A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

lunes, 5 de octubre de 2015

Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti Confío». (Diario, 187)



Evangelio
según san Lucas 10, 25-37


En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó: “Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?” Jesús le dijo:

“¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?” El doctor de la ley contestó: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús le dijo: “Has contestado bien; si haces eso, vivirás”.

El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?” Jesús le dijo: “Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo. De igual modo, un levita que pasó por ahí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él. Al día siguiente sacó dos denarios, se los dio al dueño del mesón y le dijo: ‘Cuida de él y lo que gastes de más, te lo pagaré a mi regreso’.

¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?” El doctor de la ley le respondió: “El que tuvo compasión de él”. Entonces Jesús le dijo: “Anda y haz tú lo mismo”.
Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.


Demos gracias al Señor en todo tiempo y lugar, en cualquier circunstancia, pero de modo muy particular en la Santa Misa, la Acción de gracias por excelencia. Y con la Liturgia de la Misa, le decimos: Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza en acción de gracias por los dones que nos has concedido; ayúdanos a reconocer que es dádiva tuya lo que hemos recibido sin merecerloOración sobre las ofrendas.

Junto a la acción de gracias continua, la petición reiterada, porque son muchas las ayudas que necesitamos, sin las cuales no podremos salir adelante. Aunque el Señor nos concede de hecho muchos dones sin que se los pidamos, ha dispuesto otorgarnos otros teniendo en cuenta la fuerza de la oración de sus hijos. Y como no sabemos cuál es la medida de oración que su insondable Providencia espera para otorgarnos esas gracias, es necesario que pidamos incansablemente: es preciso orar siempre y no desfallecer. Lc 18, 1.

Y el Señor, en el Evangelio de la Misa, nos da la seguridad más plena de que serán siempre atendidas nuestras oraciones. Él mismo sale fiador con su palabra: todo lo que pidamos y sea para nuestro bien se nos concederá siempre. Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.  Pío XI, Enc. Ingravescentibus malis, 29-IX-1937.

Meditacion con Santa Faustina

Dios omnipotente y eterno, que has escogido a Santa Faustina para proclamar al mundo las inmensas riquezas de tu infinita misericordia; concédenos, por su intercesión, confiar como ella plenamente en tu bondad, y cumplir con corazón generoso las obras de caridad cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que es Dios, y vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

 Salmo 103

 ¡Bendice al Señor, alma mía!
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a Su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios.

 ¡Bendice al Señor, alma mía!

Él perdona todas tus culpas y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura

 ¡Bendice al Señor, alma mía!

El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; no acusa de manera inapelable ni guarda rencor eternamente; no nos trata según nuestros pecados  ni nos paga conforme a nuestras culpas.

 ¡Bendice al Señor, alma mía!

Cuanto se alza el cielo sobre la tierra, así de inmenso es Su amor por los que lo temen; cuanto dista el oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros pecados.  Como un padre cariñoso con sus hijos, así es cariñoso el Señor con sus fieles; ¡Bendice al Señor, alma mía! 

 ¡Bendice al Señor, alma mía!

Invoquemos a Dios, que puso en el mundo a los hombres para que trabajasen concordes para su gloria, y digámosle:

Haz, Señor, que te glorifiquemos.

Te bendecimos, Señor, creador del universo, porque has conservado nuestra vida hasta el día de hoy;
Haz que en toda nuestra jornada te alabemos y te bendigamos.

Haz, Señor, que te glorifiquemos.
 Míranos benigno, Señor, ahora que vamos a comenzar nuestra labor cotidiana;
haz que, obrando conforme a tu voluntad, cooperemos en tu obra.

Haz, Señor, que te glorifiquemos.
 Que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos,
y así todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos.

Haz, Señor, que te glorifiquemos.
 A nosotros y a todos los que hoy entrarán en contacto con nosotros,
concédenos el gozo y la paz.

Haz, Señor, que te glorifiquemos. 
Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente:

Padre nuestro...

