Evangelio según san Mateo 10, 7-15
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Vayan y proclamen que está llegando el Reino de los cielos. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios; gratis lo han recibido, entréguenlo también gratis.
No lleven oro ni plata ni dinero en el bolsillo; ni morral para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero tiene derecho a su sustento.
Cuando lleguen a cualquier pueblo, averigüen quién hay en él digno de recibirlos y quédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar en la casa, saluden, y si lo merecen, la paz de su saludo permanecerá con ellos; si no, regresará a ustedes. Si no los reciben ni escuchan su mensaje, salgan de esa casa o de ese pueblo y sacúdanse el polvo de los pies.
Les aseguro que el día del juicio será más llevadero para Sodoma y Gomorra que para ese pueblo".Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos; míranos siempre con amor de padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.
Sal 79
Ven, Señor, a salvarnos.
Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre los querubines, resplandece, despierta tu poder y ven a salvarnos.
Ven, Señor, a salvarnos.
Dios todopoderoso, atiéndenos, mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la planta que sembraste, el retoño que hiciste vigoroso.
Ven, Señor, a salvarnos.
En unión espiritual con la familia de Nazaret, modelo e imagen de la humanidad nueva, elevemos al Padre nuestra oración.
-Por la Iglesia: para que dé siempre la imagen de una verdadera familia que sabe amar, perdonar, estimar y apreciar a cada persona por sí misma.
-Por las familias: para que el Señor les inspire esa confianza en la Providencia que ayuda a acoger y a promover el don de la vida.
-Por todas las familias: para que sean lugar de crecimiento en edad, sabiduría y gracia.
-Por los padres y los hijos: para que sepan construir una auténtica comunidad que crezca en la fe y en el amor.
Oración: Señor Dios, que, en Jesús, José y María, nos has dado una imagen viva de tu eterna comunión de amor; renueva en todos los hogares las maravillas de tu Espíritu para que nuestras familias experimenten de continuo tu presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Liturgia de las Horas
Nona
Dios mío, ven en mi auxilio
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: Fundamento de todo lo que existe
Fundamento de todo lo que existe,
de tu pueblo elegido eterna roca,
de los tiempos Señor, que prometiste
dar tu vigor al que con fe te invoca.
Mira al hombre que es fiel y no te olvida,
tu Espíritu, tu paz háganlo fuerte
para amarte y servirte en esta vida
y gozarte después de santa muerte.
Jesús, Hijo del Padre, ven aprisa
en este atardecer que se avecina,
serena claridad y dulce brisa
será tu amor que todo lo domina. Amén.
Salmo 118
Has dado bienes a tu siervo,
Señor, conforme a tus palabras;
enséñame a gustar y a comprender,
porque me fío de tus mandatos;
antes de sufrir, yo andaba extraviado,
pero ahora me ajusto a tu promesa.
Tú eres bueno y haces el bien;
instrúyeme en tus leyes;
los insolentes urden engaños contra mí,
pero yo custodio tus leyes;
tienen el corazón espeso como grasa,
pero mi delicia es tu voluntad,
Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus mandamientos;
más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro y plata.En Dios confío y no temo lo que pueda hacerme un mortal.
Salmo 55
Misericordia, Dios mío, que me hostigan,
me atacan y me acosan todo el día;
todo el día me hostigan mis enemigos,
me atacan en masa.
Levántame en el día terrible,
yo confío en ti.
En Dios, cuya promesa alabo,
en Dios confío y no temo:
¿qué podrá hacerme un mortal?
Todos los días discuten y planean
pensando sólo en mi daño;
buscan un sitio para espiarme,
acechan mis pasos y atentan contra mi vida.
Anota en tu libro mi vida errante,
recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco,
y así sabré que eres mi Dios.
En Dios, cuya promesa alabo;
en el Señor, cuya promesa alabo,
en Dios confío y no temo:
¿qué podrá hacerme un hombre?
Te debo, Dios mío, los votos que hice,
los cumpliré con acción de gracias;
porque libraste mi alma de la muerte,
mis pies de la caída;
para que camine en presencia de Dios
a la luz de la vida.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
En Dios confío y no temo lo que pueda hacerme un mortal.
Tu bondad, Señor, es más grande que los cielos.
El fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí. Si vivimos por el Espíritu marchemos tras el Espíritu.
Indícame, Señor, el camino que he de seguir.Tu espíritu que es bueno me guíe por tierra llana.
Oremos
Contempla, Señor, a tu familia en oración, y haz que imitando los ejemplos de paciencia de tu Hijo no decaiga nunca ante la adversidad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Bendigamos al Señor.Demos gracias a Dios.
Novena a Nuestra Señora del Carmen
Por la señal, etc
Acto de Contricion
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío me has de perdonar mis culpas, y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén
Oracion para todos los dias
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías)
Dia Primero
Comenzar con el acto de contrición y la oración.
Oracion
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse del Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta, vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
Oracion Final
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos como ofenden a tu divino Hijo, y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea
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