A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

miércoles, 19 de julio de 2017

"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,"



Evangelio según San Mateo 11,25-27.
Jesús dijo:
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."

Palabra del Señor

Gloria a Ti Señor Jesus


Salmo 103


Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.

Bendice al Señor, alma mía, 
 
El perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura.

 Bendice al Señor, alma mía,
 
El Señor hace obras de justicia
y otorga el derecho a los oprimidos;
él mostró sus caminos a Moisés
y sus proezas al pueblo de Israel.
 
Bendice al Señor, alma mía, 

Este dia nos acompaña

SANTA MACRINA LA JOVEN.
 La llamaban «la Joven» para distinguirla de su abuela paterna que también se llamaba Macrina. Era la hermana mayor de los santos Basilio Magno, Gregorio de Nisa y Pedro de Sebaste. Nació en Cesarea de Capadocia hacia el año 330. Por su belleza y virtudes, tuvo Macrina desde muy joven muchos pretendientes, y el joven a quien la prometieron en matrimonio murió antes de la boda. Ella entonces decidió consagrarse a Dios y vivir en virginidad, quedándose en casa para ayudar a su madre viuda en el hogar y en la educación de sus hermanos, que eran nueve. Cuando quedaron libres de sus obligaciones familiares, madre e hija se retiraron a la soledad de Annesi, junto al río Iris en el Ponto (en la actual Turquía). Allí llevaron con las mujeres que se les unieron vida en comunidad y se consagraron a la divina contemplación. La madre murió el año 373 y Macrina asumió la dirección del monasterio, en el que murió, asistida por su hermano san Gregorio, el 19 de julio del 379



Oremos al Señor, nuestro Dios, que nos ha sacado de las tinieblas del pecado y de la ignorancia, y nos ha trasladado a su reino de luz.

-Por todos los que en la Iglesia tienen la misión de anunciar la palabra de Dios, para que sean fieles a la misma y la hagan cercana a los oyentes.

-Por la Iglesia misma, para que sea un faro luciente que haga presente en el mundo la luz de Cristo.

-Por los que caminan en pos de la luz de la fe, para que con nuestra vida y nuestras obras los ayudemos a encontrarse con Jesús.

-Por los creyentes, llamados a dar testimonio a todos de la luz de Cristo, para que nadie se sienta defraudado ante el ejemplo que le damos.

Oración: Señor, Dios nuestro, que nos has enviado a Jesucristo, luz del mundo, para que nos muestre el camino que lleva hacia ti, haz que venzamos la ceguera que nos impide seguirlo. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén





 Meditacion
 Las cosas continúan siendo necesarias para la vida humana, pero han sido, por lo mismo, ya relativizadas. Dios es la felicidad, porque Él es lo más que le puede pasar a uno. Todo lo demás es un añadido. Francisco afirma y canta a cada paso la exclusividad de Dios: «Ninguna otra cosa deseemos, ninguna otra queramos, ninguna otra nos plazca y deleite, sino nuestro Creador y Redentor y Salvador, el solo verdadero Dios, que es pleno bien, todo bien, total bien, verdadero y sumo bien, que es el solo bueno, piadoso, manso, suave y dulce, que es el solo santo, justo, verdadero, santo y recto, que es el solo benigno, inocente, puro, de quien y por quien y en quien es todo el perdón, toda la gracia, toda la gloria de todos los penitentes y de todos justos, de todos los bienaventurados que gozan juntos en los cielos» (1 R 23,9).//EL EVANGELIO DE SAN FRANCISCO:POBREZA Y ALEGRÍA
por Victoriano Casas García, OFM «Dios, el solo bueno, piadoso, manso, suave y dulce»//


Oración de san Francisco

 «Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios, danos a nosotros, miserables, hacer por ti mismo lo que sabemos que tú quieres, y siempre querer lo que te place, para que podamos seguir las huellas de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y por sola tu gracia llegar a ti, Altísimo, que, en Trinidad perfecta y en simple Unidad, vives y reinas y eres glorificado, Dios omnipotente, por los siglos de los siglos. Amén» (CtaO 50-52)




Meditacion quinto mensaje de Maria Madre de las Almas Consagradas



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