A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

sábado, 11 de julio de 2015

Dios nuestro, que constituiste al abad San Benito como un insigne maestro para los que quieren entregarse a tu servicio, concédenos que, anteponiendo tu amor a todas las cosas, corramos con un amor generoso por el camino de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amen.



Evangelio
según San Mateo 10,24-33.
Jesús dijo a sus apóstoles:
"El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño.
Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa!
No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido.
Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena.
¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo.
Ustedes tienen contados todos sus cabellos.
No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.
Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo.
Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres." 

Palabra del Señor 


Oremos al Padre, confiados en la intercesión de san Benito, «Patriarca de Occidente» y «Patrono de Europa».

-Para que la Iglesia de Cristo contribuya a reconstruir la unidad espiritual de Europa en un clima de respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades.

-Para que los pueblos de Europa descubran y afiancen sus raíces cristianas y aúnen sus esfuerzos al servicio de una convivencia pacífica.

-Para que el ideal de san Benito, orar y trabajar, potencie el equilibrio psicológico y espiritual, amenazado por el predominio del tener sobre el ser.

-Para que el ejemplo de san Benito nos estimule para que llevemos, cada cual según su estado y condición, una vida evangélica más perfecta y respondamos mejor a nuestra vocación.

Oración: Acoge, Padre, nuestra oración, y haz que, realizando nuestro trabajo cotidiano en armonía con tu voluntad, podamos transformar toda nuestra vida y la de nuestra sociedad en alabanza jubilosa de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

De la Regla de san Benito (Prólogo, 4-22; cap. 72,1-12)
Cuando emprendas alguna obra buena, lo primero que has de hacer es pedir constantemente a Dios que sea él quien la lleve a término, y así nunca lo contristaremos con nuestras malas acciones, a él, que se ha dignado contarnos en el número de sus hijos, ya que en todo tiempo debemos someternos a él en el uso de los bienes que pone a nuestra disposición, no sea que algún día, como un padre que se enfada con sus hijos, nos desherede, o, como un amo temible, irritado por nuestra maldad, nos entregue al castigo eterno, como a servidores perversos que han rehusado seguirlo a la gloria.

Por lo tanto, despertémonos ya de una vez, obedientes a la llamada que nos hace la Escritura: Ya es hora de despertarnos del sueño. Y, abiertos nuestros ojos a la luz divina, escuchemos bien atentos la advertencia que nos hace cada día la voz de Dios: Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis el corazón; y también: Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias.

¿Y qué es lo que dice? Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor. Caminad mientras tenéis luz, antes que os sorprendan las tinieblas de la muerte.

Y el Señor, buscando entre la multitud de los hombres a uno que realmente quisiera ser operario suyo, dirige a todos esta invitación: ¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? Y si tú, al oír esta invitación, respondes: «Yo», entonces Dios te dice: «Si amas la vida verdadera y eterna, guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad; apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella. Si así lo hacéis, mis ojos estarán sobre vosotros y mis oídos atentos a vuestras plegarias; y, antes de que me invoquéis, os diré: Aquí estoy».

¿Qué hay para nosotros más dulce, hermanos muy amados, que esta voz del Señor que nos invita? Ved cómo el Señor, con su amor paternal, nos muestra el camino de la vida.

Ceñida, pues, nuestra cintura con la fe y la práctica de las buenas obras, avancemos por sus caminos, tomando por guía el Evangelio, para que alcancemos a ver a aquel que nos ha llamado a su reino. Porque, si queremos tener nuestra morada en las estancias de su reino, hemos de tener presente que para llegar allí hemos de caminar aprisa por el camino de las buenas obras.

Así como hay un celo malo, lleno de amargura, que separa de Dios y lleva al infierno, así también hay un celo bueno, que separa de los vicios y lleva a Dios y a la vida eterna. Este es el celo que han de practicar con ferviente amor los monjes, esto es: estimando a los demás más que a uno mismo; soporten con una paciencia sin límites sus debilidades, tanto corporales como espirituales; pongan todo su empeño en obedecerse los unos a los otros; procuren todos el bien de los demás, antes que el suyo propio; pongan en práctica un sincero amor fraterno; vivan siempre en el temor y amor de Dios; amen a su abad con una caridad sincera y humilde; no antepongan nada absolutamente a Cristo, el cual nos lleve a todos juntos a la vida eterna.

Franciscanos.org



San Benito Abad
fundador de la Orden Benedictina y Patrono de Europa. Nació en Nursia, región de la Umbría italiana, hacia el año 480. Después de recibir en Roma una buena formación, comenzó a practicar la vida eremítica en Subiaco, donde reunió algunos discípulos. Más tarde, hacia el año 529, se trasladó a Casino, donde fundó el célebre monasterio de Montecasino y escribió su Regla, cuya difusión le valió el título de patriarca del monacato de Occidente, pues pronto se difundió por Europa en una red de miles de monasterios. Su Regla asume y resume la tradición monástica oriental, adaptándola con sabiduría y discreción al mundo occidental, con lo que, además, abre una vía nueva a la civilización europea tras el declive de la romana. La dedicación principal de los benedictinos es «la obra de Dios», o sea, la celebración de los misterios cristianos, y su lema «orar y trabajar». Así evangelizaron durante siglos a los pueblos, a los que llevaron también la cultura. Santa Escolástica era hermana suya. Murió el 21 de marzo del año 547. El papa Pablo VI, en 1966, lo proclamó patrono de Europa. 

Oración: Señor, Dios nuestro, que hiciste del abad san Benito un esclarecido maestro en la escuela del divino servicio, concédenos, por su intercesión, que, prefiriendo tu amor a todas las cosas, avancemos por la senda de tus mandamientos con libertad de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Oremos
 ¡Ven, Padre de los pobres. Ven, tesoro que sostienes. Ven, Luz de todo lo que vive!

El don del Temor
El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por Dios, y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. Es un temor que se eleva, no desde el pensamiento del infierno, sino del sentimiento de reverencia y filial sumisión a nuestro Padre Celestial. Es el temor principio de sabiduría, que nos aparta de los placeres mundanos que podrían de algún modo separarnos de Dios. “Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan” (Ecl 2,17).


¡Ven, Oh bendito Espíritu de Santo Temor, penetra en lo más íntimo de mi corazón, que te tenga, mi Señor y Dios, ante mi rostro para siempre, ayúdame a huir de todas las cosas que te puedan ofender y hazme merecedor ante los ojos puros de tu Divina Majestad en el Cielo, donde Tú vives y reinas en unidad de la siempre Bendita Trinidad, Dios en el mundo que no tiene fin. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


 De la Carta a los Efesios: «Hermanos, esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos» (Ef 4,3-6).
Franciscanos.org-


Oremos Juntos por estas Intenciones

 Te pedimos Señor, que bendigas a los seminaristas de todas las diócesis del mundo.

Te pedimos Señor, que bendigas a los aspirantes y postulantes de todas las Órdenes y Congregaciones religiosas.

Te pedimos Señor, que bendigas a los novicios y novicias de todas las Órdenes y Congregaciones religiosas.

Te pedimos Señor, que bendigas a tus seminaristas y formandos, concediéndoles la docilidad a tu Santo Espíritu, el fervor y la alegría.

Te pedimos Señor, que les concedas los nuevos comportamientos que necesitan para llegar a ser testigos de la presencia de tu Reino en el mundo.

Te pedimos Señor, que les concedas a quienes estás llamando, un corazón generoso para entregarte todo aquello que aman y que está impidiendo tomar la decisión de entrar al seminario o a la vida religiosa.

Te pedimos Señor, que los formadores y formadoras sean hombres y mujeres según tu Santo Espíritu.

Te pedimos Señor, que los jóvenes a quienes estás llamando al sacerdocio o a la vida religiosa sepan discernir correctamente los carismas que les concedes y el seminario o Congregación en el cual tú los quieres.



“Danos Señor, santos sacerdotes, santos religiosos, laicos santos que trabajen por tu Iglesia. Amén”

Jesús, Divino Señor, por Tu dolorosa Pasión, cubre con Tu Preciosísima Sangre, a todos los Obispos, sacerdotes y consagrados. Ten piedad de ellos y líbralos de todo mal, ahora y siempre. El Inmaculado Corazón de la Dulce Virgen María, reprenda con su fuerza Santísima a todo enemigo de Dios y de su Iglesia. Amén.” 

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