Todos los Martes rezamos por los sacerdotes y las almas consagradas
Desde aqui compartiremos nuestros encuentros.. Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, Dadnos muchos y santos sacerdotes y haz de nuestras familias semilleros de vocaciones.
A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.
Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino.
Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos,
así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.
Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:
"Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias.
Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo".
San Nicolas de Bari Es un santo que goza de una extensa e intensa devoción popular. Nació en Petara, Asia Menor, a finales del siglo III. Después de repartir sus bienes a los pobres, ingresó en la vida monástica y llegó a regir un monasterio. Al regreso de un viaje a Tierra Santa, fue elegido obispo de Mira, en Licia (hoy Turquía). El año 325 suscribió en el Concilio de Nicea la fe en la divinidad de Cristo. En la persecución de Galerio fue encarcelado y torturado por su fidelidad a la fe católica. Murió en Mira a la edad de 65 años entre el 345 y el 350. Las leyendas del siglo VI lo presentan como gran taumaturgo. En el mundo anglosajón, su fiesta, en la que se obsequia especialmente a los niños, se celebra con el nombre de «Santa Claus». El año 1087 su cuerpo fue trasladado a la ciudad italiana de Bari.
Oración: Imploramos, Señor, tu misericordia y te suplicamos que, por la intercesión de tu obispo san Nicolás, nos protejas en todos los peligros, para que podamos caminar seguros por la senda de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Cristo, Palabra eterna del Padre, ha inaugurado un camino nuevo y vivo, a través de su propia carne, para entrar en el santuario. Pidámosle, pues, con humildad: Ven, Señor, y sálvanos.
Oh Dios, en quien vivimos, nos movemos y existimos, ven a revelarnos una vez más que somos estirpe tuya. Ven, Señor, y sálvanos.
Tú que no estás lejos de ninguno de nosotros, muéstrate enseguida a todos los que te buscan. Ven, Señor, y sálvanos.
Padre de los pobres y consuelo de los afligidos, da la libertad a quienes viven cautivos de sí mismos y la alegría a los tristes. Ven, Señor, y sálvanos.
Tú que destruyes la muerte y haces brillar la vida, líbranos a nosotros y a nuestros difuntos de la muerte eterna. Ven, Señor, y sálvanos.
Tú que elegiste a María como madre de tu Hijo y la llenaste del Espíritu Santo, concédenos la gracia de ser dóciles a tu voluntad. Ven, Señor, y sálvanos. Oremos
Señor y Dios nuestro, acoge favorablemente nuestras súplicas y ayúdanos con tu amor en nuestro desvalimiento. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Ultimo Dia de la Novena a Maria Madre de las almas consagradas
Rezamos en este dia por las intenciones de la Novvena y repetimos ¡Maria Madre de las almas consagradas ruega por ellas y santifica al pueblo!
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Los dias 6 se recuerda la Manifestacion de Maria Santisima como Madre de las almas consagradas en Carrizal, Venezuela.
Hoy recordamos esos acontecimientos y ponemos a los Pies de Maria las intenciones de esta Novena, y las que estan en vuestros corazones.
Aquí compartimos un programa del canal TV familia donde explica lo acontecido en Carrizal y nos explica su advocación y las advocaciones de Venezuela.
VIRGEN MARIA MADRE DE MIS ALMAS CONSAGRADAS con la Dra. Maria de Fleury por TVFamilia
Santa Misa
Sor María Clara, nos narra como la Santísima Virgen, se aparece con el Divino Niño en sus brazos, en el Convento de las Siervas de Jesús, en Carrizal, Estado Miranda Venezuela. Entrevista en Enero del 2013, EL MANANTIAL
canal de Mensajero Mariano
Para Leer los Mensajes www.aparicionvirgenalmasconsagradas.com
Evangelio según San Mateo 9,35-38.10,1.5a.6-8. Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha." Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia. A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: "Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente."
Salmo 147(146),1-6. ¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios, qué agradable y merecida es su alabanza! El Señor reconstruye a Jerusalén y congrega a los dispersos de Israel.
Sana a los que están afligidos y les venda las heridas. Él cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso, su inteligencia no tiene medida. El Señor eleva a los oprimidos y humilla a los malvados hasta el polvo.
