mensaje del Prior General P. Míceál O'Neill, O.Carm., con motivo de la solemnidad de la Virgen del Carmen 2020
Orden de los Carmelitas
Evangelio según San Mateo 11,28-30.
Jesús tomó la palabra y dijo:
"Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana."
Salmo Lucas 1
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque
ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre. Y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.
Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero. Destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.
Oremos al Señor, nuestro Dios, implorando la intercesión de la Virgen María, nuestra Señora del Carmen.
Por la Iglesia, que contempla en María la imagen radiante de la nueva humanidad salvada en Cristo: para que sea santa y misericordiosa.
Por todos los que sufren y se encuentran en cualquier necesidad: para que experimenten la cercanía de la Virgen y la ayuda de los hermanos.
Por los navegantes y los trabajadores de la mar: para que María del Monte Carmelo alivie sus penalidades y los conduzca a buen puerto.
Por los enfermos y agonizantes: para que en su dolor y soledad se sientan en brazos de la Virgen Madre.
Por los difuntos necesitados de purificación: para que pronto gocen de la plenitud de la gloria de Cristo y de su Madre en el cielo.
Oración:
Evangelio según San Mateo 11,28-30.
Jesús tomó la palabra y dijo:
"Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana."
Palabra del Señor
Gloria a Ti Señor Jesús
Salmo Lucas 1
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque
ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre. Y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.
Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero. Destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.
Oremos al Señor, nuestro Dios, implorando la intercesión de la Virgen María, nuestra Señora del Carmen.
Por la Iglesia, que contempla en María la imagen radiante de la nueva humanidad salvada en Cristo: para que sea santa y misericordiosa.
Por todos los que sufren y se encuentran en cualquier necesidad: para que experimenten la cercanía de la Virgen y la ayuda de los hermanos.
Por los navegantes y los trabajadores de la mar: para que María del Monte Carmelo alivie sus penalidades y los conduzca a buen puerto.
Por los enfermos y agonizantes: para que en su dolor y soledad se sientan en brazos de la Virgen Madre.
Por los difuntos necesitados de purificación: para que pronto gocen de la plenitud de la gloria de Cristo y de su Madre en el cielo.
Oración:
Escucha, Señor, nuestras súplicas, que te dirigimos confiando en la poderosa intercesión de santa María. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
La Sagrada Escritura celebra la belleza del monte Carmelo, donde el profeta Elías, en el siglo IX antes de Cristo, defendió la pureza de la fe de Israel en el Dios vivo, en contra del culto a Baal. En el siglo XII, algunos eremitas se retiraron a aquel monte, constituyendo más tarde una Orden dedicada a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Virgen María. Según la tradición, en este día la Virgen entregó el popular escapulario del Carmen a San Simón Stock. Además, bajo este título celebramos a la Virgen como guía de los navegantes, consuelo de los afligidos, fortaleza de los moribundos en su agonía, intercesora nuestra en el trásito de la muerte, auxilio de las almas del purgatorio.
Oración:
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Virgen María, en su advocación del monte Carmelo, nos ayude y nos haga llegar hasta Cristo, monte de salvación. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
"Las Sagradas Escrituras celebran la belleza del Carmelo, donde el profeta Elías defendió la pureza de la fe de Israel en el Dios vivo. En el siglo XII algunos eremitas se retiraron a aquel monte, construyendo más tarde una Orden dedicada a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Virgen María".
Con estas palabras presenta la Liturgia de este día el libro oficial de la Iglesia.
La Orden del Carmen nació a finales del siglo XII en el Monte Carmelo, especialmente para dar culto y tratar de imitar a la Virgen María. Por ello desde los orígenes se conoció a los religiosos carmelitas como a los "Hermanos de la Bienaventurada Virgen Ma. del Monte Carmelo". Aún hoy este título oficial de la Orden que fue enriquecido con muchas gracias e indulgencias, a cuantos así llamaran a los carmelitas.
Por el año 1251 el Prior General de la Orden, San Simón Stock, acudía a la Virgen María, como Patrona de la Orden para que le liberara de los enemigos que atentaban contra su existencia. Y para ello llegó a componerle algunas plegarias.
