Virgen al llevar a cabo tantas y tan variadas manifestaciones de su presencia visible.
Pero si seguimos el hilo del contenido de sus mensajes podríamos apreciar que Ella insiste mucho en que el lugar ha sido escogido por su divino hijo para otorgar a todos los que acudan a este su bosquecito santo con ánimo de oración y de recogimiento, gracias tras gracias ha manifestado, por otro lado, que Ella estará presente en el bosquecito hasta el final de los tiempos, esperando, llamando y acogiendo a sus hijos Pareciera que lo que Ella intenta es dejar claramente establecido en la fe y en los testimonios de los que viven en esta casa santa, que Ella realmente vive allí, que se deja ver frecuentemente durante esta etapa de sus manifestaciones visibles, para que luego no quede ninguna duda acerca de su palabra de permanecer en este lugar hasta el final de los tiempos, muy particularmente para sus almas consagradas
Una nueva confirmación de esto se observa cuando el día 22 de diciembre La Virgen volvió a repetir otra de sus cortas manifestaciones visibles, en esta oportunidad a la hermana Mary Carmen y al Ing. Padrón, quien estaba de visita y conversando sobre estos temas con dicha hermana. La hora fue la preferida de la Virgen: las 7:55 p.m., después de la adoración al Santísimo Sacramento.
ORAMOS POR LOS SEMINARISTAS Y RELIGIOSOS EN FORMACIÓN
“!Oh, qué grande es el sacerdote! Si se diese cuenta, moriría… Dios le obedece: pronuncia dos palabras y Nuestro Señor baja del cielo al oír su voz y se encierra en una pequeña Hostia…”. San Juan María Vianney De la Carta de Benedicto XVI a los presbíteros del mundo:
El Cura de Ars consiguió en su tiempo cambiar el corazón y la vida de muchas personas, porque fue capaz de hacerles sentir el amor misericordioso del Señor. Urge también en nuestro tiempo un anuncio y un testimonio similar de la verdad del Amor: “Deus caritas est” (1 Jn 4, 8). Con la Palabra y con los Sacramentos de su Jesús, Juan María Vianney edificaba a su pueblo, aunque a veces se agitaba interiormente porque no se sentía a la altura, hasta el punto de pensar muchas veces en abandonar las responsabilidades del ministerio parroquial para el que se sentía indigno. Sin embargo, con un sentido de la obediencia ejemplar, permaneció siempre en su puesto, porque lo consumía el celo apostólico por la salvación de las almas. Se entregaba totalmente a su propia vocación y misión con una ascesis severa: “La mayor desgracia para nosotros los párrocos -deploraba el Santo- es que el alma se endurezca”; con esto se refería al peligro de que el pastor se acostumbre al estado de pecado o indiferencia en que viven muchas de sus ovejas.
Padre Nuestro
Te pedimos Señor, que bendigas a los seminaristas de todas las diócesis del mundo.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Dios te salve María…
Te pedimos Señor, que bendigas a los aspirantes y postulantes de todas las Órdenes y Congregaciones religiosas.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Dios te salve María…
Te pedimos Señor, que bendigas a los novicios y novicias de todas las Órdenes y Congregaciones religiosas.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Dios te salve María…
Te pedimos Señor, que bendigas a los profesos y profesas temporales de todas las Órdenes y Congregaciones religiosas.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Dios te salve María…
Te pedimos Señor, que les concedas un corazón recto para buscar en todas las cosas y en todo momento tu bendita voluntad.
Bendícelos Señor.
Dios te salve María…
Te pedimos Señor, que sanes sus corazones de todas las heridas recibidas a lo largo de la vida.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Dios te salve María…
Te pedimos Señor, que transformes sus corazones, a semejanza de tu Divino Corazón y del Inmaculado Corazón de María.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Dios te salve María….
Te pedimos Señor, que bendigas a tus seminaristas y formandos, concediéndoles la docilidad a tu Santo Espíritu, el fervor y la alegría.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Dios te salve María…
Te pedimos Señor, que transformes su personalidad, según tu Divina Voluntad.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Dios te salve María…
Te pedimos Señor, que les concedas los nuevos comportamientos que necesitan para llegar a ser testigos de la presencia de tu Reino en el mundo.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Dios te salve María…
Oración
“Jesús, Buen Pastor: en tus manos ponemos a todos tus Pastores, para que llenos de tu Espíritu Santo, sepan interpretar los signos de los tiempos actuales y guíen al rebaño, a ellos encomendado, hacía pastos verdes y aguas de vida. Amén.”
Jaculatoria:
“Danos Señor, santos sacerdotes, santos religiosos, laicos santos que trabajen por tu Iglesia. Amén”
Oración de protección:
Jesús, Divino Señor, por Tu dolorosa Pasión, cubre con Tu Preciosísima Sangre, a todos los Obispos, sacerdotes y consagrados. Ten piedad de ellos y líbralos de todo mal, ahora y siempre. El Inmaculado Corazón de la Dulce Virgen María, reprenda con su fuerza Santísima a todo enemigo de Dios y de su Iglesia. Amén.”
Rosario por los sacerdotes
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