Evangelio según San Lucas 9,7-9.
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: "Es Juan, que ha resucitado".
Otros decían: "Es Elías, que se ha aparecido", y otros: "Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado".
Pero Herodes decía: "A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?". Y trataba de verlo.
Palabra del Señor
Meditacion del Papa
“Queremos ver a Jesús”: estas palabras, al igual que muchas otras en los Evangelios, van más allá del episodio particular y expresan algo universal; revelan un deseo que atraviesa épocas y culturas, un deseo presente en el corazón de muchas personas que han oído hablar de Cristo, pero no lo han encontrado aún. “Yo deseo ver a Jesús”, así siente el corazón de esta gente. Respondiendo indirectamente, de modo profético, a aquel pedido de poderlo ver, Jesús pronuncia una profecía que revela su identidad e indica el camino para conocerlo verdaderamente: “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre”. ¡Es la hora de la Cruz! Es la hora de la derrota de Satanás, príncipe del mal, y del triunfo definitivo del amor misericordioso de Dios. La hora de la Cruz, la más oscura de la historia, es también la fuente de salvación para todos los que creen en Él.
(Homilía de S.S. Francisco, 22 de marzo de 2015).
Presentemos nuestras súplicas al Padre, recordando el momento en que el Verbo de Dios se abajó, se hizo carne y habitó entre nosotros.
-Por la Iglesia santa de Dios: para que reciba en su corazón y en su mente al Verbo divino a ejemplo de María, la Virgen creyente.
-Por todos aquellos a los que todavía no ha sido anunciado el Evangelio: para que Dios les envíe mensajeros de su palabra.
-Por los enfermos y los que sufren por cualquier causa: para que reciban con esperanza el anuncio de la encarnación y cercanía del Hijo de Dios.
-Por todos los creyentes: para que, atentos a la palabra de Dios, estemos siempre decididos a hacer su voluntad.
Oración: Dios Padre nuestro, acuérdate con bondad de tu Iglesia y de cuantos confiamos en la intercesión de aquella que fue anunciada como Madre virginal de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Hoy La Iglesia celebra la Fiesta de Nuestra Señora de la Merced
San Pedro Nolasco inspirado por la Ssma. Virgen, funda una orden dedicada a la merced (obras de misericordia). Su misión particular era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Muchos miembros de la orden canjearon sus vidas por la de presos y esclavos. San Pedro fue apoyado en tan extraordinaria empresa por el Rey Jaime I de Aragón.
San Pedro Nolasco y sus frailes eran muy devotos de la Virgen María, tomándola como patrona y guía. Su espiritualidad se fundamenta en Jesús el liberador de la humanidad y en la Ssma. Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora.
En el capítulo general de 1272, tras la muerte del fundador, los frailes oficialmente toman el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, pero son mas conocidos como mercedarios. El Padre Antonio Quexal, siendo general de la Merced en 1406, dice: "María es fundamento y cabeza de nuestra orden".
El Padre Gaver, en el 1400, relata como La Virgen llama a S. Pedro Nolasco en el año 1218 y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación.
Nolasco pide a Dios ayuda y, como signo de la misericordia divina, le responde La Virgen María diciéndole que funde una orden liberadora.
Nolasco: ¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, pides que realice obra tan difícil, de tan gran caridad, que es grata Dios y meritoria para mi?
María: Yo soy María, aquella en cuyo vientre asumió la carne el Hijo de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del género humano. Soy aquella a la que dijo Simeón. cuando ofrecí mi Hijo en el templo: Mira que éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel; ha sido puesto como signo de contradicción: y a ti misma una espada vendrá a atravesarte por el alma.
Nolasco: ¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer que tú me mandas?
María: No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde una orden de ese tipo en honor mío; será una orden cuyos hermanos y profesos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel (es decir, entre los cristianos) y serán signo de contradicción para muchos."
Oremos
María, Merced de Dios, regalo de Cristo a los hombres. La Trinidad Santa te envió a Barcelona, mensajera de libertad y misericordia, para, por medio de Pedro Nolasco, mostrarte corredentora, mediadora, Madre de todos, ternura de Dios para los pobres.
Madre de la Merced, enséñanos a valorar nuestra fe cristiana, haznos capaces de amar con caridad mercedaria, conviértenos en portadores de paz.
Que tus besos derritan la violencia que nos envuelve, hasta que recuperemos, en tu regazo materno, la ilusión de familia, transformado el mundo en un hogar. Bendice esta ciudad tuya, que te proclama patrona y princesa y gusta, enamorada, de llamarte madre
Ven Espiritu Santo
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles y colma de tu gracia divina los corazones que tú mismo has creado.
Tú eres nuestro Consolador, don de Dios altísimo, fuente viva, fuego, amor y unción espiritual. Tú derramas sobre nosotros tus siete dones; tú eres el dedo de la diestra de Dios; tú, la promesa del Padre; tú, quien pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y conforta, con tu auxilio contínuo, la flaqueza de nuestra carne.
Aleja de nosotros al enemigo, y danos pronto la paz; y así, siendo tú mismo nuestro guía, evitaremos todo mal.
Haz que por tí conozcamos al Padre, y que sepamos también del Hijo; haz que creamos siempre en tí, que procediendo de los dos, eres su Espíritu.
Amen.
ORACION PARA MANTENER LA PRESENCIA DEL SEÑOR.Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día; sálvanos hoy con tu poder, para que no caigamos en ningún pecado; sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos.
Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén
CONSAGRACIÓN Y PETICIÓN AL ESPÍRITU SANTO - Espíritu Santo, Divino Consolador y Huésped de mi alma, te adoro, te alabo y te bendigo.- Me consagro hoy de nuevo a Ti, para que me invadas con tu gracia, ordenes mis facultades y sentidos, me ilumines, fortalezcas, serenes y bendigas.
INUNDA MI INTELIGENCIA CON TU LUZ PARA CONOCER:Tu Divina Voluntad Lo que puedo y debo hacer Lo que debo y puedo modificar Lo que no depende de mí cambiar Cómo debo conducirme en los acontecimientos de la vida
ROBUSTECE MI VOLUNTAD CON EL DON DE LA FORTALEZA:
Para cumplir constantemente con mi deber Observar fielmente mis promesas Conformarme con tu voluntad Afrontar los problemas y dificultades Luchar eficazmente contra el mal Soportar las molestias y enfermedades Para ser bondadoso, tolerante y paciente GRACIAS TE DOY:Por haberme hecho cristiano Por posibilitarme conocerte y amarte Por haberme infundido devoción hacia Ti Por haberme colmado de gracias y favores,
TE RUEGO ME AYUDES:A perseverar en tu amor Vivir y obrar en comunión contigo Hacer fructificar en mí tus dones Permanecer fiel a tus inspiraciones Secundar generosamente tus deseos Evitar lo que te contrita y ofende Extender tu reinado en mis prójimos Contemplarte eternamente en el cielo.
Fuentes: encuentro de oracion y fe
Catholic.net
Evangeliodeldia.org
franciscanos.org
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