A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

viernes, 25 de agosto de 2017

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. Bendigo al Señor en todo momento.



Evangelio según san Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba:"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?"
Jesús le respondió:
"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu próximo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas".

Palabra del Señor.
Gloria, a ti señor.
 

salmo 145


Alabaré al Señor toda mi vida.

 
Dichoso aquel que es auxiliado por el Dios de Jacob y pone su esperanza en el Señor, su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto el mar encierra.
Alabaré al Señor toda mi vida.


El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo.
Alabaré al Señor toda mi vida.


Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado.
Alabaré al Señor toda mi vida.


A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos.
Alabaré al Señor toda mi vida.

Oremos
Señor, tú elegiste entre tus fieles a san José Calasanz, para que mostrara a sus hermanos el camino que conduce a ti; concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo, nuestro Maestro, para que un día logremos alcanzar, junto con nuestros hermanos, la gloria de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo...Amén



Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 31; 13, 1-13

Hermanos: Aspiren a los dones de Dios más excelente. Voy a mostrarles el camino mejor de todos. Aunque yo hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor; no soy más que una campana que resuena o unos platillos que aturden. Aunque yo tuviera el don de profecía y penetrara todos los misterios, aunque yo poseyera en grado sublime el don de ciencia y mi fe fuera tan grande como para cambiar de sitio las montañas, si no tengo amor, nada soy. Aunque yo repartiera en limosnas todos mis bienes y aunque me dejara quemar vivo, si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no es presumido ni se envanece; no es grosero ni egoísta; no se irrita ni guarda rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad. El amor disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites.
El amor dura por siempre; en cambio, el don de profecía se acabará; el don de lenguas desaparecerá, y el don de ciencia dejará de existir, porque nuestros dones de ciencia y de profecía son imperfectos. Pero, cuando llegue la consumación, todo lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, sentía como niño y pensaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, hice a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo y oscuramente, pero después será cara a cara. Ahora sólo conozco de una manera imperfecta, pero entonces conoceré a Dios como él me conoce a mí. Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor; pero el amor es la mayor de las tres.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.



Salmo 33

Bendigo al Señor en todo momento.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.
Bendigo al Señor en todo momento.

Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mi ansias.
Bendigo al Señor en todo momento.
Contémplenlo y quedarán radiantes, su rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.
Bendigo al Señor en todo momento 

El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gusten qué bueno es el Señor, dichoso el que acoge a él. 
 Bendigo al Señor en todo momento 

Todos sus santos teman al Señor, porque nada les falta a los que lo temen; los ricos empobrecen y pasan hombre, los que buscan al Señor no carecen de nada. 
Bendigo al Señor en todo momento.




Presentemos a Dios Padre nuestras oraciones y súplicas en favor de todos los hombres.

-Por cuantos en la Iglesia tienen la misión de enseñar y educar: para que sean colmados de la sabiduría y de la luz del Espíritu Santo.

-Por los educadores, los maestros, los profesores: para que den a sus alumnos una formación humana y cristiana integral.

-Por los escritores y por los que enseñan a través de los medios de comunicación social: para que sirvan a la verdad, la justicia, el bien y la dignidad de los hombres.

-Por todos los cristianos: para que seamos testigos de humanidad y fraternidad en nuestras relaciones y convivencia.

Oración: Escucha, Padre, nuestra oración y envía tu Espíritu a nuestras mentes y a nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén







SAN JOSÉ DE CALASANZ.
 Nació de familia noble en Peralta de la Sal, provincia de Huesca en España, el año 1557. Hizo estudios medios y superiores en varios centros y, madurada su vocación, se ordenó de sacerdote en 1583. Estuvo sucesivamente al servicio de los obispos de Barbastro y Lérida y del cabildo de Urgel. El año 1592 marchó a Roma, donde se dedicó a instruir a los niños pobres y abandonados del Trastévere. En 1617 fundó la Congregación Paulina de Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, que Gregorio XV elevó a Orden Religiosa en 1621 con el nombre actual de Orden de las Escuelas Pías (Escolapios), para la formación de los niños y de los jóvenes en el amor y la sabiduría del Evangelio. Proclamó el derecho a la educación de todos los niños y luchó por ella, siendo perseguido por este motivo y teniendo que sufrir mucho, hasta las calumnias de los envidiosos. Murió en Roma el 25 de agosto de 1648. En 1948 el papa Pío XII lo declaró «Patrono universal de todas las escuelas populares cristianas del mundo».-  
Oración: Señor, Dios nuestro, que has enriquecido a san José de Calasanz con la caridad y la paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y cristiana de los niños, concédenos, te rogamos, imitar en su servicio a la verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén






PROCUREMOS VIVIR UNIDOS A CRISTO Y AGRADARLE SÓLO A ÉL
De los escritos de san José de Calasanz

Nadie ignora la gran dignidad y mérito que tiene el ministerio de instruir a los niños, principalmente a los pobres, ayudándolos así a conseguir la vida eterna. En efecto, la solicitud por instruirlos, principalmente en la piedad y en la doctrina cristiana, redunda en bien de sus cuerpos y de sus almas, y, por esto, los que a ello se dedican ejercen una función muy parecida a la de sus ángeles custodios.

Además, es una gran ayuda para que los adolescentes, de cualquier género o condición, se aparten del mal y se sientan suavemente atraídos e impulsados a la práctica del bien. La experiencia demuestra que, con esta ayuda, los adolescentes llegan a mejorar de tal modo su conducta, que ya no parecen los mismos de antes. Mientras son adolescentes, son como retoños de plantas que su educador puede inclinar en la dirección que le plazca, mientras que, si se espera a que endurezcan, ya sabemos la gran dificultad o, a veces, la total imposibilidad que supone el doblegarlos.

La adecuada educación de los niños, principalmente de los pobres, no sólo contribuye al aumento de su dignidad humana, sino que es algo que merece la aprobación de todos los miembros de la sociedad civil y cristiana: de los padres, que son los primeros en alegrarse de que sus hijos sean conducidos por el buen camino; de los gobernantes, que obtienen así unos súbditos honrados y unos buenos ciudadanos; y, sobre todo, de la Iglesia, ya que son introducidos de un modo más eficaz en su multiforme manera de vivir y de obrar, como seguidores de Cristo y testigos del Evangelio.

Los que se comprometen a ejercer con la máxima solicitud esta misión educadora han de estar dotados de una gran caridad, de una paciencia sin límites y, sobre todo, de una profunda humildad, para que así sean hallados dignos de que el Señor, si se lo piden con humilde afecto, los haga idóneos cooperadores de la verdad, los fortalezca en el cumplimiento de este nobilísimo oficio y les dé finalmente el premio celestial, según aquellas palabras de la Escritura: Los que enseñaron a muchos la justicia brillarán como tas estrellas, por toda la eternidad.

Todo esto conseguirán más fácilmente si, fieles a su compromiso perpetuo de servicio, procuran vivir unidos a Cristo y agradarle sólo a él, ya que él ha dicho: Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.


Fuente  www.franciscanos.org

BEATA MARÍA DEL TRÁNSITO CABANILLAS



Fundó en Argentina la Congregación de las Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas, para obras de misericordia y educación de niñas pobres. Nació en la actual Villa Carlos Paz (Córdoba, Argentina) el año 1821. De joven fue a Córdoba a estudiar, y allí desarrolló una gran actividad catequística y caritativa, ingresó en la Tercera Orden de San Francisco y llevó a cabo su fundación. Murió el 25 de agosto de 1885 en San Vicente de Córdoba. «La llama que ardía en su corazón llevó a María del Tránsito a buscar la intimidad con Cristo en la vida contemplativa. Y no se apagó cuando por enfermedad tuvo que abandonar los monasterios en que estuvo, sino que continuó en forma de confianza y abandono en la voluntad de Dios, que siguió buscando incesantemente. El ideal franciscano se manifestó entonces como el verdadero camino que Dios quería para ella y, con la ayuda de sabios directores, emprendió una vida de pobreza, humildad, paciencia y caridad, dando vida a una nueva familia religiosa» (Juan Pablo II).

 Dice san Francisco en su Regla: -Aconsejo de veras, amonesto y exhorto a mis hermanos en el Señor Jesucristo que, cuando van por el mundo, no litiguen ni contiendan con palabras, ni juzguen a los otros; sino sean apacibles, pacíficos y moderados, mansos y humildes, hablando a todos honestamente, como conviene. 
En cualquier casa en que entren, primero digan: Paz a esta casa (2 R 3,10-13)




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