A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

martes, 12 de abril de 2016

Señor, sé para mí roca de amparo y fortaleza protectora. Tú eres mi roca y mi fortaleza; guíame y condúceme por el honor de tu nombre. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.



Evangelio
según san Juan 6, 30-35

En aquel tiempo, la gente preguntó a Jesús:
"¿Qué señal puedes ofrecernos para que, al verla, te creamos? ¿Cuál es tu obra? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio a comer pan del cielo".
Jesús les respondió:
"Les aseguro que no fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. El pan de Dios viene del cielo y da la vida al mundo".
Entonces le dijeron:
"Señor, danos siempre de ese pan".
Jesús les contestó:
"Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


Dios nuestro, tú que abres las puertas de tu Reino a quienes renacen del agua y del Espíritu, haz fructificar en nosotros la gracia del bautismo para que, libres de toda culpa, podamos alcanzar la herencia que nos has prometido.
Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.



Salmo 30

En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Señor, sé para mí roca de amparo y fortaleza protectora. Tú eres mi roca y mi fortaleza; guíame y condúceme por el honor de tu nombre.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

A tus manos confío mi espíritu: tú el Dios fiel, me rescatarás; yo confío en el Señor. Me llenaré de júbilo y alegría por tu amor.

En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, sálv
ame por tu amor. Al amparo de tu presencia nos ocultas de las intrigas de los hombres.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.


 Oremos Juntos


Para que las funciones y ministerios que cada sacerdote ha de desempeñar en la Iglesia, pidamos que Dios los asista y ayude:


  A nuestro Santo Padre, el Papa Francisco…
Envuélvelo en tu gracia, Señor


A los Cardenales, Nuncios y legados del Papa
Envíales tu luz, Señor

 A los Obispos, prelados y clérigos…
Dales tus dones, Señor

A los sacerdotes de seminarios…
 Dales tu sabiduría, Señor

A los sacerdotes diocesanos…
  Nunca los dejes, Señor

A los sacerdotes religiosos…
Hazlos perfectos, Señor

A los sacerdotes en los hospitales…
  Dales constancia, Señor

A los sacerdotes enfermos…
Sánalos, Señor

  A los sacerdotes pobres…
 Socórrelos, Señor

A los sacerdotes ancianos…
  Sostenlos, Señor

  A los sacerdotes jóvenes…
 Impúlsalos a tu gloria, Señor

A los sacerdotes misioneros…
Protégelos, Señor

A los sacerdotes predicadores…
  Ilumínalos, Señor

A los sacerdotes directores de almas…
  Instrúyelos, Señor

A los sacerdotes párrocos…
  Dales cautela, Señor

De los sacerdotes vicarios…
No te apartes, Señor

A los sacerdotes celosos…
Ayúdalos, Señor

A los sacerdotes que desean amarte…
  Enciéndelos, Señor

A los sacerdotes tristes…
  Consuélalos, Señor

A los sacerdotes turbados…
Dales paz, Señor

A los sacerdotes aislados…
Acompáñalos, Señor

A los sacerdotes atados a lo terreno…
 Rompe sus cadenas, Señor

A los sacerdotes difuntos…
Dales la gloria, Señor.


Te ofrecemos, ¡oh Padre!, en favor de las vocaciones religiosas y sacerdotales por las manos purísimas de María, la Sangre preciosa de Jesús, que purifica, redime y salva. Y Tú, Espíritu Santo, que tanto amas a la Iglesia y que eres su alma y su vida, dígnate escuchar las súplicas que hacemos por ellos. Te lo pedimos por María Inmaculada, auxilio, consuelo, espejo y guía de todos los Sacerdotes. Amén. 

 Oracion Final

Renueva en todos tus sacerdotes, en los fervorosos y en los abatidos, en los que luchan, en los que te aman con ardor, en los que han perdido la esperanza, el amor a Ti y a tu Iglesia. Que resplandezcan en sus vidas las virtudes de la pureza y la obediencia, la paciencia y la caridad, la dulzura y la comprensión, el celo ardiente por la salvación de las almas, la humildad y la sencillez. Danos sacerdotes según tu corazón.
Inspira y ayuda, Señor, a los sacerdotes que trabajan en los seminarios y casas de formación para que den a tu Iglesia santos, doctores, mártires, apóstoles, una nueva generación de testigos de Cristo inspirados de un nuevo ardor misionero para la nueva evangelización. Envíanos, Señor, sacerdotes santos.
Te pedimos, Señor, por todos aquellos que consagran sus vidas a la pastoral vocacional para que en nombre de Cristo no dejen de lanzar las redes para dar a la Iglesia las vocaciones que necesita para cumplir con su misión. Necesitamos tus sacerdotes. Envíalos, Señor.

Fuente Vicaria de San Martin de Porres







Danos, Señor, muchos y santos sacerdotes. Danos, Señor, muchos y santos sacerdotes. Danos, Señor, muchos y santos sacerdotes.




Santa Teresa de Jesus de los Andes
Nació en Santiago de Chile el 13 de julio de 1900, en el seno de una familia acomodada y muy cristiana. Desde su niñez procuró comulgar diariamente y pasar largo rato en diálogo amistoso con Jesús, a la vez que vivía una intensa vida mariana. Profundamente afectiva, se creía incapaz de vivir separada de los suyos. Sin embargo, asumió generosa la prueba de estudiar en régimen de internado, como entrenamiento para la separación definitiva que consumaría el 7 de mayo de 1919, ingresando en las Carmelitas Descalzas de Los Andes. No alcanzó a vivir ni un año entero en el convento, pues murió de tifus el 12 de abril de 1920. Las religiosas aseguraban que había entrado ya santa. Cristo, ese loco de amor, me ha vuelto loca, decía ella. Alcanzó una envidiable madurez integrando en la más armoniosa síntesis lo divino y lo humano: oración, estudios, deberes hogareños... y deporte, al que era aficionadísima. Juan Pablo II la canonizó en 1993.
Oración: Teresa de Los Andes Que de la mano de María te convertiste
En una joven enamorada de Jesucristo, Eres modelo de santidad
Y camino de perfección para la Iglesia. Tú supiste reír, amar, jugar y servir. Tú fuiste fuerte para asumir el dolor Y generosa para amar. Tú supiste contemplar a Dios En las cosas sencillas de la vida. Muéstranos el amor del Padre Para vivir la amistad con alegría Y con ternura en la familia. Ayuda a los débiles y a los tristes Para que el Espíritu Los anime en la esperanza. Intercede por nosotros Y pide para Chile el amor y la paz. Teresa de Los Andes, Hija predilecta de la Iglesia Chilena, Religiosa del Carmelo, Amiga de los jóvenes, servidora de los pobres, Ruega por nosotros cada día. Amén. 

 Fuente directorio franciscano


Meditacion


Dice san Francisco en su Saludo a las virtudes: «La santa obediencia confunde a todas las voluntades corporales y carnales, y tiene mortificado su cuerpo para obedecer al Espíritu y para obedecer a su hermano» (SalVir 14-15).Comienza así el Testamento de san Francisco: -El Señor me dio de esta manera a mí, hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia: porque, como estaba en pecados, me parecía extremadamente amargo ver a los leprosos. Y el Señor mismo me condujo entre ellos, y practiqué la misericordia con ellos. Y al apartarme de los mismos, aquello que me parecía amargo, se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo; y después me detuve un poco, y salí del siglo (Test 1-3)
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