A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

domingo, 5 de julio de 2015

"...Si me amáis, otros me amarán también, pues el amor es contagioso. Purificadlo quitándole el exceso de humanidad que le estorba y le impide alcanzar su plenitud..."


Evangelio según San Marcos 6,1-6.
Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?
¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa".
Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos.
Y él se asombraba de su falta de fe. 

Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.
 Palabra del Señor

Oracion para meditar el Evangelio
Señor, gracias por este domingo, día en que celebramos tu resurrección. Creo que tu siempre caminas conmigo y que hoy también quieres asombrarme con tu mensaje de salvación. Dame la fe de María, una fe que me haga entregarme, no a unas ideas o a una doctrina, sino a tu persona amada. Una fe que me lleve a ver mucho más allá de las dificultades y que me haga perseverar en toda circunstancia.
Catholi.net
Te invitamos a meditar de la Palabra según el método de la “lectio divina” o “lectura orante de la Palabra”.
“El Santo Sínodo recomienda insistentemente a todos los fieles, especialmente a los religiosos, la lectura asidua de la Escritura para que adquieran -la ciencia suprema de Jesucristo,Flp 3, 8, pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo-…. Los fieles recuerden que a la lectura de la Sagrada Escritura debe acompañar la oración para que se realice el diálogo de Dios con el hombre, pues -a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos los oráculos divinos” Dei Verbum 25
  concilio Vaticano II  
Cómo orar con la Palabra de Dios

La lectura orante de la Palabra, más que una reflexión, es una experiencia de encuentro personal e íntimo con Dios, que te ama y sale a tu encuentro.

  Invoca… al Espíritu Santo.

Pídele que te ilumine y te abra a la comprensión de la Palabra y que te anime a la respuesta con tu vida.

Ven, Espíritu Santo, Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos  el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu.  Que renueve la faz de la Tierra. Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Lee… muy despacio el texto bíblico. Vuelve a leerlo.

 Lee también algún comentario que te ayude a conocer mejor el sentido del texto. Dale tiempo al Señor y escucha el mensaje que Él quiere darte en esta Palabra.

  Medita… qué te dice la Palabra que has leído lentamente.
 

Una vez que hayas captado el sentido del texto, entonces puedes hacerte esta pregunta: qué me dice esta Palabra.

 Ora… respóndele al Señor que te ha dado su mensaje en la Palabra meditada.
Tu actitud sea la de la Virgen María: Hágase en mí según tu Palabra.

Contempla… en silencio, en calma.

 Déjate animar por el ardor de la Palabra, como quien recibe el calor del sol.

  Actúa…. Haciendo un compromiso que brote de este encuentro con el Señor.
Es el salto a la vida. Animado e invadido por la Palabra, regresa a la vida con otra actitud.

Recuerda.
“El Evangelio es el libro de la vida del Señor y está escrito para que se convierta en el libro de nuestra vida… No sólo hay que leerlo, sino interiorizarlo. Cada Palabra es Espíritu y vida, y está esperando un corazón hambriento para entrar en él” 

M Delbrel.

Si eres fiel a la oración con y desde la Palabra de Dios, tu vida irá cambiando. La Palabra te hará confrontar tus criterios, valores, sentimientos, actitudes y conducta con lo que ella misma te vaya inspirando.

Catholic.net



Saludo a la Bienaventurada Virgen María
San Francisco de Asis

Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María,
que eres virgen hecha iglesia y elegida por el santísimo Padre del cielo,
a la cual consagró Él con su santísimo amado Hijo
y el Espíritu Santo Paráclito, en la cual estuvo y está
toda la plenitud de la gracia y todo bien.

Salve, palacio suyo;
salve, tabernáculo suyo;
salve, casa suya.

Salve, vestidura suya;
salve, esclava suya;
salve, Madre suya
y todas vosotras, santas virtudes, que sois infundidas por la gracia
e iluminación del Espíritu Santo en los corazones de los fieles,
para que de infieles hagáis fieles a Dios.

Amen.

Con La Santisima Virgen Maria Meditamos este Mensaje de Maria Madre de las Almas Consagradas y oramos por Los Sacerdotes y las Almas Consagradas del Mundo Entero






Hijitos, hijitas:
Estoy intercediendo ante mi hijo por vosotros. Debéis entregaos más a la oración. Acercad vuestra alma, vuestro cuerpo y vuestro corazón a la luz de Cristo Jesús. Escuchad, hijitos, el tiempo que vivís es tiempo de prueba y de escogencia.

Consolad a estos Dos Corazones traspasados de dolor al ver la perdición de tantas almas; dolor que entristece el rostro de mi Hijo Jesús ante la perdición de mis almas consagradas... ¡Son tantas...!

