A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

sábado, 31 de enero de 2015

...Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza, el amor; pero la más excelente de todas es el amor...


Virgen María, Madre de Cristo-Sacerdote y Madre de todos los bautizados del mundo. Tu amas a quienes dedican su vida a Dios, porque son las imágenes vivas de Tu Hijo único.


Reza para que muchos jóvenes se entreguen a Dios y para que siempre tengamos sacerdotes, religiosas y laicos consagrados que nos enseñen el Evangelio de Cristo, y que nos muestren cómo llegar a ser verdaderos hijos de Dios.


Virgen María, te rogamos que le pidas a Dios Padre que nos regale las vocaciones que tanto necesitamos. Te pedimos que intercedas ante El para que, con su inmenso amor, nos envíe sacerdotes que viviendo su consagración sean santos. Amén.

Meditacion Quinta Aparicion de La Santisima Virgen Maria en Carrizal

El día 5 de marzo de 1993, antes de dar comienzo a la hora santa ante el Santísimo Sacramento en la capilla de las hermanas en Carrizal, siendo más o menos las 5:20 p.m., tanto las hermanas como los integrantes de la familia Padrón observaron una especie de globo de luz que atravesaba el lugar de las apariciones, dirigiéndose específicamente hacia un árbol de pino que está frente a la entrada de vehículos.

El globo de luz mostraba un color dorado y al subir cerca del árbol central del bosquecito apareció en el cielo la Santísima Virgen, con sus manos juntas y la cabeza inclinada y frente a Ella Jesús crucificado.

Duró esta manifestación alrededor de 40 minutos.

Al terminar la manifestación entraron todos en la capilla y llevaron a cabo la hora santa que terminó hacia las 7:20 p.m.

Al salir vieron las mismas personas a la Santísima Virgen encima de la primera Y del árbol mayor del bosque. Esta vez las características que mostraba la Virgen eran diferentes a las de las otras manifestaciones.

Era más bien una silueta iluminada, con manos, con túnica y manto también iluminados Se apreciaba una gran intensidad en la luz Incluso la misma hermana Mary Carmen no se mostró totalmente convencida de que se tratara de una manifestación verdadera hasta que ocurrió un fenómeno jamás visto por los presentes, que vino a confirmar que realmente veían lo que estaban pensando.

Un haz de luces de color azul muy brillante y de forma tubular descendió del cielo tocando el árbol donde se estaba manifestando la Virgen y llegando hasta el piso el haz se devolvía con movimiento inverso, ascendiendo desde el suelo hasta el lugar donde se manifestaba la Virgen y de allí hacia el cielo. Todo el bosque a nivel de suelo se tomó de color azulado brillante luminoso.

En ese momento, al terminar la manifestación, la hermana Clara, superiora, le expresó a los presentes su propósito de informar definitivamente al Señor Obispo de la diócesis acerca de todo lo que venía ocurriendo con relación a las apariciones.

El Ing Padrón le suministró el teléfono de Monseñor Pío Bello, obispo diocesano y sin pérdida de tiempo, la hermana Clara lo llamó para solicitar una audiencia, la cual le fue concedida. También la hermana Mary Carmen anota que ella llegó a convencerse y creer solamente al momento de ver el haz de luz, de tal manera que a un cierto punto pensó que se iba a incendiar el árbol Y anotó en sus apuntes que habiendo vivido por cierto tiempo en este lugar ha constatado que éste ya no es el mismo de antes, que ha sufrido una transformación muy peculiar porque se sentía algo especial, que ella no sabía explicar en palabras, pero que estaba impregnado de una paz inigualable, de una tranquilidad insustituible, de un gozo inefable, que en definitiva, en dos palabras, se sentía la presencia constante de la Virgen


Oremos
meditemos La Palabra de Dios por medio de sus Apostoles


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 31; 13, 1-13 

Hermanos: Anhelen los carismas más valiosos. Y todavía les voy a mostrar un camino más excelente.
Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como campana que suena o platillo que retumba. Y aunque tuviera el don de hablar de parte de Dios y conociera todos los misterios y toda la ciencia; y aunque mi fe fuera tan grande como para trasladar las montañas, si no tengo amor, nada soy. Y aunque repartiera todos mis bienes a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente y bondadoso; no tiene envidia, ni orgullo, ni arrogancia. No es grosero, ni egoísta, no se irrita ni es rencoroso; no se alegra de la injusticia; sino que encuentra su alegría en la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca pasará. Terminará el don de hablar de parte de Dios, cesará el don de expresarse en un lenguaje misterioso y desaparecerá también el don del conocimiento profundo. Porque ahora conocemos de modo imperfecto, lo mismo que es imperfecta nuestra capacidad de hablar de parte de Dios; pero cuando venga lo perfecto, desaparecerá lo imperfecto.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, razonaba como niño; al hacerme hombre, he dejado las cosas de niño. Ahora vemos por medio de un espejo y oscuramente; pero un día conoceré como Dios mismo me conoce.
Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza, el amor; pero la más excelente de todas es el amor.
Palabra del Señor.


Invoquemos, hermanos y hermanas, con corazón unánime y plegaria ferviente, a Dios Padre, fuente y origen de todo bien.
Por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida por todo el mundo, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por nuestra nación, por su prosperidad y por todos sus ciudadanos, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros, por los pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en su reino de luz y felicidad, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.


Rezamos el Dia 4 de la Novena a Maria Madre de las Almas Consagradas


Sabado 31 de Enero de 2015

Nos Unimos a las Intenciones del Santuario en Venezuela
Por los seminaristas Mayores y Menores


Rezamos por las Intenciones del papa Francisco I

Por los Cardenales y Obispos

Por La Paz en el Mundo

por la Paz en nuestros corazones

Por Nuestros Amigos
 

Por los que aún no conocen a Cristo

Por los que nos aman y por los que no nos aman

Por los que sufren soledad o estan privados de su libertad..
Programa del dia 31 en Carrizal

7,30hs Misa Padre Diego Merchan

11,30hs Santa Misa

14,30hs Via Crucis

17hs Santa Misa, Padre Rogelio Vargas, parroquia Lagunetica

Caravana hasta el Santuario

19hs Vigilia

Novena Dia 4


ORACION A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA,
MADRE DE LAS ALMAS CONSAGRADAS.

¡Oh Santísima Virgen María
te invoco como Madre de las personas consagradas!
Concédenos profundizar cada día más
en el amor a Jesús Eucaristía y vivir de tal manera
que podamos así, llevar muchas almas
al conocimiento de Cristo.
Que nuestra entrega se refleje en la unión
y caridad en vida cristiana
y que todas nuestras acciones sean guiadas por tu mano.
Que la vida de infancia espiritual, la confianza en Dios,
el amor a Jesús en el Santísimo Sacramento,
la oración y abnegación por los sacerdotes
y el celo por atraer las almas a la Divina Eucaristía,
sean tarea permanente,
compromiso con nuestros hermanos
con un sólo corazón en el amor. Amén

ORACION PARA TODOS LOS DÍAS:
Por la señal, etc…
 

Oración de San Bernardo para empezar todos los días.

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado.
Yo, pecador, animado con tal confianza, acudo a vos oh Madre,
Virgen de las vírgenes: a vos vengo, delante de vos me presento gimiendo.
No queráis, oh Madre del Verbo, despreciar mis palabras; antes bien, oídlas benignamente y cumplidlas. Amén.
 

Oración antigua de autor anónimo.

Ven, oh gloriosa Reina María; ven y visítanos; ilumina nuestras almas dolientes y danos el vivir santamente. Ven, salud del mundo, a lavar tantas manchas que nos afean, a disipar tantas tinieblas que nos envuelven. Ven, Señora de los pueblos, y apaga estas llamas de concupiscencia que nos abrasan, arrójanos el manto de tu pureza y señala el seguro camino que nos ha de llevar al puerto. Ven a visitar a los enfermos, a fortalecer a los débiles, a dar firmeza a los que fluctúan entre mares de dudas. Ven, estrella, luz de los mares, e infúndenos paz, gozo y devoción. Ven, oh cetro de reyes, poderío de las naciones, y vuelve al seno de la fe, al amor y vida de su unidad, a las muchedumbres extraviadas que no conocen lo que conviene a su salud. Ven, trayéndonos en tus manos los dones de tu casto, eterno esposo, el Espíritu Santo, para que vivamos por su lumbre y calor, y sean nuestro sustento aquellos frutos eternos que nos han de merecer entrar en la unidad de la vida bienaventurada. Amén.



ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS:


¡Oh santísima Señora, excelentísima Madre de Dios y piadosísima Madre de los hombres! Después de Dios, tú eres la única esperanza de los pecadores y la mayor confianza de los justos. La Iglesia te llama vida, dulzura y esperanza nuestra, y todos los pueblos ponen en ti sus ojos, esperando de ti todas las gracias. Nosotros también, dulce abogada, acudimos a ti en estos días, instándote para que nos oigas y concedas las gracias que te pedimos. Danos, en primer lugar, un amor sincero a tu divino Hijo, observando su santa ley cristiana; alcánzanos también la salud del cuerpo y la serenidad del espíritu, la paz en la familia y la suficiencia de medios para la vida; concédenos, en fin, una santa muerte en la santa Iglesia católica.

¡Oh Virgen, que superas toda alabanza! Todo lo que tú quieres, lo puedes ante Dios, de quien eres Madre; y, aun cuando nosotros somos pecadores, tú eres dulce madre del Redentor y dulce madre nuestra, y puedes abogar por tus hijos pequeños y pecadores ante tu Hijo altísimo y redentor; a tu nombre se abren las puertas del cielo; en tus manos están todos los tesoros de la divina misericordia; óyenos, oh plácida Virgen y Madre, y, si nos conviene, concédenos las gracias que te pedimos en esta novena.


Petición. Santa María, socorre a los desgraciados, reanima a los que lloran, ora por el pueblo, intervén por el clero, intercede por las mujeres consagradas, sientan tu auxilio todos los que celebran tu santa festividad.


Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oración. 

Concédenos, por favor, Señor Dios, que nosotros, tus siervos, gocemos de continua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutemos de las alegrías de la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Sitio para visitar  Sacerdote Eterno

Sitio de las Siervas de Jesus en Venezuela  



No hay comentarios: