Parroquia San Roque Inaugura Gruta de Lourdes en Concepcion del Uruguay ¡Viva Maria! |
Evangelio según san Marcos 6, 53-56
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago, y tocaron tierra en Genesaret. Pero al desembarcar algunos lo reconocieron. Recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían decir que se encontraba Jesús. Cuando llegaba a cualquier ciudad, pueblo o aldea, colocaban en la plaza a los enfermos y le pedían que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban sanos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Salmo 103
Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Vestido de majestad y de esplendor, envuelto en tu manto de luz.
Bendice al Señor, alma mía.
Afirmaste la tierra sobre sus cimientos y permanecerá inconmovible para siempre; le pusiste el océano como vestido y las aguas cubrían las montañas.
Bendice al Señor, alma mía.
De los manantiales sacas los ríos, que corren entre las montañas; en sus riberas anidan las aves del cielo, que dejan oír su canto entre las ramas.
Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Vestido de majestad y de esplendor, envuelto en tu manto de luz.
Bendice al Señor, alma mía.
Afirmaste la tierra sobre sus cimientos y permanecerá inconmovible para siempre; le pusiste el océano como vestido y las aguas cubrían las montañas.
Bendice al Señor, alma mía.
De los manantiales sacas los ríos, que corren entre las montañas; en sus riberas anidan las aves del cielo, que dejan oír su canto entre las ramas.
Bendice al Señor, alma mía.
¡Cuántas son tus obras, Señor! Todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas.
Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía.
SANTA ESCOLÁSTICA.
Lo poco que sabemos de su vida es lo que nos refiere san Gregorio Magno en el libro II de sus Diálogos. Hermana de san Benito, nació de padres aristócratas en Nursia (Italia) hacia el año 480. Desde su infancia, siguiendo las costumbres de entonces, había sido consagrada a Dios y seguramente confiada por sus padres a un monasterio o grupo de vírgenes para ser educada por ellas y vivir luego como ellas. Acostumbraba visitar a su hermano una vez al año y juntos dedicaban la jornada entera a la alabanza de Dios y a coloquios espirituales. Como norma de vida anteponía la caridad y la contemplación pura a las reglas e instituciones humanas, y así lo puso de manifiesto en el último encuentro con su hermano, cuando la fuerza de su oración "pudo más, porque amaba más". Murió hacia el año 547, poco antes que él, y fue enterrada en Monte Casino, en el sepulcro que Benito tenía preparado para sí mismo.
Oración: Te rogamos, Señor, al celebrar la fiesta de santa Escolástica, virgen, que, imitando su ejemplo, te sirvamos con un corazón puro, y alcancemos así los saludables efectos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Oremos a Dios nuestro Padre, que pone delante de nosotros la conversión y la vida para que optemos por ellas.
-Para que la Iglesia sea como el árbol plantado al borde la acequia, que da fruto en su sazón.
-Para que comprendamos que sólo salva la vida el que sabe entregarla generosamente por Dios y por los demás.
-Para que los que ejercen poder y autoridad opten siempre por las soluciones que llevan a una vida humana en condiciones dignas.
-Para que los cristianos nos decidamos a seguir a Cristo, cargando con la cruz de cada día.
Oración: Señor, tú que quieres que vivamos y crezcamos, atiende nuestras oraciones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
LA ORACIÓN DEL ÁNGELUS
Benedicto XVI, Ángelus del 14 de septiembre de 2008 en Lourdes
Queridos peregrinos, queridos hermanos y hermanas.
Cada día, la oración del Ángelus nos ofrece la posibilidad de meditar unos instantes, en medio de nuestras actividades, en el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. A mediodía, cuando las primeras horas del día comienzan a hacer sentir el peso de la fatiga, nuestra disponibilidad y generosidad se renuevan gracias a la contemplación del "sí" de María. Ese "sí" limpio y sin reservas se enraíza en el misterio de la libertad del María, libertad plena y total ante Dios, sin ninguna complicidad con el pecado, gracias al privilegio de su Inmaculada Concepción.
