A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Oh Dios, tú que has preparado en el corazón de la Virgen María una digna morada al Espíritu Santo, haz que nosotros, por intercesión de la Virgen, lleguemos a ser templos dignos de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Imprime esta Imagen de Maria Madre de las Almas Consagradas y obsequia a tu sacerdote amigo Asi ayudaras a Maria en su Mision, Dios te Bendiga

Evangelio
según san Lucas 12, 39-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa.

Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”. Entonces Pedro le preguntó a Jesús: “¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?”

El Señor le respondió:

“Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso ese siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene.

Pero si ese siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los otros siervos y siervas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte de los desleales.

El siervo que conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más”.
Palabra del Señor.



Salmo 123

El Señor es nuestra ayuda.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, que lo diga Israel, si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando los hombres nos asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera.

El Señor es nuestra ayuda.

Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió que nos despedazaran con sus dientes.

El Señor es nuestra ayuda.

Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. La ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

El Señor es nuestra ayuda.



Dirijamos la oración a Dios nuestro Padre, para que la comunidad cristiana, confirmada en la fe, dé razón de su esperanza ante los hombres.

-Por todo el pueblo cristiano, para que con su vida manifieste la presencia de Cristo resucitado y la alegría de tenerle con nosotros.

-Por nuestra comunidad cristiana, para que sea asidua en la escucha de la Palabra, perseverante en la oración, constante en la caridad fraterna.

-Por los que sufren y se sienten abandonados, para que no se desanimen, sino que, por la fuerza de la fe y la solicitud de los hermanos, sientan la cercanía del Señor.

-Por los cristianos que dudan, los incrédulos que quisieran creer, los que buscan la verdad, para que, movidos por el Espíritu, lleguen a decir de corazón: «¡Señor mío y Dios mío!».

Oración: Dios, Padre nuestro, te pedimos que el Espíritu de tu Hijo resucitado nos haga vivir la bienaventuranza de creer cada vez más y mejor, aunque a veces dudemos o no seamos coherentes con la fe recibida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



Meditacion

María iba reflexionando sobre todas las cosas que había conocido leyendo, escuchando, mirando, y de este modo su fe iba en aumento constante, sus méritos crecían, su sabiduría se hacía más clara y su caridad era cada vez más ardiente.

Ella no se dejaba llevar por su propio instinto o juicio, sino que su actuación exterior correspondía siempre a las insinuaciones internas de la sabiduría que nace de la fe. Convenía, en efecto, que la sabiduría divina, que se iba edificando la casa de la Iglesia para habitar en ella, se valiera de María santísima para lograr la observancia de la ley, la purificación de la mente, la justa medida de la humildad y el sacrificio espiritual.

Imítala tú, alma fiel. Entra en el templo de tu corazón, si quieres alcanzar la purificación espiritual y la limpieza de todo contagio de pecado. Allí Dios atiende más a la intención que a la exterioridad de nuestras obras. Por esto, ya sea que por la contemplación salgamos de nosotros mismos para reposar en Dios, ya sea que nos ejercitemos en la práctica de las virtudes o que nos esforcemos en ser útiles a nuestro prójimo con nuestras buenas obras, hagámoslo de manera que la caridad de Cristo sea lo único que nos apremie. Éste es el sacrificio de la purificación espiritual, agradable a Dios, que se ofrece no en un templo hecho por mano de hombres, sino en el templo del corazón, en el que Cristo, el Señor, entra de buen grado.

Oración litúrgica: Oh Dios, tú que has preparado en el corazón de la Virgen María una digna morada al Espíritu Santo, haz que nosotros, por intercesión de la Virgen, lleguemos a ser templos dignos de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
San Lorenzo Justiniano, Sermón 8, en la fiesta de la Purificación de la B. V. María

Fuente www.franciscanos.org

Hoy recordamos a

 Santa Laura Montoya Upegui
Nació en Jericó (Antioquia, Colombia) el año 1874. Su padre fue asesinado por defender la religión y la patria, y su familia quedó en la pobreza. De labios de su madre aprendió a perdonar y a fortalecer su carácter con cristianos sentimientos. A los de 16 años empezó la carrera de magisterio y llegó a ser una erudita en su tiempo, formadora de cristianas generaciones. En 1914 fundó una familia religiosa, las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, para servir a los indígenas de las selvas. En 1924 salió de Medellín hacia Dabeiba (Antioquía) el primer grupo de «Misioneras catequistas de los indios», integrado por ella misma y cinco compañeras, para abrirse paso en la tupida selva. La madre Laura fue probada y purificada por la incomprensión, incluso de prelados, que no entendieron aquel estilo de misionar, que rompía esquemas para lanzar a la mujer como misionera en la vanguardia de la evangelización. Su obra se extendió rápidamente. Murió en Belencito-Medellín el año 1949 y fue canonizada en 2013. "..Parten hacia lo desconocido, para abrirse paso en la tupida selva. Van, no con la fuerza de las armas, sino con la debilidad femenina apoyada en el Crucifijo y sostenida por un gran amor a María la Madre y Maestra de esta Obra misionera. “Ella, la Señora Inmaculada me atrajo de tal modo, que ya me es imposible pensar siquiera en que no sea Ella como el centro de mi vida”. La celda carmelitana, objeto de sus ansias en el tiempo de su juventud, le pareció demasiado fría ante aquellas selvas pobladas de seres humanos sumidos en la infidelidad, pero amados tiernamente por Dios. “Siento la suprema impotencia de mi nada y el supremo dolor de verte desconocido, como un peso que me agobia”.