El Señor, Padre todopoderoso, tenderá otra vez su mano para rescatar al resto de su pueblo; supliquémosle, pues, confiados: Venga a nosotros tu reino, Señor.
-Concédenos, Señor, dar aquel fruto que pide la conversión, para que podamos recibir tu reino que se acerca.
-Prepara, Señor, en nuestros corazones, un camino para tu Palabra que ha de venir; así tu gloria se manifestará al mundo por medio de nosotros.
-Abaja los montes y las colinas de nuestro orgullo y levanta los valles de nuestros desánimos y de nuestras cobardías.
-Destruye los muros del odio que divide a las naciones y a las personas y allana los caminos de la concordia entre los hombres y los pueblos.
Oración: Señor y Dios nuestro, ayúdanos para que la presencia de tu Hijo, ya cercano, nos renueve y nos libre de volver a caer en la antigua servidumbre del pecado. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
La palabra latina "adventus" se refiere a la venida de Cristo y pone en primer plano el movimiento de Dios hacia la humanidad, al que cada uno está llamado a responder con la apertura, la espera, la búsqueda y la adhesión. Y al igual que Dios es soberanamente libre al revelarse y entregarse, porque sólo lo mueve el amor, también la persona humana es libre al dar su asentimiento, aunque tenga la obligación de darlo: Dios espera una respuesta de amor. Durante estos días la liturgia nos presenta como modelo perfecto de esa respuesta a la Virgen María, a quien el próximo 8 de diciembre contemplaremos en el misterio de la Inmaculada Concepción.
La Virgen, que permaneció a la escucha, siempre dispuesta a cumplir la voluntad del Señor, es ejemplo para el creyente que vive buscando a Dios....Oremos para que todos los hombres puedan realizar plenamente la vocación religiosa que llevan inscrita en su ser. Que María nos ayude a reconocer en el rostro del Niño de Belén, concebido en su seno virginal, al divino Redentor, que vino al mundo para revelarnos el rostro auténtico de Dios.
Dice la Carta a los Romanos: -¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada? En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que nada podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús (cf. Rm 8,35-39).
Octavo Dia de la Novena a Maria Madre de las almas consagradas
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén.
Pidamos por las Intenciones de la Novena
Que Maria Madre de las almas consagradas interceda por estas intenciones
Por cuantos en la Iglesia tienen la misión de enseñar y educar: para que sean colmados de la sabiduría y de la luz del Espíritu Santo.
Por los educadores, los maestros, los profesores: para que den a sus alumnos una formación humana y cristiana integral.
Por los escritores y por los que enseñan a través de los medios de comunicación social: para que sirvan a la verdad, la justicia, el bien y la dignidad de los hombres.
Por todos los cristianos: para que seamos testigos de humanidad y fraternidad en nuestras relaciones y convivencia.
Oremos a Dios nuestro Padre, que nos envía al Espíritu Santo:
-Por la santa Iglesia, para que, llena de los dones del Espíritu Santo, sea consagrada en la unidad.
-Por el Papa, por nuestros obispos y por todos los sacerdotes, para que les conceda en abundancia el Espíritu de sabiduría y santidad.
-Por todos los que trabajan por la paz y la concordia entre los pueblos, para que logren reunir a los hombres en el amor.
-Por los que son víctimas de sí mismos o de los hombres, para que el Espíritu del Señor los lleve por las sendas del bien y de la verdad.
-Por la comunidad humana, para que la fuerza del Espíritu nos haga crecer a todos en la fe, esperanza y caridad.
Oración: Escucha, Padre, nuestra oración y envía tu Espíritu a nuestras mentes y a nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
De la carta de san Pablo a los Efesios:
«Hermanos, yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz» (Ef 4,1-3).
Rezamos por las intenciones de Maria Santísima
Santo Rosario
Monjas Dominicas del Monasterio Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma en Ocaña Norte de Santander Colombia
Evangelio según San Mateo 9,27-31. Cuando Jesús se fue, lo siguieron dos ciegos, gritando: "Ten piedad de nosotros, Hijo de David". Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: "¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?". Ellos le respondieron: "Sí, Señor". Jesús les tocó los ojos, diciendo: "Que suceda como ustedes han creído". Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: "¡Cuidado! Que nadie lo sepa". Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.