Este privilegio concedido a María, que la distingue de nuestra condición común, no la aleja, más bien al contrario la acerca a nosotros. Mientras que el pecado divide, nos separa unos de otros, la pureza de María la hace infinitamente cercana a nuestros corazones, atenta a cada uno de nosotros y deseosa de nuestro verdadero bien. Estáis viendo, aquí, en Lourdes, como en todos los santuarios marianos, que multitudes inmensas llegan a los pies de María para confiarle lo que cada uno tiene de más íntimo, lo que lleva especialmente en su corazón. Lo que, por miramiento o por pudor, muchos no se atreven a veces a confiar ni siquiera a los que tienen más cerca, lo confían a Aquella que es toda pura, a su Corazón Inmaculado: con sencillez, sin fingimiento, con verdad. Ante María, precisamente por su pureza, el hombre no vacila a mostrarse en su fragilidad, a plantear sus preguntas y sus dudas, a formular sus esperanzas y sus deseos más secretos. El amor maternal de la Virgen María desarma cualquier orgullo; hace al hombre capaz de verse tal como es y le inspira el deseo de convertirse para dar gloria a Dios.
María nos muestra de este modo la manera adecuada de acercarnos al Señor. Ella nos enseña a acercarnos a Él con sinceridad y sencillez. Gracias a Ella, descubrimos que la fe cristiana no es un fardo, sino que es como una ala que nos permite volar más alto para refugiarnos en los brazos de Dios.
La vida y la fe del pueblo creyente manifiestan que la gracia de la Inmaculada Concepción hecha a María no es sólo una gracia personal, sino para todos, una gracia hecha al entero pueblo de Dios. En María, la Iglesia puede ya contemplar lo que ella está llamada a ser. En Ella, cada creyente puede contemplar desde ahora la realización cumplida de su vocación personal. Que cada uno de nosotros permanezca siempre en acción de gracias por lo que el Señor ha querido revelar de su designio salvador a través del misterio de María. Misterio en el que estamos todos implicados de la más impresionante de las maneras, ya que desde lo alto de la Cruz, que celebramos y exaltamos hoy, Jesús mismo nos ha revelado que su Madre es Madre nuestra. Como hijos e hijas de María, aprovechemos todas las gracias que le han sido concedidas, y la dignidad incomparable que le procura su Concepción Inmaculada redunda sobre nosotros, sus hijos.
Aquí, muy cerca de la gruta, y en comunión especial con todos los peregrinos presentes en los santuarios marianos y con todos los enfermos de cuerpo o alma que buscan consuelo, bendecimos al Señor por la presencia de María en medio de su pueblo y a Ella dirigimos con fe nuestra oración:
«Santa María, tú que te apareciste aquí a la joven Bernadette, "tú eres la verdadera fuente de esperanza" (Dante, Par., XXXIII,12). Como peregrinos confiados, llegados de todos los lugares, venimos una vez más a sacar de tu Inmaculado Corazón fe y consuelo, gozo y amor, seguridad y paz. Monstra Te esse Matrem. Muéstrate como una Madre para todos, oh María. Danos a Cristo, esperanza del mundo. Amén»
-Para que la Iglesia sea como el árbol plantado al borde la acequia, que da fruto en su sazón.
-Para que comprendamos que sólo salva la vida el que sabe entregarla generosamente por Dios y por los demás.
-Para que los que ejercen poder y autoridad opten siempre por las soluciones que llevan a una vida humana en condiciones dignas.
-Para que los cristianos nos decidamos a seguir a Cristo, cargando con la cruz de cada día.
Oración: Señor, tú que quieres que vivamos y crezcamos, atiende nuestras oraciones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
LA ORACIÓN DEL ÁNGELUS
Benedicto XVI, Ángelus del 14 de septiembre de 2008 en Lourdes
Queridos peregrinos, queridos hermanos y hermanas.
Cada día, la oración del Ángelus nos ofrece la posibilidad de meditar unos instantes, en medio de nuestras actividades, en el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. A mediodía, cuando las primeras horas del día comienzan a hacer sentir el peso de la fatiga, nuestra disponibilidad y generosidad se renuevan gracias a la contemplación del "sí" de María. Ese "sí" limpio y sin reservas se enraíza en el misterio de la libertad del María, libertad plena y total ante Dios, sin ninguna complicidad con el pecado, gracias al privilegio de su Inmaculada Concepción.