Oración para alcanzar gracias por la intercesión de
Santa Laura Montoya Upegui

Dios misericordioso, que prodigaste Tu Amor y Tus Dones a
Santa Laura Montoya, haciéndola fiel discípula de Tu Hijo y misionero
de los más pobres; concédenos, por su intercesión,
que, movidos por la fuerza de Tu Espíritu, anunciemos a todos el Evangelio,
alcancemos el don de la paz  y si es Tu Voluntad, encontremos ayuda en
nuestra necesidad.  Amén.


Sitio de los devotos de Santa Laura Montoya

Oremos por los sacerdotes y las almas consagradas

 

Oracion de SS San Juan Pablo II a Maria Santisima por la santificacion de los sacerdotes.
Oh María, Madre de Jesucristo y Madre de los sacerdotes: acepta este título con el que hoy te honramos para exaltar tu maternidad y contemplar contigo el Sacerdocio de tu Hijo unigénito y de tus hijos, oh Santa Madre de Dios.


Madre de Cristo, que al Mesías Sacerdote diste un cuerpo de carne por la unción del Espíritu Santo para salvar a los pobres y contritos de corazón: custodia en tu seno y en la Iglesia a los sacerdotes, oh Madre del Salvador.


Madre de la fe, que acompañaste al templo al Hijo del hombre, en cumplimiento de las promesas hechas a nuestros Padres: presenta a Dios Padre, para su gloria, a los sacerdotes de tu Hijo, oh Arca de la Alianza.


Madre de la Iglesia, que con los discípulos en el Cenáculo implorabas el Espíritu para el nuevo Pueblo y sus Pastores: alcanza para el orden de los presbíteros la plenitud de los dones, oh Reina de los Apóstoles.


Madre de Jesucristo, que estuviste con Él al comienzo de su vida y de su misión, lo buscaste como Maestro entre la muchedumbre, lo acompañaste en la cruz, exhausto por el sacrificio único y eterno, y tuviste a tu lado a Juan, como hijo tuyo: acoge desde el principio a los llamados al sacerdocio, protégelos en su formación y acompaña a tus hijos en su vida y en su ministerio, oh Madre de los sacerdotes.

Amén.


Oremos Juntos

Los religiosos sacerdotes dejan todo para seguirte sólo a Ti, Sumo Bien, en caridad perfecta. Dan por amor tuyo su libertad; ofrendan lo mejor de su afecto y de su amor a Ti; te siguen, pobres, por el sendero del sacrificio. Grande es la generosidad de estas almas y grande es el don de la vida consagrada a la Iglesia.  

Envía, Señor, a tu Iglesia vocaciones a la vida consagrada.

Los sacerdotes misioneros, en los lugares más remotos de la tierra, a veces en medio de la persecución y con riesgo de sus vidas, predican tu Evangelio a quienes todavía no han oído hablar de ti. Sufren soledad, fatigas, incomprensiones, y todo lo soportan con amor con tal de ver que tu amor prenda en los corazones de esos hombres. 

 Envía, Señor, sacerdotes misioneros a tu Iglesia. 

Renueva en todos tus sacerdotes, en los fervorosos y en los abatidos, en los que luchan, en los que te aman con ardor, en los que han perdido la esperanza, el amor a Ti y a tu Iglesia. Que resplandezcan en sus vidas las virtudes de la pureza y la obediencia, la paciencia y la caridad, la dulzura y la comprensión, el celo ardiente por la salvación de las almas, la humildad y la sencillez. 

Danos sacerdotes según tu corazón.

Inspira y ayuda, Señor, a los sacerdotes que trabajan en los seminarios y casas de formación para que den a tu Iglesia santos, doctores, mártires, apóstoles, una nueva pléyade de testigos de Cristo imbuidos de un nuevo ardor misionero para la nueva evangelización. Envíanos, Señor, sacerdotes santosTe pedimos, Señor, por todos aquellos que consagran sus vidas a la pastoral vocacional para que en nombre de Cristo no dejen de lanzar las redes para dar a la Iglesia las vocaciones que necesita para cumplir con su misión. Necesitamos tus sacerdotes. 


Envíalos, Señor. 

                                Oracion por la santificacion de los sacerdotes
                                      De Santa Teresita del Niño Jesús




 
OH Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra
la obra divina de salvar a las almas
protege a tus sacerdotes (especialmente a: ..............)
en el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN.
Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS,
que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO,
y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE.
Haz que se preserven puros sus Corazones,
marcados con el sello sublime del SACERDOCIO,
y no permitas que el espíritu del mundo los contamine.
Aumenta el número de tus apóstoles,
y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro.
Bendice Sus trabajos y fatigas,
y que como fruto de Su apostolado obtenga la salvación de muchas almas
que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo.Amen.




Meditacion con Fray Alejandro Ferreiros Dios te Bendiga! 


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