Evangelio según San Marcos 13,33-37.
En aquél tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento.
Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana.
No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!".
Salmo 80
Beata Maria Magdalena de la Encarnación
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
SANTA MISA DOMINGO 29 NOVIEMBRE 2020
En aquél tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento.
Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana.
No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!".
Salmo 80
(79),2ac.3b.15-16.18-19.
Escucha, Pastor de Israel,
Tú que tienes el trono sobre los querubines,
reafirma tu poder y ven a salvarnos.
Vuélvete, Señor de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que Tú hiciste vigoroso.
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha,
al hombre que Tú fortaleciste,
y nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre.
Tú que tienes el trono sobre los querubines,
reafirma tu poder y ven a salvarnos.
Vuélvete, Señor de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que Tú hiciste vigoroso.
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha,
al hombre que Tú fortaleciste,
y nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre.
Nació en Porto Santo Stefano (Toscana, Italia) el año 1770. Desde su adolescencia pasaba horas en adoración junto a Jesús sacramentado. Rehusó un matrimonio ventajoso y en 1788 ingresó en el monasterio de las Terciarias Franciscanas de Ischia di Castro. En 1802 fue elegida abadesa, cargo que ocupó hasta 1807, cuando, siguiendo la voluntad de Dios, se trasladó a Roma, con algunas hermanas y la bendición del papa Pío VII, para fundar el primer monasterio de las Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento. Durante la dominación napoleónica, la congregación fue disuelta y ella exiliada a Florencia. En 1814 pudo volver a Roma y reanudar su obra. Murió en Roma el 29 de noviembre de 1824. Desde joven Dios la enriqueció con carismas y dones místicos extraordinarios, y la adoración perpetua de la Eucaristía fue el centro de su vida espiritual. Fue beatificada el año 2008.
El Señor designó a otros 72 discípulos y los mandó de dos en dos por delante, a todas los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; Y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decir primero: "Paz a esta casa"» (Lc 10,1-5).
Oremos a Dios Padre, que nos concede la gracia de esperar la relevación de nuestro Señor Jesucristo.
-Santifica, Señor, todo nuestro espíritu, alma y cuerpo, y guárdanos sin reproche hasta el día de la venida de tu Hijo.
-Haz que durante este día caminemos en santidad y llevemos una vida sobria, honrada y religiosa.
-Ayúdanos a vestirnos de Jesucristo y a llenarnos del Espíritu Santo.
-Haz, Señor, que estemos preparados el día de la manifestación gloriosa de tu Hijo.
Oración: Señor Dios nuestro, que has enriquecido a tu Iglesia con la santidad de innumerables franciscanos, concédenos seguir sus huellas en la tierra y obtener el premio de la salvación en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
franciscanos.org
Adviento
Benedicto XVI
El Señor Jesús vino en el pasado, viene en el presente y vendrá en el futuro. Abraza todas las dimensiones del tiempo, porque ha muerto y resucitado, es «el Viviente» y, compartiendo nuestra precariedad humana, permanece para siempre y nos ofrece la estabilidad misma de Dios. Es «carne» como nosotros y es «roca» como Dios. Quien anhela la libertad, la justicia y la paz puede cobrar ánimo y levantar la cabeza, porque se acerca la liberación en Cristo (cf. Lc 21,28), como leemos en el Evangelio de hoy. Así pues, podemos afirmar que Jesucristo no sólo atañe a los cristianos, o sólo a los creyentes, sino a todos los hombres, porque él, que es el centro de la fe, es también el fundamento de la esperanza. Y todo ser humano necesita constantemente la esperanza.
Queridos hermanos y hermanas, la Virgen María encarna plenamente la humanidad que vive en la esperanza basada en la fe en el Dios vivo. Ella es la Virgen del Adviento: está bien arraigada en el presente, en el «hoy» de la salvación; en su corazón recoge todas las promesas pasadas y se proyecta al cumplimiento futuro. Sigamos su ejemplo, para entrar de verdad en este tiempo de gracia y acoger, con alegría y responsabilidad, la venida de Dios a nuestra historia personal y social.