Salmo 27 26,1.4.13-14.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré?
Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor. en la tierra de los vivientes.
San Juan Damasceno
Doctor de la Iglesia.
"Apaciéntame, Señor, y apacienta tú conmigo, para que mi corazón no se desvíe a derecha ni izquierda, sino que tu Espíritu bueno me conduzca por el camino recto y mis obras se realicen según tu voluntad hasta el último momento.".. De la Declaración de la fe, de san Juan Damasceno
Nació en Damasco (Siria) hacia el año 650, en el seno de una familia árabe cristiana. Sucedió a su padre en sus servicios al califa, y llegó a ser ministro de las finanzas de su corte. Al perder el favor del califa, se trasladó a Jerusalén e ingresó en la cercana «laura» o monasterio de San Sabas, donde fue ordenado de sacerdote. Escribió numerosos himnos sagrados y obras teológicas, en las que se recoge lo más valioso de los escritos patrísticos de la Iglesia oriental. Fue un gran defensor, de palabra y por escrito, del culto de las imágenes sagradas -que consideraba palabra de Dios que nos entra por los ojos- contra los iconoclastas capitaneados por el emperador León Isáurico, que pretendían su supresión. Murió en su monasterio a mediados del siglo VIII.
Oración : Te rogamos, Señor, que nos ayude en todo momento la intercesión de san Juan Damasceno, para que la fe verdadera que tan admirablemente enseñó sea siempre nuestra luz y nuestra fuerza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Dice san Francisco en su Testamento: -El Señor me dio una tal fe en las iglesias, que así sencillamente oraba y decía: Te adoramos, Señor Jesucristo, también en todas las iglesias tuyas que hay en el mundo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo (Test 4-5).
El Señor Jesucristo, Luz de Luz, que viene, nos sacará de las tinieblas en que nos encontramos, para que podamos contemplar su gloria; acudamos a él y digámosle confiadamente: Ven, Señor Jesús.
Luz indestructible que vienes a iluminar nuestras tinieblas, despierta nuestra fe aletargada. Ven, Señor Jesús.
-Haz que, guiados por el resplandor de tu claridad, andemos siempre con seguridad. Ven, Señor Jesús.
-Concédenos la mansedumbre en todo tiempo, y haz que sea notoria a todos los hombres. Ven, Señor Jesús.
-Ven a crear la tierra nueva que anhelamos, en la que habite la justicia y la paz. Ven, Señor Jesús.
-Envíanos tu Espíritu para que, con su sabiduría, ilumine nuestra mente y mueva nuestra voluntad. Ven, Señor Jesús.
Oremos
Concédenos, Señor, permanecer alertas a la venida de tu Hijo, para que, cuando llegue y llame a la puerta, nos encuentre velando en oración y cantando su alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Séptimo Dia de la Novena a Maria Madre de las almas consagradas
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén.
En esta Novena pedimos a Maria Santisima que interceda por todos
por las intenciones de la Novena
por los sacerdotes del mundo entero
por las vocaciones sacerdotales y religiosas
por los sacerdotes que estan con problemas de salud
por los sacerdotes y religiosos que ya partieron
por las congregaciones religiosas
por la perseverancia en la vocacion
para que mas laicos se comprometan a orar por la Iglesia y todo el clero
por los obispos de todo el mundo
para que pronto sea reconocida esta advocacion
por todos los que conocen esta advocacion de Maria
por mas grupos de oracion en el mundo
por mas peregrinos de Maria
por las almas del purgatorio
por el fin de esta pandemia
por los enfermos del mundo entero
por Venezuela
por Argentina
por los cristianos del mundo entero
por el papa Francisco
por los párrocos
por los sacerdotes comprometidos con el pueblo
por los sacerdotes que están en las redes y nos llevan a casa el Evangelio
por las Hermanas que todos los dias nos impulsan con su ejemplo
por nosotros, perseverancia en la oración
oremos
¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que podéis presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien empeñad una y otra en favor nuestro. Conseguidnos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de vuestro Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
*Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad que nos manifestó a la Virgen María vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona misteriosa de doce estrellas sobre su cabeza. Por todos los siglos de los siglos. Amén.
