Evangelio según San Mateo 11,28-30.
Jesús tomó la palabra y dijo:
"Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana."
Palabra del Señor
Oremos al Señor, nuestro Dios, implorando la intercesión de la Virgen María, nuestra Señora del Carmen.
-Por la Iglesia, que contempla en María la imagen radiante de la nueva humanidad salvada en Cristo: para que sea santa y misericordiosa.
-Por todos los que sufren y se encuentran en cualquier necesidad: para que experimenten la cercanía de la Virgen y la ayuda de los hermanos.
-Por los navegantes y los trabajadores de la mar: para que María del Monte Carmelo alivie sus penalidades y los conduzca a buen puerto.
-Por los enfermos y agonizantes: para que en su dolor y soledad se sientan en brazos de la Virgen Madre.
-Por los difuntos necesitados de purificación: para que pronto gocen de la plenitud de la gloria de Cristo y de su Madre en el cielo.
Oración: Escucha, Señor, nuestras súplicas, que te dirigimos confiando en la poderosa intercesión de santa María. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Nuestra Señora Del Carmen,
Es la advocación de la Virgen como Patrona de la familia carmelitana. La Sagrada Escritura celebra la belleza del monte Carmelo, donde el profeta Elías, en el siglo IX antes de Cristo, defendió la pureza de la fe de Israel en el Dios vivo, en contra del culto a Baal. En el siglo XII, algunos eremitas se retiraron a aquel monte, constituyendo más tarde una Orden dedicada a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Virgen María. Según la tradición, en este día la Virgen entregó el popular escapulario del Carmen a San Simón Stock. Además, bajo este título celebramos a la Virgen como guía de los navegantes, consuelo de los afligidos, fortaleza de los moribundos en su agonía, intercesora nuestra en el trásito de la muerte, auxilio de las almas del purgatorio.
Oración: Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Virgen María, en su advocación del monte Carmelo, nos ayude y nos haga llegar hasta Cristo, monte de salvación. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Virgen Inmaculada Flor del Carmelo
P. Celedonio Martínez Daimiel O.C.D
La Virgen del Carmen que estamos habituados a ver, en nuestras iglesias y conventos, vestida de carmelita con el escapulario en las manos, no es la imagen originaria que veneraron los primeros padres del Carmelo. Estos primitivos carmelitas veneraban a María simplemente con el título de Madre de Dios, aunque la invocasen de igual modo cual Madre del Señor, Inmaculada y Virgen Asunta al cielo.
De igual modo la iconografía actual de la Virgen del Carmen, no es originaria; cómo tampoco la fiesta del 16 de julio, era la más importante para la Orden del Carmen. Los primeros carmelitas celebraban como patrona de la Orden a la Virgen Inmaculada, durante el mes de diciembre. Tal era la importancia de esta solemnidad el la Orden, que los Papas con su corte, cuando esta se encontraba en Aviñon, se dirigían todos los años a celebrar la Inmaculada Concepción de María en los conventos carmelitanos, por ser la patrona principal de la Orden.
Hoy al celebrar la Virgen del Carmen, hacemos memoria de María la Madre del Señor siempre Virgen e Inmaculada, de la que los Carmelitas son fieles propagadores de su amor, culto e imitación. Esta Madre de misericordia, es la que nos enseña a contemplar el mundo que nos rodea con ojos inmaculados, para que en cada momento de nuestro existir sepamos descubrir lo bello y hermoso que hay en cada ser humano, en los animales y plantas del planeta, al igual que en todo el firmamento. De esta belleza participa la Virgen Inmaculada que bajo la advocación del Carmen enseña, a todos los que deseen seguir su vida ejemplar, el camino hasta llegar a Cristo, monte de la salvación, ayudándolos como Madre amorosa, protegiéndolos como Patrona segura y acompañándolos como Hermana Fiel.
Carmelitas Descalzos
La Virgen María entrega el escapulario el 16 de julio de 1251
En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la comunidad.
En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock y le da el escapulario para la orden con la siguiente promesa:
"Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno"
Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los laicos.
Carmelitas Sitio Corazones.org
El Escapulario Sitio: Catholic.net
Consagración a Nuestra Señora del Carmen
Virgen del Carmen, oh Madre mía, me consagro a Vos, y confío en tus manos- mi existencia entera. Aceptá mi pasado con todo lo que ha sido. Aceptá mi presente con todo lo que es. Aceptá mi futuro con todo lo que será. Con esta total consagración te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de tu Hijo Sacratísimo y de tu Esposo Santísimo. Te confío mi inteligencia, mi voluntad y mi corazón. Pongo en tus manos mi libertad, mis ansias y mis temores, mis esperanzas y mis deseos, mis tristezas y mis alegrías. Cuidá de mi vida y todas mis acciones para que sea más fiel al Señor Trino y Uno, y con tu ayuda alcance la salvación. Te confío mi entusiasmo y el ardor de mi devoción para que me ayudes a no envejecer en la Fe.
Te confío mi capacidad y ganas de amar como has amado Tú, y como Jesús quiere que ame.
Te confío mis incertidumbres y mis angustias, para que en tu Corazón- encuentre seguridad, sostén y luz en cada instante de mi vida. Con esta consagración me empeño en seguir tu vida de humildad, mansedumbre y pureza. Acepto las renuncias y los sacrificios que esta elección conlleva y te prometo con la gracia de Dios y con tu ayuda ser fiel al empeño tomado. Oh, Madre de todos los hombres, Soberana de mi vida y de mi conducta, disponé de mí y de todo lo que pertenece para que camine siempre en el Evangelio bajo tu guía, oh Estrella del Mar. Amén.
Parroquia Nuestra Señora del Carmen Buenos Aires
Oremos con La Liturgia de las horas
Señor abre mis labios
Y mi boca proclamará tu alabanza
Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen. Salmo 94
Alabanza Divina
Venid, aclamemos al Señor,demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino;por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura , Is 61, 10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se adorna con sus joyas.
Responsorio
El Señor la eligió y la predestinó.
El Señor la eligió y la predestinó.
La hizo morar en su templo santo.
Y la predestinó.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
El Señor la eligió y la predestinó.
Cantico EvangelicoDeseé la sabiduría con toda el alma, la pedí en la oración y creció en mí como racimo que madura.
Cántico de Zacarías.
El Mesias y su Precursor Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Deseé la sabiduría con toda el alma, la pedí en la oración y creció en mí como racimo que madura.
Preces
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros.
Sol de justicia, a quien María Virgen precedía cual aurora luciente,
haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia.
Palabra eterna del Padre, tú que elegiste a María como arca de tu morada,
líbranos de toda ocasión de pecado.
Salvador del mundo, que quisiste que tu Madre estuviera junto a tu cruz,
por su intercesión concédenos compartir con alegría tus padecimientos.
Señor Jesús, que colgado en la cruz entregaste María a Juan como madre,
haz que nosotros vivamos también como hijos suyos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
Oremos
Haz venir, Señor, sobre nosotros la poderosa intercesión de la gloriosa Virgen María, para que, protegidos con su auxilio, podamos llegar a tu monte santo, que es Jesucristo, tu Hijo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
Liturgia de las Horas
Oremos a Maria por todos los consagrados del Mundo E
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