A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

domingo, 17 de julio de 2016

Por la paz y concordia de las Iglesias, por la unión de todos los cristianos y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor. Escúchanos, Señor.



Evangelio
según san Lucas 10, 38-42

En aquel tiempo entró Jesús en un poblado, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ella tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Entre tanto, Marta se afanaba en diversos quehaceres; hasta que se paró y dijo:
"Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude".
El Señor le respondió:
"Marta, Marta: muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria.
María escogió la mejor parte y nadie se la quitará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


Señor, míranos con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia, para que llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos.Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.



salmo 14

¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

Quien procede honradamente y obra con justicia, quien es sincero en sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia.
¿Quién será grato a tus ojos, Señor?
Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados y honra a quienes temen al Altísimo.
¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

Quien no presta con usura y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes. Quienes vivan así, serán gratos a Dios eternamente.
¿Quién será grato a tus ojos, Señor?




Lectura de la carta del apóstol san Pablo 
Colosenses 1, 24-28

Hermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes: así completo lo que falta a la pasión de Cristo en mí, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.
Por disposición de Dios, he sido constituido ministro de la Iglesia para predicarles por entero su mensaje: el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a su pueblo santo.
Dios ha querido dar a conocer a los suyos la gloria y riqueza que este designio encierra para los paganos; es decir, que Cristo vive en ustedes y es la esperanza de la gloria. Nosotros predicamos a ese Cristo; corregimos a todos, los instruimos con todos los recursos de la sabiduría, a fin de que todos sean cristianos perfectos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.


Oremos Unidos


Por la paz y concordia de las Iglesias, por la unión de todos los cristianos y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por los responsables de las naciones, para que bajo su gobierno tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.
Por los que están lejos de casa, por los enfermos y encarcelados y por todos los que sufren, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.
Por nuestra comunidad reunida en la fe, la piedad y el temor de Dios, por los que hacen el bien a nuestras parroquias y por los que ayudan a los pobres, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

 Dios de bondad, Padre Santo, escucha nuestras oraciones y danos un corazón humilde y sencillo que escuche la palabra de tu Hijo y lo acoja en la persona de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.








Todas las ocupaciones, hechas con rectitud de intención, pueden ser el lugar donde cada día vivamos la caridad, la mortificación, el espíritu de servicio a los demás, la alegría y el optimismo, la comprensión, la cordialidad, el apostolado de amistad... Es el medio, en definitiva, con el que nos santificamos. Y esto es verdaderamente lo que importa: encontrar a Jesús en medio de esos diarios quehaceres, no olvidar en momento alguno “al Señor de las cosas”; menos aún cuando esos quehaceres hacen referencia más directa a Él, pues, de lo contrario, quizá terminaríamos llevándolos a cabo por nosotros mismos, buscando en ellos solamente la realización personal o la mera satisfacción de un deber cumplido, dejando a un lado la rectitud de intención, olvidando al Maestro.

Le pedimos a la Virgen, al terminar la oración, tener el espíritu de trabajo de Marta y la presencia de Dios de María mientras, sentada a los pies de Jesús, escuchaba embebida sus palabras.


Fuente;www.iesvs.org

 
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