Una noche, cuenta la tradición, que el 16 de julio de 1251 se le apareció la Virgen Ma. llevando el escapulario del Carmen en sus manos y le dijo: "ESTE SERÁ EL PRIVILEGIO PARA TI Y TODOS LOS CARMELITAS; QUIEN MURIERE CON ÉL NO PADECERÁ EL FUEGO ETERNO, ES DECIR, EL QUE CON ÉL MURIESE, SE SALVARÁ" Desde entonces empezó a divulgarse esta devoción por todas partes, especialmente por los países latinos, hasta llegar a ser una "devoción católica o universal como la misma Iglesia", en expresión del Cardenal Comá, fallecido en 1940.
Hoy la Orden del Carmen en todas sus múltiples ramas masculinas, femeninas y los millares y hasta millones de seglares que visten el escapulario del Carmen -el más popular de todos los escapularios que venera la Iglesia- se halla extendida por todas partes y dan a conocer a la Virgen María bajo esta popular advocación del CARMELO.
Es Patrona, la Virgen del Carmen, de varias Naciones y Gremios, y especialmente la venera como Madre y como Reina la gente del mar.
"Las Sagradas Escrituras celebran la belleza del Carmelo, donde el profeta Elías defendió la pureza de la fe de Israel en el Dios vivo. En el siglo XII algunos eremitas se retiraron a aquel monte, construyendo más tarde una Orden dedicada a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Virgen María".
Con estas palabras presenta la Liturgia de este día el libro oficial de la Iglesia.
La Orden del Carmen nació a finales del siglo XII en el Monte Carmelo, especialmente para dar culto y tratar de imitar a la Virgen María. Por ello desde los orígenes se conoció a los religiosos carmelitas como a los "Hermanos de la Bienaventurada Virgen Ma. del Monte Carmelo". Aún hoy este título oficial de la Orden que fue enriquecido con muchas gracias e indulgencias, a cuantos así llamaran a los carmelitas.
Por el año 1251 el Prior General de la Orden, San Simón Stock, acudía a la Virgen María, como Patrona de la Orden para que le liberara de los enemigos que atentaban contra su existencia. Y para ello llegó a componerle algunas plegarias.
Una noche, cuenta la tradición, que el 16 de julio de 1251 se le apareció la Virgen Ma. llevando el escapulario del Carmen en sus manos y le dijo: "ESTE SERÁ EL PRIVILEGIO PARA TI Y TODOS LOS CARMELITAS; QUIEN MURIERE CON ÉL NO PADECERÁ EL FUEGO ETERNO, ES DECIR, EL QUE CON ÉL MURIESE, SE SALVARÁ" Desde entonces empezó a divulgarse esta devoción por todas partes, especialmente por los países latinos, hasta llegar a ser una "devoción católica o universal como la misma Iglesia", en expresión del Cardenal Comá, fallecido en 1940.
Hoy la Orden del Carmen en todas sus múltiples ramas masculinas, femeninas y los millares y hasta millones de seglares que visten el escapulario del Carmen -el más popular de todos los escapularios que venera la Iglesia- se halla extendida por todas partes y dan a conocer a la Virgen María bajo esta popular advocación del CARMELO.
Es Patrona, la Virgen del Carmen, de varias Naciones y Gremios, y especialmente la venera como Madre y como Reina la gente del mar.
ORACIÓN
¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Vos, que miráis con ojos de particular bondad al que viste vuestro bendito Escapulario, miradme benignamente y cubridme con el manto de vuestra maternal protección. Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder, iluminad las tinieblas de mi entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la caridad. Adornad mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos. Asistidme en vida, consoladme cuando muera con vuestra amabilísima presencia, y presentadme a la augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros eternamente y bendeciros en el Paraíso. Amen.
Escapulario ;El escapulario es impuesto, sólo la primera vez, por un sacerdote o por una persona autorizada.
-Puede ser sustituido por una medalla que tenga por una parte la imagen del Corazón de Jesús y por la otra la de la Virgen.
El Escapulario exige un compromiso cristiano auténtico: vivir de acuerdo con las enseñanzas del evangelio, recibir los sacramentos y profesar una devoción especial a la Virgen María que se expresa, al menos, con la recitación cotidiana de tres avemarías.
-Puede ser sustituido por una medalla que tenga por una parte la imagen del Corazón de Jesús y por la otra la de la Virgen.
El Escapulario exige un compromiso cristiano auténtico: vivir de acuerdo con las enseñanzas del evangelio, recibir los sacramentos y profesar una devoción especial a la Virgen María que se expresa, al menos, con la recitación cotidiana de tres avemarías.
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