A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

miércoles, 24 de enero de 2018

María es aquella que, desde su concepción inmaculada, refleja más perfectamente la belleza divina. « Toda hermosa » es el título con el que la Iglesia la invoca. «La relación que todo fiel, como consecuencia de su unión con Cristo, mantiene con María Santísima queda aún más acentuada en la vida de las personas consagradas



Evangelio
según san Marcos 4, 1-20


En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Y se reunió una muchedumbre tan grande que Jesús tuvo que subir a una barca; allí se sentó, mientras la gente estaba en tierra junto a la orilla. Les estuvo enseñando muchas cosas con parábolas; y les decía:
"Escuchen: Salió el sembrador a sembrar; cuando iba sembrando, unos granos cayeron en la vereda, vinieron los pájaros y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra no era profunda, las plantas brotaron enseguida, pero cuando salió el sol se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otros granos cayeron entre espinas; las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron madurar. Finalmente, los otros granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron brotando y creciendo y produjeron el treinta, el sesenta o el ciento por uno".
Y añadió Jesús:
"El que tenga oídos para oír, que oiga".
Cuando se quedaron solos, sus acompañantes y los Doce le preguntaron qué quería decir la parábola. Entonces Jesús les dijo:
"A ustedes se les ha confiado el secreto del Reino de Dios; en cambio, a los que están fuera, todo les queda oscuro; así, por más que miren, no verán; por más que oigan, no entenderán; a menos que se arrepientan y sean perdonados".
Y les dijo a continuación:
"Si no entienden esta parábola, ¿cómo van a comprender todas las demás? "El sembrador"
siembra la Palabra.
"Los granos de la vereda" son aquellos en quienes se siembra la Palabra, pero cuando la acaban de escuchar, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos.
"Los que reciben la semilla en terreno pedregoso", son los que, al escuchar la Palabra, de momento la reciben con alegría; pero no tienen raíces, son inconstantes y, en cuanto surge un problema o una contrariedad por causa de la Palabra, se dan por vencidos.
"Los que reciben la semilla entre espinas", son los que escuchan la Palabra; pero por las preocupaciones de esta vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás que lo invade, ahogan la Palabra y la hacen estéril.
Por fin, "los que reciben la semilla en tierra buena", son aquellos que escuchan la Palabra, la aceptan y dan una cosecha: unos, de treinta; otros, de sesenta; y otros, de ciento por uno".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


Dios nuestro, que para salvación de los hombres concediste a san Francisco de Sales el don de servir con extremada amabilidad a todos; ayúdanos a demostrar, a ejemplo suyo, en una actitud servicial con nuestros hermanos, toda la delicadeza de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.
 


Salmo 36

La boca del justo expone la sabiduría.

Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y práctica la lealtad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón.
La boca del justo expone la sabiduría.

Encomienda el camino al Señor; confía en él, y él actuará; ara tu justicia como el amanecer; tu derecho como el mediodía.
La boca del justo expone la sabiduría.

La boca del justo expone sabiduría, su lengua explica el derecho: porque lleva en el corazón la ley de su Dios, y sus pasos no vacilan.
La boca del justo expone la sabiduría






Oremos a Dios Padre por las necesidades de la Iglesia con el deseo sincero de que la palabra de Dios nos convierta:

-Por todos los que en la Iglesia creen, sufren y esperan, para que el Espíritu Santo los conforte y les haga ver la cercanía de los demás.

-Por todos los pueblos de la tierra, para que la acción misteriosa del Espíritu suscite apóstoles que, como Pablo, lleven el Evangelio a todas las lenguas y culturas.

-Por los que viven en el error o la indiferencia, para que experimenten su propio «camino de Damasco» y se conviertan a su Señor.

-Por los que comemos del mismo pan y bebemos del mismo cáliz en la mesa del Señor, para que formemos un solo cuerpo y tengamos un solo espíritu.

-Por todos los creyentes cristianos, para que no sólo «oigamos» la palabra de Dios, sino que la «escuchemos» y proclamemos.

