A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

jueves, 23 de mayo de 2013

He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios; Señor, tó lo sabes. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Imagen del sitio La Columna del hermano Jose

Catholicvs

























Jueves después de Pentecostés

JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE


Jesús entrega su amistad y pide la nuestra. Ha dejado de ser el Maestro para convertirse en amigo.





"Os he llamado amigos, porque os he manifestado todo lo que he oído a mi Padre. No me habéis elegido vosotros a mí, soy yo quien os he elegido y os he destinado a que os pongáis en camino y deis fruto, y un fruto que dure" (Jn 15,15).


Celebramos la fiesta de Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, dentro de lo que denominamos las fiestas del Señor. 

 Misa diaria

Sal 39
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Cuántas maravillas has hecho, Señor, Dios mío, cuántos planes en favor nuestro; nadie se te puede comparar. Intento proclamarlas, decirlas, pero superan todo número. 
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio. 
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Entonces yo digo: “Aquí estoy -como está escrito en mi libro- para hacer tu voluntad.” Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. 
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios; Señor, tó lo sabes. 
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Evangelio
 «Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: -«He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios.» Y, tomando una copa, pronunció la acción de gracias y dijo: -«Tornad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.» Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: -«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía.» Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: -«Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros.» (Lucas 22, 14-20)

" Si la Palabra convoca a la comunidad, la Eucaristía la transforma en un cuerpo: “Porque aun siendo muchos ,escribe san Pablo, somos un solo pan y un solo cuerpo, pues todos participamos de un solo pan” 1 Co 10,

 La narración de Lucas, reúne los elementos esenciales de la última Cena de Jesús, no es simplemente una cena más con sus discípulos sino una anticipación del gran banquete escatológico que ofrece la plenitud de su misterio y comparte la gloria del Padre en el Reino de Dios: “Les dijo: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.» Sobre el pan dice que es su cuerpo que se entrega por vosotros; la comida que les ofrece es una presencia que los alimenta, es el pan que forma el cuerpo, que unifica a los discípulos con Cristo Jesús y con los que creerán en el futuro. caminando con Jesus


Oración Colecta 

Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano constituiste a tu Hijo único sumo y eterno Sacerdote, concede a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus misterios la gracia de ser fieles en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor Jesucristo.



ORACIÓN A JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE, POR LA SANTIFICACIÓN DEL CLERO

Oh Jesús, Pontífice Eterno, Divino Sacrificador, Vos, que en un impulso de incomparable amor a los hombres nuestros hermanos, hicisteis brotar de vuestro Corazón Sagrado el Sacerdocio Cristiano, dignaos continuar derramando sobre vuestros ministros, los torrentes vivificantes del amor infinito. Vivid en vuestros sacerdotes, transformadlos en Vos mismo, hacedlos por vuestra gracia instrumentos de vuestra misericordia. Obrad en ellos y por ellos, y que después de haberse del todo revestido de Vos, por la fiel imitación de vuestras adorables virtudes, cumplan en vuestro nombre, y por el poder de vuestro Espíritu, las obras que realizasteis Vos mismo para la salvación del mundo.

Divino Redentor de las almas, ved cuán grande es la multitud de los que aún duermen en las tinieblas del error, contad el número de las ovejas descarriadas que caminan entre precipicios, considerad la turba de pobres, hambrientos, ignorantes y débiles que gimen en el abandono.

Volved Señor a nosotros por vuestros sacerdotes, revivid verdaderamente en ellos, obrad por ellos y pasad de nuevo por el mundo enseñando, perdonando, sacrificando y renovando los lazos sagrados del Amor, entre el Corazón de Dios y el corazón del hombre. Amén.

A todos los fieles que recen diariamente esta corta oración, Su Santidad San Pío X se dignó conceder una indulgencia de 300 días, una vez por día; y una indulgencia plenaria el primer domingo o el primer viernes de cada mes. Estas indulgencias son aplicables a las almas del Purgatorio (marzo de 1905).




Hoy es un día para agradecer a Jesús un don tan grande. ¡Gracias, Señor, por las llamadas al sacerdocio que cada día diriges a los hombres! Y hacemos el propósito de tratarlos con más amor, con más reverencia, viendo en ellos a Cristo que pasa, que nos trae los dones más preciados que un hombre puede desear. Nos trae la vida eterna.
El Papa Juan Pablo II, dirigiéndose a todos los sacerdotes del mundo, les exhortaba con estas palabras: «Al celebrar la Eucaristía en tantos altares del mundo, agradecemos al eterno Sacerdote el don que nos ha dado en el sacramento del Sacerdocio. Y que en esta acción de gracias se puedan escuchar las palabras puestas por el evangelista en boca de María con ocasión de la visita a su prima Isabel: Ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre Lc 1, 49Demos también gracias a María por el inefable don del Sacerdocio por el cual podemos servir en la Iglesia a cada hombre. ¡Que el agradecimiento despierte también nuestro celo! »Demos gracias incesantemente por esto; con toda nuestra vida; con todo aquello de que somos capaces. Juntos demos gracias a María, Madre de los sacerdotes. ¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho? La copa de salvación levantaré e invocaré el nombre del Señor (Sal 115, 12-13)

Te invitamos a rezar con el Santisimo estas Letanias a Jesus Sacerdote Santo