El Señor designó a otros 72 discípulos y los mandó de dos en dos por delante, a todas los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; Y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decir primero: "Paz a esta casa"» (Lc 10,1-5).
Oremos a Dios Padre, que nos concede la gracia de esperar la relevación de nuestro Señor Jesucristo.
-Santifica, Señor, todo nuestro espíritu, alma y cuerpo, y guárdanos sin reproche hasta el día de la venida de tu Hijo.
-Haz que durante este día caminemos en santidad y llevemos una vida sobria, honrada y religiosa.
-Ayúdanos a vestirnos de Jesucristo y a llenarnos del Espíritu Santo.
-Haz, Señor, que estemos preparados el día de la manifestación gloriosa de tu Hijo.
Oración: Señor Dios nuestro, que has enriquecido a tu Iglesia con la santidad de innumerables franciscanos, concédenos seguir sus huellas en la tierra y obtener el premio de la salvación en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
franciscanos.org
Adviento
Benedicto XVI
El Señor Jesús vino en el pasado, viene en el presente y vendrá en el futuro. Abraza todas las dimensiones del tiempo, porque ha muerto y resucitado, es «el Viviente» y, compartiendo nuestra precariedad humana, permanece para siempre y nos ofrece la estabilidad misma de Dios. Es «carne» como nosotros y es «roca» como Dios. Quien anhela la libertad, la justicia y la paz puede cobrar ánimo y levantar la cabeza, porque se acerca la liberación en Cristo (cf. Lc 21,28), como leemos en el Evangelio de hoy. Así pues, podemos afirmar que Jesucristo no sólo atañe a los cristianos, o sólo a los creyentes, sino a todos los hombres, porque él, que es el centro de la fe, es también el fundamento de la esperanza. Y todo ser humano necesita constantemente la esperanza.
Queridos hermanos y hermanas, la Virgen María encarna plenamente la humanidad que vive en la esperanza basada en la fe en el Dios vivo. Ella es la Virgen del Adviento: está bien arraigada en el presente, en el «hoy» de la salvación; en su corazón recoge todas las promesas pasadas y se proyecta al cumplimiento futuro. Sigamos su ejemplo, para entrar de verdad en este tiempo de gracia y acoger, con alegría y responsabilidad, la venida de Dios a nuestra historia personal y social.
Segundo Dia de la Novena
Oremos
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. AménProclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre.
En esta Novena pedimos a Maria Madre de las almas consagradas que interceda por todos los sacerdotes del mundo entero, especialmente por los que estan solos y los que estan enfermos. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Intenciones
por la Iglesia y todo el Clero
por los Obispos y Cardenales
por un aumento en las vocaciones sacerdotales y religiosas
por las congregaciones franciscanas
por las congregaciones religiosas
por las Siervas de Jesús
por las Carmelitas descalzas
por la congregación de Don Orione en todo el mundo
por las hermanas que recibieron con amor y ternura a la Imagen peregrina de Maria Madre de las almas consagradas
por la hermana Raquel de la congregación Hermanas de los pobres
por la Hermana Teresita de Don Orione
por la hermana Juanita y Eleuteria
por las hermanas de Santa Marta pilar
por las hermanas de la Visitacion pilar
por las hermanas de la caridad Madre Teresa de Calcuta
por las hermanas de colegios, y hogares de ancianos
por nuestras intenciones
roguemos a Maria Madre nuestra que interceda y lleve a Dios Padre por medio de Su Hijo Jesús estas peticiones y las que quieras añadir desde tu corazón
Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Con fe acompañamos este día con el Santo Rosario
Dios te Bendiga
SANTA MISA DOMINGO 29 NOVIEMBRE 2020
PADRE ENRIQUE YANES -
TVFAMILIA
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