Este privilegio concedido a María, que la distingue de nuestra condición común, no la aleja, más bien al contrario la acerca a nosotros. Mientras que el pecado divide, nos separa unos de otros, la pureza de María la hace infinitamente cercana a nuestros corazones, atenta a cada uno de nosotros y deseosa de nuestro verdadero bien. Estáis viendo, aquí, en Lourdes, como en todos los santuarios marianos, que multitudes inmensas llegan a los pies de María para confiarle lo que cada uno tiene de más íntimo, lo que lleva especialmente en su corazón. Lo que, por miramiento o por pudor, muchos no se atreven a veces a confiar ni siquiera a los que tienen más cerca, lo confían a Aquella que es toda pura, a su Corazón Inmaculado: con sencillez, sin fingimiento, con verdad. Ante María, precisamente por su pureza, el hombre no vacila a mostrarse en su fragilidad, a plantear sus preguntas y sus dudas, a formular sus esperanzas y sus deseos más secretos. El amor maternal de la Virgen María desarma cualquier orgullo; hace al hombre capaz de verse tal como es y le inspira el deseo de convertirse para dar gloria a Dios.
María nos muestra de este modo la manera adecuada de acercarnos al Señor. Ella nos enseña a acercarnos a Él con sinceridad y sencillez. Gracias a Ella, descubrimos que la fe cristiana no es un fardo, sino que es como una ala que nos permite volar más alto para refugiarnos en los brazos de Dios.
La vida y la fe del pueblo creyente manifiestan que la gracia de la Inmaculada Concepción hecha a María no es sólo una gracia personal, sino para todos, una gracia hecha al entero pueblo de Dios. En María, la Iglesia puede ya contemplar lo que ella está llamada a ser. En Ella, cada creyente puede contemplar desde ahora la realización cumplida de su vocación personal. Que cada uno de nosotros permanezca siempre en acción de gracias por lo que el Señor ha querido revelar de su designio salvador a través del misterio de María. Misterio en el que estamos todos implicados de la más impresionante de las maneras, ya que desde lo alto de la Cruz, que celebramos y exaltamos hoy, Jesús mismo nos ha revelado que su Madre es Madre nuestra. Como hijos e hijas de María, aprovechemos todas las gracias que le han sido concedidas, y la dignidad incomparable que le procura su Concepción Inmaculada redunda sobre nosotros, sus hijos.
Aquí, muy cerca de la gruta, y en comunión especial con todos los peregrinos presentes en los santuarios marianos y con todos los enfermos de cuerpo o alma que buscan consuelo, bendecimos al Señor por la presencia de María en medio de su pueblo y a Ella dirigimos con fe nuestra oración:
«Santa María, tú que te apareciste aquí a la joven Bernadette, "tú eres la verdadera fuente de esperanza" (Dante, Par., XXXIII,12). Como peregrinos confiados, llegados de todos los lugares, venimos una vez más a sacar de tu Inmaculado Corazón fe y consuelo, gozo y amor, seguridad y paz. Monstra Te esse Matrem. Muéstrate como una Madre para todos, oh María. Danos a Cristo, esperanza del mundo. Amén»
Oración Ultima de la Novena a Nuestra Señora de Lourdes
Dia Noveno, Lunes 10 de Febrero..
Intencion: Madre, Hijos y Embarazadas
La Fe y sus frutos
"Maria ha dado al mundo el fruto de la vida y ha sido la primera en amar a Dios, Se reconoce al arbol por sus frutos. (Lc.6,43). "
Se invita a ofrecer una flor blanca por cada hijo, o bien en recuerdo de nuestras madres. Serán consagrados todos los hijos a la Santísima Virgen y se bendeciran a las mamas embarazadas (en ambas misas) por la tarde Rosario Internacional por la Paz en el mundo.
18,30hs . Primeras Vísperas de la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes.
Al final de la Santa Misa, procesión con antorchas recorriendo la Gruta.
00hs Canto de las mañanitas a La Virgen.
Martes 11 de febrero
Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes.
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