*Alabemos y demos gracias al Padre Eterno, que escogió a la Virgen María por su Hija. Amén. Padrenuestro...
*Alabado sea el Padre Eterno, que predestinó a la Virgen María por Madre de su divino Hijo. Amén. Dios te salve...
*Alabado sea el Padre Eterno, que preservó a la Virgen María de toda culpa en su Concepción. Amén. Dios te salve…
*Alabado sea el Espíritu Santo, por cuya virtud fue la Virgen María templo vivo de la Santísima Trinidad. Amén. Dios te salve....
*Alabado sea el Padre Eterno, que adornó a la Virgen María con todas las virtudes en su Nacimiento Amén. Dios te salve...
*Alabado sea el Espíritu Santo, por cuya obra fue la Virgen María, a un mismo tiempo, Virgen y Madre. Amén. Dios te salve...
*Alabado sea el Padre Eterno, que dio a la Virgen María por compañero y Esposo purísimo a San José. Amén. Dios te salve... Gloria...
*Alabado sea el Espíritu Santo, que reveló a la Virgen María, antes que a otro, el nombre suyo de Espíritu Santo. Amén. Dios te salve...
*Alabemos y demos gracias al Hijo de Dios, que escogió a la Virgen María por su Madre. Amén. Padrenuestro...
*Alabemos y demos gracias al Espíritu Santo, que recibió a la Virgen María por su Esposa. Amén. Padrenuestro...
*Alabado sea el Hijo de Dios, que se encarnó en las entrañas de la Virgen María y en ellas habitó nueve meses. Amén. Dios te salve...
*Alabado sea el Hijo de Dios, que reveló a la Virgen María los misterios de la redención del mundo. Amén. Dios te salve... Gloria...
*Alabado sea el Hijo de Dios, que quiso ser educado por la Virgen María en su infancia. Amén. Dios te salve...
*Alabado sea el Hijo de Dios, que quiso nacer de la Virgen María y la proveyó de leche para alimentarle. Amén. Dios te salve...
*Alabado sea el Espíritu Santo, por el cual fue la Virgen María ensalzada en el cielo sobre todas las criaturas Amén. Dios te salve... Gloria...
Terminar con una Salve por las intenciones del Romano Pontífice.
Compuesta por el fundador de a Escuelas Pías, San José de Calasanz (1557-1648), hacia 1628, se trata de una de las devociones más agradables a la Virgen Santísima. El mismo santo decía que nunca había pedido gracia alguna por medio de esta devoción que no la hubiese alcanzado.
Rezamos los Misterios Dolorosos del Santo Rosario durante este Viernes, si puedes ayuda a difundir esta novena para que mas personas conozcan esta Advocación de Maria. Dios te Bendiga
SANTA MISA VIERNES 4 DICIEMBRE 2020 PADRE ENRIQUE YANES - TVFAMILIA
Jesús dijo a sus discípulos: "No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande.
Salmo 118(117),1.8-9.19-21.25-27a. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos.
«Abran las puertas de la justicia y entraré para dar gracias al Señor.» «Esta es la puerta del Señor: sólo los justos entran por ella.» Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación.
Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: el Señor es Dios, y él nos ilumina».
San Francisco Javier
Visita a la congregación Hermanas Misioneras de San Francisco Javier
Casa Central Rvda. Madre Isabel Fernández 1214 Argentina-
Nació de familia noble en el Castillo de Javier (Navarra, España) el año 1506. En 1525 marchó a París a estudiar, y allí se encontró con el beato Pedro Fabro y san Ignacio, que le contagiaron su ideal religioso. Se unió al grupo iniciado por san Ignacio y fue uno de los miembros fundacionales de la Compañía de Jesús. El año 1537 recibió la ordenación sacerdotal en Venecia, donde se dedicó a obras de caridad. Tras breves estancias en Bolonia y Roma, el año 1541, respondiendo a la petición del rey de Portugal de misioneros para sus posesiones en Asia, marchó al Oriente, donde se convirtió en uno de los más destacados misioneros de la historia de la Iglesia. Evangelizó incansablemente la India, las islas Molucas y el Japón durante diez años, convirtió a muchos a la fe y estableció comunidades cristianas. Murió el 3 de diciembre de 1552 en la isla de Sanchón o Sancián, a las puertas de China. Pío XI lo declaró en 1927 patrono de las misiones, junto con santa Teresa del Niño Jesús. Oración: Señor y Dios nuestro, tú has querido que numerosas naciones llegaran al conocimiento de tu nombre por la predicación de san Francisco Javier; infúndenos su celo generoso por la propagación de la fe, y haz que tu Iglesia encuentre su gozo en evangelizar a todos los pueblos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Mientras celebramos la memoria de san Francisco Javier, que hizo de su vida una entrega generosa al anuncio del Evangelio, invoquemos la ayuda divina sobre la Iglesia y sobre el mundo entero:
Para que la Iglesia sea fiel al Evangelio, como signo de amor a Dios y a los hombres.