Oración: Escucha, Padre, las plegarias y anhelos de tus hijos, que queremos vivir en la unidad que nos pidió tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.



SAN FRANCISCO DE SALES


Obispo y doctor de la Iglesia, patrono de los periodistas. Hijo del marqués de Sales, nació en el castillo de Thorens (Saboya, Francia) el año 1566. Recibió una educación esmerada y se doctoró "in utroque iure" en Padua. Ordenado de sacerdote, trabajó intensamente por la renovación de la fe católica en su patria. Nombrado obispo de Ginebra, actuó como un verdadero pastor para con el clero y los fieles, tratando a todos con su proverbial dulzura, instruyéndolos en la fe con su palabra y sus escritos. Recondujo a la comunión católica a muchos, calvinistas y otros, que se habían separado de ella. En sus obras ascético-místicas propone una santidad fundada por entero en el amor de Dios, y accesible a todas las condiciones sociales. Fundó con santa Juana de Chantal la Orden de la Visitación. Murió en Lyón el 28 de diciembre de 1622, y el 24 de enero siguiente fue definitivamente sepultado en Annecy (Saboya).- 

Oración: Señor, Dios nuestro, tú has querido que el santo obispo Francisco de Sales se entregara a todos generosamente para la salvación de los hombres; concédenos, a ejemplo suyo, manifestar la dulzura de tu amor en el servicio a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.






 Meditacion con San Juan Pablo II

La Virgen María, modelo de consagración y seguimiento

  María es aquella que, desde su concepción inmaculada, refleja más perfectamente la belleza divina. « Toda hermosa » es el título con el que la Iglesia la invoca. «La relación que todo fiel, como consecuencia de su unión con Cristo, mantiene con María Santísima queda aún más acentuada en la vida de las personas consagradas.  En todos
(los Institutos de vida consagrada) existe la convicción de que la presencia de María tiene una importancia fundamental tanto para la vida espiritual de cada alma consagrada, como para la consistencia, la unidad y el progreso de toda la comunidad»

En efecto, María es ejemplo sublime de perfecta consagración, por su pertenencia plena y entrega total a Dios. Elegida por el Señor, que quiso realizar en ella el misterio de la Encarnación, recuerda a los consagrados la primacía de la iniciativa de Dios. Al mismo tiempo, habiendo dado su consentimiento a la Palabra divina, que se hizo carne en ella, María aparece como modelo de acogida de la gracia por parte de la criatura humana.

Cercana a Cristo, junto con José, en la vida oculta de Nazaret, presente al lado del Hijo en los momentos cruciales de su vida pública, la Virgen es maestra de seguimiento incondicional y de servicio asiduo. En ella, «templo del Espíritu Santo», brilla de este modo todo el esplendor de la nueva criatura. La vida consagrada la contempla como modelo sublime de consagración al Padre, de unión con el Hijo y de docilidad al Espíritu, sabiendo bien que identificarse con «el tipo de vida en pobreza y virginidad» de Cristo significa asumir también el tipo de vida de María.

La persona consagrada encuentra, además, en la Virgen una Madre por título muy especial. En efecto, si la nueva maternidad dada a María en el Calvario es un don a todos los cristianos, adquiere un valor específico para quien ha consagrado plenamente la propia vida a Cristo. « Ahí tienes a tu madre »
(Jn 19, 27): las palabras de Jesús al discípulo « a quien amaba » (Jn 19, 26), asumen una profundidad particular en la vida de la persona consagrada. En efecto, está llamada con Juan a acoger consigo a María Santísima (cf. Jn 19, 27), amándola e imitándola con la radicalidad propia de su vocación y experimentando, a su vez, una especial ternura materna. La Virgen le comunica aquel amor que permite ofrecer cada día la vida por Cristo, cooperando con Él en la salvación del mundo. Por eso, la relación filial con María es el camino privilegiado para la fidelidad a la vocación recibida y una ayuda eficacísima para avanzar en ella y vivirla en plenitud.
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL VITA CONSECRATA DEL SANTO PADRE  JUAN PABLO II 

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