A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

sábado, 19 de octubre de 2019

Señor y Dios nuestro, que elegiste a san Lucas para que nos revelara, con su predicación y sus escritos, tu amor a los pobres, concede, a cuantos se glorían en Cristo, vivir con un mismo corazón y un mismo espíritu y atraer a todos los hombres a la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

De la carta de san Pablo a los Efesios: «Hermanos, yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz». Un solo cuerpo y un solo Espíritu. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos (cf. Ef 4,1-6).

Invoquemos a Dios Padre, que nos ha llamado a la fe verdadera por medio del Evangelio de su Hijo.

-Para que la Iglesia, aleccionada por san Lucas, sepa llevar el Evangelio de Cristo a los hombres de cada tiempo y lugar, de cualquier lengua y cultura.

-Para que los pobres, los marginados, los pecadores, todos los que sufren, puedan reconocer en nuestras palabras y obras el rostro compasivo de Cristo.

-Para que los cristianos, que hemos recibido el don de la fe, seamos testigos del mensaje de Jesús en nuestro entorno.

-Para que todos permanezcamos abiertos y atentos, como María, a la escucha de la palabra de Dios, y la cumplamos en nuestra vida.

Oración: Escucha, Padre, las súplicas que te dirigimos con confianza en la festividad del evangelista san Lucas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén


SAN LUCAS,

 evangelista. Originario de Antioquía de Siria y nacido de familia pagana, se convirtió a la fe y acompañó al apóstol San Pablo, de cuya predicación es reflejo el Evangelio que escribió, a partir del segundo viaje del Apóstol, quien le llama «mi querido médico». 
Nos transmitió en otro libro, denominado Hechos de los Apóstoles, los primeros pasos de la vida de la Iglesia desde la Ascensión del Señor hasta la prisión de Pablo en Roma. Tras el martirio de Pablo, dejó la ciudad eterna, perdiéndose sus huellas. Es patrono de los médicos (junto con San Cosme y San Damián) y también de los pintores porque, aparte la leyenda según la cual habría pintado la imagen o icono de María, es el evangelista que mejor ha trazado la fisonomía de la Virgen. El evangelio de Lucas es el evangelio del rostro misericordioso del Padre, el de Jesús amigo de los pecadores, el de la preferencia de Dios por los pobres, el de la comunión y el universalismo cristiano.- 
Oración:
 Señor y Dios nuestro, que elegiste a san Lucas para que nos revelara, con su predicación y sus escritos, tu amor a los pobres, concede, a cuantos se glorían en Cristo, vivir con un mismo corazón y un mismo espíritu y atraer a todos los hombres a la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

SAN PABLO DE LA CRUZ,
 fundador de los Pasionistas.
 [Murió el 18 de octubre y su memoria se celebra el 19 del mismo mes]
Nació en Ovada (Liguria, Italia) el año 1694. De joven fue soldado y ayudó a su padre en su profesión de mercader. Movido por el deseo de perfección, renunció a todo y comenzó a servir a pobres y enfermos, a la vez que se mortificaba con duras penitencias. En 1720 el obispo de Alessandria lo revistió de la túnica negra de los ermitaños, y se retiró a Castellazzo. Ordenado de sacerdote en Roma el año 1727, trabajó con intensidad creciente por la salvación de las almas, fundando casas de su congregación, en la que se conciliaba la vida eremítica con la predicación apostólica. Fue misionero popular, director de almas, propagador de la devoción a la Pasión del Señor. En una sociedad escéptica como la suya, volvió a poner en primer plano el misterio de la Cruz. En 1771 se abrió la primera casa de las religiosas pasionistas. Murió en Roma el 18 de octubre de 1775.-
 Oración: 
Concédenos, Señor, que san Pablo de la Cruz, cuyo único amor fue Cristo crucificado, nos alcance tu gracia, para que, estimulados por su ejemplo, nos abracemos con fortaleza a la cruz de cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén




Después de la Anunciación, María se levantó y se puso en camino deprisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, dijo a María: «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! (...) Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá» (cf. Lc 1,41-45)





Novena a San Juan Pablo II Sexto Dia

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Oración de San Juan Pablo II por la familia

Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.

Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.

Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.

Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias.

Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo. Amén.

Sexto día: Matrimonio y Eucaristía 

(Familiaris Consortio 57)

Oración a San Juan Pablo II

¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!

Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar 
con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús.

Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra.

Bendice las familias, ¡bendice cada familia!

Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.

Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.

Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén


Se mencionan las intenciones de la Novena. 
Rezamos en esta Novena desde este humilde lugar
por los sacerdotes del mundo entero
por los seminaristas
por las almas consagradas
por mas vocaciones de laicos consagrados
por mas vocaciones religiosas
por las familias de los sacerdotes
por nuestras familias y seres queridos
por nuestra vocacion de servicio ...
aqui añade tu intencion de esta Novena
y luego se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.

Oración de San Juan Pablo II a la Virgen María
(Evangelium Vitae)

Oh María, aurora del mundo nuevo, 
Madre de los vivientes, 
a ti confiamos la causa de la vida: mira, 
Madre, el número inmenso de niños a quienes se impide nacer, 
de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas 
de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la 
indiferencia o de una presunta piedad.

Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza
 y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.

Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
 la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia 
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir,
 junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización
 de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador 
y amante de la vida. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo



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