Para que el Espíritu Santo ilumine y sostenga en todo momento a los misioneros y a todos los que anuncian el Evangelio en situaciones de particular dificultad.
Para que surjan en todas las comunidades cristianas jóvenes y adultos decididos a dedicar sus vidas al anuncio del Evangelio.
Para que cuantos celebramos en la Eucaristía la muerte y la resurrección del Señor, sigamos el ejemplo que nos dejó san Francisco Javier y gocemos de su protección.
Oración: Señor, tú que has hecho crecer la Iglesia mediante el celo y los trabajos de los misioneros, concede a tu pueblo crecer en la fe y dar testimonio de ella con su vida santa. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
«Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí» (Salmo 85,5-6 y 15-16)
Sexto Dia de la Novena a Maria Madre de las almas consagradas
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén.
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.
Rezamos en este Sexto dia por las intenciones de la Novena
por las intenciones de La Iglesia
por el Papa Francisco
por un aumento en las vocaciones sacerdotales
por el camino peregrino de Maria Madre de las almas consagradas
para que pronto sea reconocida esta advocación por la Iglesia
por todas las congregaciones religiosas que han recibido la visita de La Imagen peregrina
por las Siervas de Jesús
por las Siervas de Maria
por las hermanas de Santa Marta
por las Misioneras de San Francisco Javier
por las Misioneras de San Pedro Claver
por las Franciscanas Misioneras
por las Carmelitas misioneras
por las hermanas de Nuestra Señora del Rosario
por las pequeñas hermanas de la caridad de LA COMUNIDAD de San Luis Orione en todo el mundo
por las hermanas de La Caridad de Santa Madre Teresa de Calcuta
por todos los que rezan esta novena
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.
Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la montaña, se sentó. Una gran multitud acudió a él, llevando paralíticos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a sus pies y él los curó. La multitud se admiraba al ver que los mudos hablaban, los inválidos quedaban curados, los paralíticos caminaban y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel. Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer en el camino". Los discípulos le dijeron: "¿Y dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado bastante cantidad de pan para saciar a tanta gente?". Jesús les dijo: "¿Cuántos panes tienen?". Ellos respondieron: "Siete y unos pocos pescados". El ordenó a la multitud que se sentara en el suelo; después, tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió y los dio a los discípulos. Y ellos los distribuyeron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que sobraron se llenaron siete canastas.
Salmo 23(22),1-3a.3b-4.5.6.
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. El me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas.
Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.
Oremos al Señor, que vendrá y nos salvará, y digámosle confiados: Ven, Señor, y sálvanos.
-Señor Jesús, ungido del Padre y salvador de los hombres, ven pronto y sálvanos.
-Tú que viniste al mundo, líbranos del pecado del mundo.
-Tú que viniste del Padre, muéstranos el camino para ir a Él.
-Tú que fuiste concebido por obra del Espíritu Santo, renuévanos a nosotros con la fuerza de este mismo Espíritu.
-Tú que tomaste carne en el seno de la Virgen María, líbranos de la corrupción de la carne.
-Para que nuestra vida esté escondida con Cristo en Dios, y dé fruto abundante para la Iglesia y para la sociedad. -Para que los trabajadores manuales no menos que los intelectuales vean debidamente reconocido su esfuerzo y contribución a la vida de la familia humana. -Para que todos los cristianos sepamos ofrecer a Dios los sufrimientos e inconvenientes de nuestra profesión, en la que hemos de santificarnos.
