Santa Maria Madre de las Almas Consagradas |
Oracion a Maria Madre de las Almas Consagradas |
Oremos Unidos!!!!
Evangelio según san Lucas 8, 19-21
En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus parientes, pero no podían llegar hasta él porque había mucha gente. Entonces le avisaron:
"Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte".
Pero él respondió:
"Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica".Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
salmo 121
Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: "Vayamos a la casa del Señor! " Y hoy estamos aquí, Jerusalén jubilosos, delante de tus puertas.
Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: "Vayamos a la casa del Señor! " Y hoy estamos aquí, Jerusalén jubilosos, delante de tus puertas.
Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado para alabar el nombre del Señor.
Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
Oremos a Dios Padre, que entregó a Jesucristo, su Hijo, el poder, el honor y el reino.
-Por la Iglesia: para que sea testigo de la verdad de Cristo y conciencia de la humanidad que camina hacia la plenitud del reino de Dios.
-Por todos los pueblos: para que no caigan en la tentación del endiosamiento, de la exclusión de los demás y de la prepotencia.
-Por los gobernantes de todas las naciones: para que, trabajando por la paz, fruto de la justicia, colaboren en la realización del reino de Dios.
-Por nosotros, que confesamos a Cristo, Señor: para que realicemos la verdad de Cristo en el amor fraterno.
Oración: Escucha, Señor, las súplicas que te dirigimos confiados en la mediación de Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Meditacion
EL SACERDOTE Y LA EUCARISTÍA
Benedicto XVI, Ángelus del día 18 de septiembre de 2005
Queridos hermanos y hermanas:
Mientras está a punto de terminar el Año de la Eucaristía, quisiera retomar un tema particularmente importante, que interesaba mucho también a mi venerado predecesor Juan Pablo II: la relación entre la santidad, senda y meta del camino de la Iglesia y de todo cristiano, y la Eucaristía. En particular, mi pensamiento va hoy a los sacerdotes, para subrayar que precisamente en la Eucaristía radica el secreto de su santificación. En virtud de la ordenación sagrada, el sacerdote recibe el don y el compromiso de repetir sacramentalmente los gestos y las palabras con las que Jesús, en la última Cena, instituyó el memorial de su Pascua. Entre sus manos se renueva este gran milagro de amor, del que él está llamado a ser testigo y anunciador cada vez más fiel. Por eso, el presbítero ante todo debe adorar y contemplar la Eucaristía, desde el momento mismo en que la celebra. Sabemos bien que la validez del sacramento no depende de la santidad del celebrante, pero su eficacia será tanto mayor, para él mismo y para los demás, cuanto más lo viva con fe profunda, amor ardiente y ferviente espíritu de oración.
Durante el año, la liturgia nos presenta como ejemplos a santos ministros del altar, que han sacado la fuerza para imitar a Cristo de la intimidad diaria con él en la celebración y en la adoración eucarística. Hace algunos días celebramos la memoria de san Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla a finales del siglo IV. Fue definido «boca de oro» por su extraordinaria elocuencia; pero también fue llamado «doctor eucarístico», por la amplitud y profundidad de su doctrina sobre el santísimo Sacramento. La «divina liturgia» que más se celebra en las Iglesias orientales lleva su nombre, y su lema: «basta un hombre lleno de celo para transformar un pueblo», muestra cuán eficaz es la acción de Cristo a través de sus ministros.
En nuestra época, sobresale la figura de san Pío de Pietrelcina, al que recordaremos el viernes próximo [23 de septiembre]. Cuando celebraba la santa misa, revivía con tal fervor el misterio del Calvario, que edificaba la fe y la devoción de todos. También los estigmas, que Dios le donó, eran expresión de su íntima configuración con Jesús crucificado.
Además, al pensar en los sacerdotes enamorados de la Eucaristía, no se puede olvidar a san Juan María Vianney, humilde párroco de Ars en tiempos de la Revolución francesa. Con la santidad de su vida y su celo pastoral, logró convertir aquella aldea en un modelo de comunidad cristiana animada por la palabra de Dios y los sacramentos.
Nos dirigimos ahora a María, orando en especial por los sacerdotes de todo el mundo, para que saquen como fruto de este Año de la Eucaristía un amor renovado al Sacramento que celebran. Que por intercesión de la Virgen Madre de Dios vivan y testimonien siempre el misterio puesto en sus manos para la salvación del mundo.
Fuente: www.franciscanos.org
Hoy recordamos a
Beatos Cristóbal, Antonio y Juan, mártires de Tlaxcala
Los niños Cristóbal, Antonio y Juan fueron martirizados entre los años 1527 y 1529 por predicar la doctrina cristiana.
Fueron beatificados el 6 de mayo de 1990 en la Basílica de Guadalupe por Juan Pablo II.
Recibe, Señor, la oracion de tu pueblo en honor de tus mártires, los beatos Cristóbal, Antonio y Juan y, ya que la Eucaristía les dio fortaleza en las persecuciones, a nosotros nos dé entereza en las adversidades.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oremos el Santo Rosario Hoy por los sacerdotes y las almas consagradas
Te pedimos Señor, que bendigas a los Arzobispos y Obispos Diocesanos.
-Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
-Dios te salve María…
2. Te pedimos Señor, que bendigas a los Cardenales.
-Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
-Dios te salve María…
3. Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos Coadjutores.
-Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
-Dios te salve María…
4. Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos Auxiliares.
-Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
-Dios te salve María…
5. Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos eméritos.
-Bendícelos Señor.
-Dios te salve María…
6. Te pedimos Señor, que purifiques el alma de los Obispos que ya han partido de esta vida, para que puedan entrar en el Reino de los cielos.
-Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
-Dios te salve María…
7. Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos con los dones de Sabiduría y discernimiento, y con la docilidad a tu Santo Espíritu.
-Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
-Dios te salve María….
8. Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos con el don de la Misericordia.
-Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
-Dios te salve María…
9. Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos con el don de la Fortaleza.
-Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
-Dios te salve María…
10. Te pedimos Señor, que bendigas a los Obispos con el don de la alegría.
-Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
-Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…
Asi en Oracion con Jesus y Santa Maria sigamos Orando Juntos
“Jesús, Buen Pastor: en tus manos ponemos a todos tus Pastores, para que llenos de tu Espíritu Santo, sepan interpretar los signos de los tiempos actuales y guíen al rebaño, a ellos encomendado, hacía pastos verdes y aguas de vida. Amén.”
“Danos Señor, santos sacerdotes, santos religiosos, laicos santos que trabajen por tu Iglesia. Amén”
Jesús, Divino Señor, por Tu dolorosa Pasión, cubre con Tu Preciosísima Sangre, a todos los Obispos, sacerdotes y consagrados. Ten piedad de ellos y líbralos de todo mal, ahora y siempre. El Inmaculado Corazón de la Dulce Virgen María, reprenda con su fuerza Santísima a todo enemigo de Dios y de su Iglesia. Amén.”
Fuente; Santo Rosario por los sacerdotes
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