Dijo Jesus: "Yo soy el buen pastor. dice el Señor; yo conozco a mis ovejas
y
ellas me conocen a mí."
Aleluya.
Aleluya.
El
buen pastor da la vida por
sus ovejas.
Del
salmo 22
El
Señor es mi pastor, nada me
falta.
El
Señor es mi pastor, nada me
falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia
fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me
guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque
tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas
una mesa ante mí
enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi
copa rebosa.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu
bondad y tu misericordia
acompaña todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del
Señor por años
sin término.El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
†
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10,
27-30
Gloria
a Ti, Señor.
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:"Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen; les doy la vida eterna y no perecerán jamás, nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y el Padre es superior a todos. El Padre y yo somos uno".
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
Levantemos, hermanos y hermanas, nuestros ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos con toda confianza las necesidades de los hombres..
Para que los obispos, presbíteros y diáconos, apacienten
santamente a los
pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Para
que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos arraigue
con fuerza en
nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las
guerras, roguemos al
Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Para
que los enfermos, los pobres y todos los que sufren,
encuentren en Cristo
resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Para
que Dios derrame en las familias cristianas el espíritu de
piedad y de renuncia
a lo mundano, de manera que germinen abundantes vocaciones al
ministerio
eclesial, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Dios nuestro, fuente de gozo y de paz, que has concedido a tu
Hijo el poder y
la realeza sobre los hombres y los pueblos; escucha nuestra
oración y sosténnos
con la fuerza de tu Espíritu, para que nunca nos separemos de
nuestro pastor
que nos conducirá hacia fuentes de aguas vivas, y que vive y
reina, inmortal y
glorioso, por los siglos de los siglos.
Amén.
Amén.
La figura del buen Pastor determina la liturgia de este domingo. El sacrificio del Pastor ha dado la vida a las ovejas y las ha devuelto al redil. Años más tarde, San Pedro afianzaba a los cristianos en la fe recordándoles en medio de la persecución lo que Cristo había hecho y sufrido por ellos: por sus heridas habéis sido curados. Porque erais como ovejas descarriadas; mas ahora os habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas. Por eso la Iglesia entera se llena del gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo y le pide a Dios Padre que el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de su Pastor.
Debemos rezar mucho por el Papa, que lleva sobre sus hombros el grave peso de la Iglesia, y por sus intenciones. Quizá podemos hacerlo con las palabras de esta oración litúrgica:"Que el Señor le guarde, y le dé vida, y le haga feliz en la tierra, y no le entregue en poder de sus enemigos.
Todos los días sube hacia Dios un clamor de la Iglesia entera rogando “con él y por él” en todas partes del mundo. No se celebra ninguna Misa sin que se mencione su nombre y pidamos por su persona y por sus intenciones. El Señor verá también con mucho agrado que nos acordemos a lo largo del día de ofrecer oraciones, horas de trabajo o de estudio, y alguna mortificación por su Vicario aquí en la tierra.
“Gracias, Dios mío, por el amor al Papa que has puesto en mi corazón”: ojalá podamos decir esto cada día con más motivo. Este amor y veneración por el Romano Pontífice es uno de los grandes dones que el Señor nos ha dejado.
“Gracias, Dios mío, por el amor al Papa que has puesto en mi corazón”: ojalá podamos decir esto cada día con más motivo. Este amor y veneración por el Romano Pontífice es uno de los grandes dones que el Señor nos ha dejado.
Hoy en homenaje al Buen Pastor que cuida y apacienta sus ovejas rezamos con el Evangelio de San Juan y recordamos a Pedro
En aquel tiempo le preguntó Jesús a Simón Pedro:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?"
El le contestó:
"Sí, Señor, tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?"
El le respondió:
"Sí, Señor; tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó:
"Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?"
Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó:
"Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Apacienta mis ovejas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Hoy nos unimos a toda la Iglesia Purgante y Militante oremos por mas vocaciones el Santo Rosario
Jesús, Buen Pastor,
queremos seguir tus pasos.
Danos tu Espíritu,
para aprender a vivir en la misericordia.
Ayúdanos a descubrir la gratuidad de tu amor,
entrega generosa, don de vida que se regala.
Queremos compartir tu sueño
de construir un mundo justo,
donde exista igualdad
y una fraternidad real,
donde haya pan para todos
y la libertad sea una luz
que ilumine a todas las personas.
Danos tu Espíritu, Jesús, Buen Pastor,
para perseverar
en nuestra búsqueda,
para seguir en camino,
para animarnos a la esperanza activa
de hacer un Reino de paz
y de bondad para todos.
Jesús, Buen Pastor,
que pasaste haciendo el bien,
viviendo la misericordia
en la atención a los enfermos,
en la búsqueda de los marginados,
en la denuncia de las injusticias,
en la apertura al Dios de la vida,
en la enseñanza paciente de los discípulos,
en el anuncio del Reino para todos.
Danos tu Espíritu, Jesús,
para seguirte,
para imitar tu entrega,
para hacer el bien en nuestros días,
en el camino de cada uno,
para vivir en la bondad,
caminando hacia tu Reino. Amén
queremos seguir tus pasos.
Danos tu Espíritu,
para aprender a vivir en la misericordia.
Ayúdanos a descubrir la gratuidad de tu amor,
entrega generosa, don de vida que se regala.
Queremos compartir tu sueño
de construir un mundo justo,
donde exista igualdad
y una fraternidad real,
donde haya pan para todos
y la libertad sea una luz
que ilumine a todas las personas.
Danos tu Espíritu, Jesús, Buen Pastor,
para perseverar
en nuestra búsqueda,
para seguir en camino,
para animarnos a la esperanza activa
de hacer un Reino de paz
y de bondad para todos.
Jesús, Buen Pastor,
que pasaste haciendo el bien,
viviendo la misericordia
en la atención a los enfermos,
en la búsqueda de los marginados,
en la denuncia de las injusticias,
en la apertura al Dios de la vida,
en la enseñanza paciente de los discípulos,
en el anuncio del Reino para todos.
Danos tu Espíritu, Jesús,
para seguirte,
para imitar tu entrega,
para hacer el bien en nuestros días,
en el camino de cada uno,
para vivir en la bondad,
caminando hacia tu Reino. Amén
Obtenido en: Grupo de Oración Santo Cura de Ars