Oremos

Señor Dios, rey de cielos y tierra, dirige y santifica en este día nuestros cuerpos y nuestros corazones, nuestros sentidos, palabras y acciones, según tu ley y tus mandatos; para que, con tu auxilio, podamos ofrecerte hoy en todas nuestras actividades un sacrificio de alabanza grato a tus ojos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.





Santa Faustina Kowalska   
 Santa Faustina Kowalska
Apóstol de la Divina Misericordia
por SCTJM 

 Nacida el 25 de agosto de 1905
Muere el 5 de octubre de 1938
Canonizada el 30 de abril del 2000, año jubilar.

 Santa Faustina nació en la aldea de Glogoviec, en Swinice Varckie, Polonia, el 25 de agosto de 1905. Fue bautizada dos días después con el nombre de Elena Kowalska, en la Iglesia de San Casimiro. Sus padres tuvieron 8 hijos (Elena es la tercera), a quienes criaron con mucha disciplina, siendo gran ejemplo de vida espiritual. A muy temprana edad, Elena fue llamada a hablar con el cielo. Una indicación de este hecho fue un sueño que ella tuvo a la edad de 5 años. Su madre recuerda que en esa época Elena dijo a su familia. “Yo estuve caminando de la mano de la Madre de Dios en un jardín precioso”. Muchas veces, aún antes de los siete años, la niña se despertaba durante la noche y se sentaba en la cama. Su mamá veía que estaba rezando, y le decía que regresara a dormir o terminaría perdiendo la cabeza. “Oh, no madre”, Elena le contestaba, “mi ángel guardián me debe haber despertado para rezar.” Nos dice Santa Faustina en su diario : “Desde los siete años sentía la suprema llamada de Dios, la gracia de la vocación a la vida consagrada. A los siete años por primera vez oí la voz de Dios en mi alma, es decir, la invitación a una vida más perfecta. Sin embargo, no siempre obedecí la voz de la gracia. No encontré a nadie quien me aclarase esas cosas.” Este evento ocurrió en Vísperas, durante la exposición del Santísimo Sacramento. 
 A esta sencilla Monja sin grandes estudios, pero valerosa y abandonada totalmente en Dios; El Señor Jesus le confió una gran mision: el mensaje de la misericordia dirigido a todo el mundo: "Te envio a toda la humanidad con Mi Misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a Mi Corazon Misericordioso.."
La mision de Santa Faustina consiste en recordar una verdad de la fe, conocida desde siempre, pero olvidada, sobre el amor misericordioso de Dios al hombre y en transmitir nuevas formas de culto a la Divina Misericordia, cuya practica ha de llevar a la renovacion religiosa en el espiritu de confianza y misericordia cristianas.






Meditacion con Santa Faustina

“Oh, Dios misericordioso que no nos desprecias sino que continuamente nos colmas de tus gracias, nos haces dignos de Tu reino y en Tu bondad llenas con los hombres los lugares abandonados por los ángeles ingratos. Oh Dios de gran misericordia que has apartado Tu santa vista de los ángeles rebeldes dirigiéndola al hombre arrepentido, sea honor y gloria a Tu misericordia insondable...” Diario, 1339.


Oracion de Santa Faustina


Deseo transformarme en tu misericordia y ser un vivo reflejo de ti, oh Señor. Que este más grande atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón y mi alma al prójimo.

Ayúdame Señor, a que mis ojos sean misericordiosos para que yo jamás sospeche o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.

Ayúdame Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás critique a mi prójimo sino que tenga una palabra de consuelo y de perdón para todos.

Ayúdame Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargar sobre mí las tareas más difíciles y penosas.

Ayúdame Señor, a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. Mi reposo verdadero está en el servicio a mi prójimo.

Ayúdame Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo. A nadie le rehusaré mi corazón. Seré sincera incluso con aquellos de los cuales sé que abusarán de mi bondad.
Y yo misma me encerraré en el misericordiosísimo Corazón de Jesús. Soportaré mis propios sufrimientos en silencio.

Que tu misericordia, oh Señor, repose dentro de mí. Jesús mío, transfórmame en tu porque tú lo puedes todo. 


Fuente Amor y Misericordia 
Corazones.org
Liturgia de las Horas.org



 

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