A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

sábado, 26 de enero de 2019

La unidad con Dios y con los demás se construye ante todo mediante una vida de oración, en la búsqueda constante de la «voluntad de Dios en Cristo Jesús con respecto a nosotros» (cf. 1 Ts 5,18).



San Pablo escribió a Timoteo: --Vendrá un tiempo en que la gente no soportará la doctrina sana, sino que, para halagarse el oído, se rodearán de maestros a la medida de sus deseos; y, apartando el oído de la verdad, se volverán a las fábulas. Tú estate siempre alerta: soporta lo adverso, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña bien tu oficio (2 Tm 4,3-5)




Oremos
A Cristo, que encomendó a sus apóstoles la misión de evangelizar, elevamos nuestra oración confiada:

-Para que la Iglesia observe con fidelidad el mensaje y la doctrina recibidos de los apóstoles.

-Para que los obispos sepan ser, con su magisterio y su vida, intérpretes autorizados del Evangelio.

-Para que los anunciadores del Evangelio proclamen en el lenguaje apropiado el depósito de fe y doctrina que nos trasmitieron los apóstoles.

-Para que todos los cristianos vivamos la apostolicidad sintiéndonos en comunión con la Iglesia universal.

Oración: Señor Jesús, haz tuyas ante el Padre nuestras súplicas. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


Imagen del sitio Wikipedia

Desde su beatificación se celebra el 16 de marzo, por decisión del papa Francisco-​Anteriormente, se celebraba el 26 de enero​ .
Conocido como el Cura Brochero o el cura gaucho. Nació en los aledaños de Santa Rosa de Río Primero (Córdoba, Argentina) en 1840. De joven ingresó en el seminario de Córdoba, y fue ordenado sacerdote en 1866. A fines de 1869 asumió el extenso Curato de San Alberto, de 4.336 kilómetros cuadrados, con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes e incomunicados. El estado moral y material de sus gentes era lamentable. Desde el principio se dedicó a llevar el Evangelio y a educar y promocionar a sus habitantes. Pronto comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales. En 1875 comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios en Villa del Transito (hoy Villa Cura Brochero), provincia de Córdoba. Además construyó edificios, abrió caminos, fundó pueblos, se preocupó por la educación de todos. Evangelizó asumiendo el lenguaje de sus feligreses. Ningún enfermo de su territorio quedaba sin sacramentos. Murió en Villa del Tránsito, leproso y ciego, el 26-I-1914. Beatificado el 14-IX-2013

Meditacion y Oracion

Hola Buen dia, como has estado, Desde aqui queremos contarte nuestras actividades como Arca misionera de oracion y mision. Hubo cambios muy importantes pero que no afectaron la actividad del Arca, seguimos adelante y necesitamos de tu ayuda en la oracion. Ahora estamos en la Posada del Orante  Calle Arcos 2971 Nuñez, Buenos Aires, Argentina-
Proximamente te contaremos que dias y horario estaremos Adorando al Santisimo y rezando junto a Maria Madre de las Almas Consagradas por los sacerdotes y consagrados.
Queremos Meditar ahora junto a vos y rezar el Rosario por tus intenciones y por el Arca San Juan Pablo II hoy 26 de Enero de 2019, Acompañemos a La Madre en oracion. Gracias Amigos por la perseverancia.

La unidad con Dios y con los demás se construye ante todo mediante una vida de oración, en la búsqueda constante de la «voluntad de Dios en Cristo Jesús con respecto a nosotros» (cf. 1 Ts 5,18)



LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO
Y LA ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
De la Homilía de Benedicto XVI el 25-I-08Queridos hermanos y hermanas:

La fiesta de la Conversión de San Pablo nos pone nuevamente en la presencia de este gran Apóstol, escogido por Dios para ser su «testigo ante todos los hombres» (Hch 22,15). Para Saulo de Tarso el momento del encuentro con Cristo resucitado en el camino de Damasco marcó el cambio decisivo de su vida. Se realizó entonces su completa transformación, una auténtica conversión espiritual. En un instante, por intervención divina, el encarnizado perseguidor de la Iglesia de Dios se encontró a sí mismo ciego, inmerso en la oscuridad, pero con el corazón invadido por una gran luz, que lo llevaría en poco tiempo a ser un ardiente apóstol del Evangelio.

San Pablo siempre tuvo la certeza de que sólo la gracia divina había podido realizar una conversión semejante. Cuando había dado ya lo mejor de sí, dedicándose incansablemente a la predicación del Evangelio, escribió con renovado fervor: «He trabajado más que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo» (1 Co 15,10). Sin embargo, incansable como si la obra de la misión dependiera enteramente de sus esfuerzos, san Pablo estuvo siempre animado por la profunda convicción de que toda su fuerza procedía de la gracia de Dios que actuaba en él.

Esta tarde, las palabras del Apóstol sobre la relación entre esfuerzo humano y gracia divina resuenan llenas de un significado muy particular. Al concluir la Semana de oración por la unidad de los cristianos, somos aún más conscientes de que la obra del restablecimiento de la unidad, que requiere nuestra energía y nuestro esfuerzo, es en cualquier caso infinitamente superior a nuestras posibilidades. La unidad con Dios y con nuestros hermanos y hermanas es un don que viene de lo alto, que brota de la comunión de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y que en ella se incrementa y se perfecciona.

No está en nuestro poder decidir cuándo o cómo se realizará plenamente esta unidad. Sólo Dios podrá hacerlo. Como san Pablo, también nosotros ponemos nuestra esperanza y nuestra confianza «en la gracia de Dios que está con nosotros». Queridos hermanos y hermanas, esto es lo que quiere implorar la oración que elevamos juntos al Señor, para que sea él quien nos ilumine y sostenga en nuestra búsqueda constante de la unidad.


«Orad sin cesar»
Así, asume su valor más pleno la exhortación de san Pablo a los cristianos de Tesalónica: «Orad sin cesar» (1 Ts 5,17), que se ha escogido como tema de la Semana de oración de este año. El Apóstol conoce bien a esa comunidad, nacida de su actividad misionera, y alberga grandes esperanzas respecto de ella. Conoce tanto sus méritos como sus debilidades. En efecto, entre sus miembros no faltan comportamientos, actitudes y debates que pueden crear tensiones y conflictos, y san Pablo interviene para ayudar a la comunidad a caminar en la unidad y en la paz.

En la conclusión de la carta, con una bondad casi paterna, añade una serie de exhortaciones muy concretas, invitando a los cristianos a fomentar la participación de todos, a sostener a los débiles, a ser pacientes, a no devolver a nadie mal por mal, a buscar siempre el bien, a estar siempre alegres y a dar gracias a Dios en toda circunstancia (cf. 1 Ts 5,12-22). En el centro de estas exhortaciones pone el imperativo «orad sin cesar». En efecto, las demás recomendaciones perderían fuerza y coherencia si no estuvieran sostenidas por la oración. La unidad con Dios y con los demás se construye ante todo mediante una vida de oración, en la búsqueda constante de la «voluntad de Dios en Cristo Jesús con respecto a nosotros» (cf. 1 Ts 5,18).

OREMOS Junto A Maria Madre de las Almas Consagradas.

Rezando en la Catedral



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