A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

domingo, 21 de abril de 2013

Yo soy el buen pastor. dice el Señor; Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya.

Dijo Jesus: "Yo soy el buen pastor. dice el Señor; yo conozco a mis ovejas   y ellas me conocen a mí."
Aleluya.
 
El buen pastor da la vida por sus ovejas.


Del salmo 22
El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia acompaña todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me falta.


† Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 27-30
Gloria a Ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
"Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen; les doy la vida eterna y no perecerán jamás, nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y el Padre es superior a todos. El Padre y yo somos uno".
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.


 Levantemos, hermanos y hermanas, nuestros ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos con toda confianza las necesidades de los hombres..

 Para que los obispos, presbíteros y diáconos, apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las guerras, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que los enfermos, los pobres y todos los que sufren, encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que Dios derrame en las familias cristianas el espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano, de manera que germinen abundantes vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

 Dios nuestro, fuente de gozo y de paz, que has concedido a tu Hijo el poder y la realeza sobre los hombres y los pueblos; escucha nuestra oración y sosténnos con la fuerza de tu Espíritu, para que nunca nos separemos de nuestro pastor que nos conducirá hacia fuentes de aguas vivas, y que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
Amén.

 

La figura del buen Pastor determina la liturgia de este domingo. El sacrificio del Pastor ha dado la vida a las ovejas y las ha devuelto al redil. Años más tarde, San Pedro afianzaba a los cristianos en la fe recordándoles en medio de la persecución lo que Cristo había hecho y sufrido por ellos: por sus heridas habéis sido curados. Porque erais como ovejas descarriadas; mas ahora os habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas. Por eso la Iglesia entera se llena del gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo y le pide a Dios Padre que el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de su Pastor.


Debemos rezar mucho por el Papa, que lleva sobre sus hombros el grave peso de la Iglesia, y por sus intenciones. Quizá podemos hacerlo con las palabras de esta oración litúrgica:"Que el Señor le guarde, y le dé vida, y le haga feliz en la tierra, y no le entregue en poder de sus enemigos.
 Todos los días sube hacia Dios un clamor de la Iglesia entera rogando “con él y por él” en todas partes del mundo. No se celebra ninguna Misa sin que se mencione su nombre y pidamos por su persona y por sus intenciones. El Señor verá también con mucho agrado que nos acordemos a lo largo del día de ofrecer oraciones, horas de trabajo o de estudio, y alguna mortificación por su Vicario aquí en la tierra.

“Gracias, Dios mío, por el amor al Papa que has puesto en mi corazón”: ojalá podamos decir esto cada día con más motivo. Este amor y veneración por el Romano Pontífice es uno de los grandes dones que el Señor nos ha dejado.

Hoy en homenaje al Buen Pastor que cuida y apacienta sus ovejas rezamos con el Evangelio de San Juan y recordamos a Pedro 

En aquel tiempo le preguntó Jesús a Simón Pedro:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?"
El le contestó:
"Sí, Señor, tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?"
El le respondió:
"Sí, Señor; tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó:
"Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?"
Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó:
"Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Apacienta mis ovejas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
san Juan 21, 15-17

Hoy nos unimos a toda la Iglesia Purgante y Militante oremos por mas vocaciones el Santo Rosario
Jesús, Buen Pastor,
queremos seguir tus pasos.
Danos tu Espíritu,
para aprender a vivir en la misericordia.
Ayúdanos a descubrir la gratuidad de tu amor,
entrega generosa, don de vida que se regala.
Queremos compartir tu sueño
de construir un mundo justo,
donde exista igualdad
y una fraternidad real,
donde haya pan para todos
y la libertad sea una luz
que ilumine a todas las personas.
Danos tu Espíritu, Jesús, Buen Pastor,
para perseverar
en nuestra búsqueda,
para seguir en camino,
para animarnos a la esperanza activa
de hacer un Reino de paz
y de bondad para todos.
Jesús, Buen Pastor,
que pasaste haciendo el bien,
viviendo la misericordia
en la atención a los enfermos,
en la búsqueda de los marginados,
en la denuncia de las injusticias,
en la apertura al Dios de la vida,
en la enseñanza paciente de los discípulos,
en el anuncio del Reino para todos.
Danos tu Espíritu, Jesús,
para seguirte,
para imitar tu entrega,
para hacer el bien en nuestros días,
en el camino de cada uno,
para vivir en la bondad,
caminando hacia tu Reino. Amén


Obtenido en: Grupo de Oración Santo Cura de Ars