Hijitos, os invito a orar. No olvidéis la oración; no os alejéis de ella. Es ahora cuando Satanás desata toda su furia y quiere apartaros de esta arma poderosa que os acerca al Sacratísimo Corazón de mi Hijo Jesús y de vuestra Madre.

Dudáis de que el infierno exista y que el demonio quiere ganar su batalla. Decís: todo tiene su explicación...

¿Qué os impide daros a plenitud? ¿Qué os obliga a callar? Y del cambio en vuestros corazones ¿Por qué os resistís?

Mi Corazón Inmaculado triunfará, llevando a mis almas pequeñas a la reconciliación con mi Hijo Jesús, que está presente en cada uno de mis sacerdotes y con una verdadera participación en la santa misa que es el centro de vuestras vidas.

Hijitos: no me olvido de vosotros. Por ello acudo a vuestro llamado silencioso. Os dejo mis mensajes de luz y vida. Dejo en vuestros corazones heridos un diluvio de amor y de esperanza. A través de ellos la confianza nace y la duda muere.

Hijitos. Orad para pedir la salvación del mundo. Personalmente me he manifestado e intervenido de muchas maneras para invitaros a la conversión; pero muchas almas se resisten a dar un cambio en sus corazones.

Hijitos míos: ¿Queréis atar las manos a Dios? Leed mis mensajes como si fuera la primera vez. Ellos son un diluvio de amor sobre cada uno de vosotros. Es una vía para los indecisos, para los que sufren; es un consuelo para los corazones heridos, perdidos en el desorden de este siglo.

Hijitos, hijitas: proteged al débil con la oración y con la penitencia de cada día, aceptando con fervor el grito de mi amor por los pecadores. Hijitos, una madre no olvida a ninguno de sus hijos por muy ingratos que sean. Mis palabras traen luz y vida.

Si me amáis, otros me amarán también, pues el amor es contagioso. Purificadlo quitándole el exceso de humanidad que le estorba y le impide alcanzar su plenitud.

Hijitos, hijitas: acudid a mi llamado y así recibiréis las gracias que estoy derramando sobre vosotros aquí, en este mi bosquecito, que he escogido para refugio de todas mis almas consagradas.

Hijitos: una madre conoce a todos sus hijos hasta lo más íntimo de sus corazones. ¡Cuánto habéis dudado de mi presencia en este lugar sagrado y cuánta inquietud permanece en vuestros corazones!. Orad, hijitos, para que comprendáis lo que quiero de vuestros corazones.

Purificad vuestros corazones, afianzad vuestra fe, manteneos en oración y penitencia, proteged a mis más pequeños.

Hijitos... hijitas, acudid a mi llamado, recibid las gracias que estoy derramando sobre vosotros, aquí en este mi bosquecito, lugar sagrado de oración y de recogimiento, escogido por mi Hijo Jesús para refugio de todas mis almas consagradas.

¡Os amo... os amo tanto!

Os amo con todo mi corazón. Os doy mi bendición.

Os cubro con mi manto. 

 9° Mensaje de la Santísima Virgen ,Individual para la H. Mary Carmen
 Este mensaje llegó el día 28 de octubre de 1993, a las 9:00 p.m., a la hermana Mary Carmen.




  Oracion a Maria Madre de las Almas Consagradas
 ¡Oh Santísima Virgen María
te invoco como Madre de las personas consagradas!
Concédenos profundizar cada día más
en el amor a Jesús Eucaristía y vivir de tal manera que podamos así, llevar muchas almas
al conocimiento de Cristo.
Que nuestra entrega se refleje en la unión
y caridad en vida cristiana
y que todas nuestras acciones sean guiadas por tu mano.
Que la vida de infancia espiritual, la confianza en Dios, el amor a Jesús en el Santísimo Sacramento, la oración y abnegación por los sacerdotes y el celo por atraer las almas a la Divina Eucaristía, sean tarea permanente,
compromiso con nuestros hermanos
con un sólo corazón en el amor, Amen.


Maria Madre de las Almas Consagradas ruega por ellas..

 Concluir la visita con tres Avemarías diciendo:

 Oh Virgen Purísima, alcanzadme la pureza contra los escándalos de este mundo lleno de pecados. 

Avemaría.
 Oh María pacientísima, alcanzadme paciencia en mis penas y tribulaciones. 

Avemaría.
Oh María amabilísima, alcanzadme gracia para salvar eternamente mi alma. Amén. Avemaría.


 Dios todopoderoso, que derramaste el Espíritu Santo sobre los apóstoles, reunidos en oración con María, la Madre de Jesús, concédenos, por intercesión de la Virgen, entregarnos fielmente a tu servicio y proclamar la gloria de tu nombre con testimonio de palabra y de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

No hay comentarios: