A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

martes, 17 de junio de 2014

´'..que tu oración arda continuamente, como perfume de incienso: toma en tus manos la espada del Espíritu: haz de tu corazón un altar, y así, afianzado en Dios, presenta tu cuerpo al Señor como sacrificio...'

Imagen de Franciscanos.org-

Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.





«Este es el Misterio de la fe». Con esta expresión, pronunciada inmediatamente después de las palabras de la consagración, el sacerdote proclama el misterio celebrado y manifiesta su admiración ante la conversión sustancial del pan y el vino en el cuerpo y la sangre del Señor Jesús, una realidad que supera toda comprensión humana. En efecto, la Eucaristía es «misterio de la fe» por excelencia: «es el compendio y la suma de nuestra fe» (CIC 1327).En la Eucaristía se revela el designio de amor que guía toda la historia de la salvación. En ella, el Dios Trinidad, que en sí mismo es amor, se une plenamente a nuestra condición humana. En el pan y en el vino, bajo cuya apariencia Cristo se nos entrega en la cena pascual, nos llega toda la vida divina y se comparte con nosotros en la forma del Sacramento. Dios es comunión perfecta de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.La Iglesia, con obediencia fiel, acoge, celebra y adora este don. El «misterio de la fe» es misterio del amor trinitario, en el cual, por gracia, estamos llamados a participar. Por tanto, también nosotros hemos de exclamar con san Agustín: «Ves la Trinidad si ves el amor» . Benedicto XVI, Exhortación «Sacramentum caritatis», nn. 6-8


`..Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva. Es lo mismo que ya había dicho el profeta: Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo.

Hombre, procura, pues, ser tú mismo el sacrificio y el sacerdote de Dios. No desprecies lo que el poder de Dios te ha dado y concedido. Revístete con la túnica de la santidad, que la castidad sea tu ceñidor, que Cristo sea el casco de tu cabeza, que la cruz defienda tu frente, que en tu pecho more el conocimiento de los misterios de Dios, que tu oración arda continuamente, como perfume de incienso: toma en tus manos la espada del Espíritu: haz de tu corazón un altar, y así, afianzado en Dios, presenta tu cuerpo al Señor como sacrificio.

Dios te pide fe, no desea tu muerte; tiene sed de tu entrega, no de tu sangre; se aplaca, no con tu muerte, sino con tu buena voluntad.
  De los sermones de san Pedro Crisólogo



† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48

Gloria a ti, Señor. 


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos oren por quienes los persiguen. Así serán dignos hijos de su Padre del cielo, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos.
Porque, si aman a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen también eso los que recaudan impuestos para Roma? Y si saludan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de más? ¿No hacen lo mismo los paganos? Ustedes sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.





Demos gracias a Cristo, que se nos ofrece en el banquete de su cuerpo y de su sangre.

-Señor Jesús, tú que mandaste celebrar la cena eucarística en memoria tuya, enriquece a tu Iglesia en la santa celebración de tus misterios.

-Cristo, sacerdote único del Altísimo, haz que la vida de tus sacerdotes sea fiel reflejo de lo que celebran sacramentalmente.

-Cristo, maná del cielo, haz que formemos un solo cuerpo los que comemos del mismo pan.

-Cristo, víctima inmolada por todos los hombres, refuerza la paz y la armonía de cuantos creemos en ti.

-Cristo, médico celestial, devuelve la salud a los enfermos y la esperanza viva a los pecadores.

Oración: Señor Jesús, tú que nos dejaste en la Eucaristía el memorial de tu pasión y resurrección, concédenos experimentar en nosotros los frutos de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


Fuentes para nuestra oracion: La Oracion de Cada Dia Franciscanos.org-
Evangelio IESVS.org

Hoy rezamos como siempre en la Parroquia Santo Tomas Moro 14hs , por todas las intenciones de la Iglesia, de La Santisima Virgen Maria, del Santo Padre, por todos los sacerdotes del mundo entero, por las congregaciones religiosas, por la paz en el mundo y por todo lo que hay en tu corazon, te invitamos a unirte desde este pequeño lugar rezando con nosotros el santo rosario Dios te bendiga.

 

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