Oración: Concédenos, Señor, permanecer alertas a la venida de tu Hijo, para que, cuando llegue y llame a la puerta, nos encuentre velando en oración y cantando su alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
De la carta de san Pablo a los Efesios: «Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad con toda el alma para el Señor. Dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo» (Ef 5,19-20).
En nuestro tiempo estamos absorbidos por numerosas actividades y compromisos, preocupaciones y problemas; a menudo se tiende a llenar todos los espacios del día, sin tener un momento para detenerse a reflexionar y alimentar la vida espiritual, el contacto con Dios. María nos enseña que es necesario encontrar en nuestras jornadas, con todas las actividades, momentos para recogernos en silencio y meditar sobre lo que el Señor nos quiere enseñar, sobre cómo está presente y actúa en nuestra vida: ser capaces de detenernos un momento y de meditar. San Agustín compara la meditación sobre los misterios de Dios a la asimilación del alimento y usa un verbo recurrente en toda la tradición cristiana: «rumiar»; los misterios de Dios deben resonar continuamente en nosotros mismos para que nos resulten familiares, guíen nuestra vida, nos nutran como sucede con el alimento necesario para sostenernos. Y san Buenaventura, refiriéndose a las palabras de la Sagrada Escritura dice que «es necesario rumiarlas para que podamos fijarlas con ardiente aplicación del alma». Así pues, meditar quiere decir crear en nosotros una actitud de recogimiento, de silencio interior, para reflexionar, asimilar los misterios de nuestra fe y lo que Dios obra en nosotros; y no sólo las cosas que van y vienen.
Podemos hacer esta «rumia» de varias maneras, por ejemplo tomando un breve pasaje de la Sagrada Escritura, sobre todo los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Cartas de los apóstoles, o una página de un autor de espiritualidad que nos acerca y hace más presentes las realidades de Dios en nuestra actualidad; o tal vez, siguiendo el consejo del confesor o del director espiritual, leer y reflexionar sobre lo que se ha leído, deteniéndose en ello, tratando de comprenderlo, de entender qué me dice a mí, qué me dice hoy, de abrir nuestra alma a lo que el Señor quiere decirnos y enseñarnos. También el santo Rosario es una oración de meditación: repitiendo el Avemaría se nos invita a volver a pensar y reflexionar sobre el Misterio que hemos proclamado. Pero podemos detenernos también en alguna experiencia espiritual intensa, en palabras que nos han quedado grabadas al participar en la Eucaristía dominical. Por lo tanto, como veis, hay muchos modos de meditar y así tomar contacto con Dios y de acercarnos a Dios y, de esta manera, estar en camino hacia el Paraíso.
Queridos amigos, la constancia en dar tiempo a Dios es un elemento fundamental para el crecimiento espiritual; será el Señor quien nos dará el gusto de sus misterios, de sus palabras, de su presencia y su acción; sentir cuán hermoso es cuando Dios habla con nosotros nos hará comprender de modo más profundo lo que quiere de nosotros. En definitiva, este es precisamente el objetivo de la meditación: abandonarnos cada vez más en las manos de Dios, con confianza y amor, seguros de que sólo haciendo su voluntad al final somos verdaderamente felices.
Quinto Dia de la Novena a Maria Madre de las almas consagradas
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén
María, hija de Israel, tú has proclamado la misericordia ofrecida a los hombres, de edad en edad, por el amor misericordioso del Padre.
María, Virgen Santa, Sierva del Señor, tú has llevado en tu seno el fruto precioso de la Misericordia divina.
María, tú que has guardado en tu corazón las palabras de salvación, testimonias ante el mundo la absoluta fidelidad de Dios a su amor.
María, tú que seguiste a tu Hijo Jesús hasta el pie de la cruz con el fiat de tu corazón de madre, te adheriste sin reserva al servicio redentor.
María, Madre de misericordia, muestra a tus hijos el Corazón de Jesús, que tú viste abierto para ser siempre fuente de vida.
María, presente en medio de los discípulos, tú haces cercano a nosotros el amor vivificante de tu Hijo resucitado.
María, Madre atenta a los peligros y a las pruebas de los hermanos de tu Hijo, tú no cesas de conducirles por el camino de la salvación.
Oh Madre de Dios y Madre de todas las gracias: por las muchísimas que te concedió la Santísima Trinidad, y particularmente por tu poder, sabiduría y ardiente caridad, te suplico nos concedas a nosotros participar de estas gracias, como participan los hijos de los bienes de sus padres, y especialmente nos concedas la gracia que te pedimos en esta novena honrando en ti al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.
Pedimos en esta novena por la Iglesia y todo el Clero
por los consagrados del mundo entero
por un aumento en las vocaciones sacerdotales y religiosas
por los sacerdotes del mundo entero
por los sacerdotes que se encuentran con problemas de salud
por los Obispos
por los Cardenales
por las congregaciones religiosas
por las hermanas que recibieron la Visita de Maria Madre de las almas consagradas
por las intenciones de Maria Santisima
por las almas de los fieles difuntos
por el eterno descanso del Diacono Roberto
por la hermana Teresita
por la Hermana Raquel
por las Pias Discipulas
por las Siervas de Maria
por las Siervas de Jesus de Venezuela
por todos los que rezan esta novena y sus peticiones
Oh Virgen poderosísima: así como Dios Padre, en su munificencia omnipotente, levantó tu alma sobre un trono de gloria sin igual, hasta el punto de que, después de él, eres la más poderosa en el cielo y en la tierra, así también te suplico que me asistas en la hora de la muerte, para fortificarme y rechazar de mí toda potestad enemiga.
Avemaría.
Oh Virgen sapientísima: así como el Hijo de Dios, conforme a los tesoros de su sabiduría, te adornó y llenó maravillosamente de ciencia y entendimiento, de tal modo que gozas del conocimiento de la Santísima Trinidad más que todos los santos juntos, y como sol brillante, con la claridad de que te ha embellecido, adornas todo el cielo, así también te ruego me asistas en la hora de la muerte, para llenar mi alma de las luces de la fe y de la verdadera sabiduría, para que no la oscurezcan las tinieblas de la ignorancia y del error.
Avemaría.
Oh Virgen amantísima: así como el Espíritu Santo te llenó por completo de las dulzuras de su amor y te hizo tan amable y tan amante que, después de Dios, eres la más dulce y la más misericordiosa, así también te ruego me asistas en la hora de la muerte, llenando mi alma de tal suavidad de amor divino, que toda pena y amargura de muerte se cambie para mí en delicias.
Evangelio según San Lucas 10,21-24. En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!". Salmo 72(71),1-2.7-8.12-13.17.
Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud.
Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra.
Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes.
Que perdure su nombre para siempre y su linaje permanezca como el sol; que él sea la bendición de todos los pueblos y todas las naciones lo proclamen feliz.
Beato Carlos de Foucauld
Nació en Estrasburgo (Francia) el año 1858. En su adolescencia perdió la fe. Primero fue militar en el ejército francés y luego explorador de Marruecos. El testimonio de fe de los Musulmanes despertó en él una crisis acerca de Dios. Regresó a Francia y con la ayuda de un sacerdote, el P. Huvelin, recuperó la fe en 1886. Peregrinó a Tierra Santa y allí le impactó la vida de Jesús de Nazaret. Pasó 7 años en la Trapa, y después se estableció en Nazaret como empleado del monasterio de clarisas, viviendo como ermitaño. En 1901 se ordenó de sacerdote en Francia, y marchó al Sahara, primero Beni-Abbes, después Tamanrasset (Argelia) en medio de los Tuaregs del Hoggar. Quería ir al encuentro de los más alejados, los más olvidados y abandonados. El 1 de diciembre 1916, lo mató el disparo de una banda que rodeó su eremitorio. Siempre soñó compartir su vocación con otros y escribió varias reglas religiosas. En la actualidad, su familia espiritual comprende varias asociaciones, comunidades e institutos. Fue beatificado el año 2005.
Alguien dijo a Jesús: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte». Jesús le respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mt 12,47-50).
Oremos a Jesucristo, que es camino, verdad y vida, y digámosle: Ven, Señor, y quédate con nosotros.
-Jesús, Hijo del Altísimo, anunciado por el ángel Gabriel a María Virgen, ven a reinar para siempre sobre tu pueblo.
-Santo de Dios, ante cuya presencia el Precursor saltó de gozo en el seno de Isabel, ven y alegra al mundo con la gracia de tu salvación.
-Luz del mundo, a quien esperaban Simeón y todos los justos, ven a consolar a tu pueblo.
-Sol que naces de lo alto, como profetizó Zacarías, ven a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.
Oración
Señor Jesús, concédenos seguirte viviendo fielmente nuestra vocación. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Dice san Francisco: Sobre todos los que cumplan la voluntad de Dios, «descansará el espíritu del Señor, y hará en ellos habitación y morada. Y serán hijos del Padre celestial, cuyas obras hacen. Y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo. Somos esposos cuando, por el Espíritu Santo, el alma fiel se une a Jesucristo. Somos hermanos cuando hacemos la voluntad de su Padre, que está en el cielo. Madres, cuando lo llevamos en nuestro corazón y en nuestro cuerpo, por el amor y por una conciencia pura y sincera; y lo damos a luz por medio de obras santas, que deben iluminar a los otros como ejemplo»(2CtaF 48-53).
El Señor viene continuamente a nuestra vida.
El tiempo litúrgico de Adviento celebra la venida de Dios en sus dos momentos: primero, nos invita a esperar la vuelta gloriosa de Cristo; después, al acercarse la Navidad, nos llama a acoger al Verbo encarnado por nuestra salvación. Pero el Señor viene continuamente a nuestra vida.
Por tanto, es muy oportuna la exhortación de Jesús, que en este primer domingo se nos vuelve a proponer con fuerza: «Velad» (Mc 13,33.35.37). Se dirige a los discípulos, pero también «a todos», porque cada uno, en la hora que sólo Dios conoce, será llamado a rendir cuentas de su existencia. Esto implica un justo desapego de los bienes terrenos, un sincero arrepentimiento de los propios errores, una caridad activa con el prójimo y, sobre todo, un abandono humilde y confiado en las manos de Dios, nuestro Padre tierno y misericordioso. La Virgen María, Madre de Jesús, es icono del Adviento. Invoquémosla para que también a nosotros nos ayude a convertirnos en prolongación de la humanidad para el Señor que viene.
Cuarto Dia de la Novena a Maria Madre de las almas consagradas.
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén.
Nueve Bendiciones afectuosas a la Virgen Maria en Adviento
1. ¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro purismo seno, en que por nueve meses hizo su morada el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.
2. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros pechos virginales, con cuya leche se alimentó el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.
3. ¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro maternal regazo en que reposó y durmió dulcemente el hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.
4. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros santísimos brazos, que llevaron, abrazaron y tiernamente estrecharon al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.
5. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditas vuestras hermosísimas manos, que acariciaron y cuidadosamente sirvieron al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.
6. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros ojos virginales que con tanto deleite se recrearon contemplando el rostro del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.
7. Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros oídos castísimos, que con tanta frecuencia oyeron el dulce nombre de Madre de la boca del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.
8. Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros candidísimos labios, que con gozo inexplicable imprimieron tiernos ósculos en el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.
9. ¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendita vuestra lengua angelical, que sin cesar alabó y llamó hijo querido al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. Avemaría.
Rezamos por las Intenciones de la Novena
En este cuarto dia pedimos por la santidad de los sacerdotes por un aumento en las vocaciones para que pronto sea reconocida esta advocacion de Maria Madre de las almas consagradas por la hermana Clara Montilla y las Siervas de Jesus por las intenciones de la Iglesia por las intenciones del Santo Padre por las personas que se unen a rezar en las redes sociales por los amigos del grupo de oracion San Juan Pablo II
¡Oh María! En tus manos pongo esta súplica. Bendícela. Después preséntala a Jesús. Haz valer tu amor de Madre y tu poder de Reina. ¡Oh María! Cuento con tu ayuda. Confío en tu poder. Me entrego a tu voluntad. Estoy seguro de tu misericordia. Madre de Dios y Madre mía, ruega por mí. ¡Dulce corazón de María sed mi salvación!.
Oremos
A nuestro Santísimo Padre el Papa, Dale Señor tu corazón de Buen Pastor.
A los sucesores de los Apóstoles, Dales Señor, solicitud paternal por sus sacerdotes.
A los Obispos puestos por el Espíritu Santo, Compromételos con sus ovejas, Señor.
A los párrocos, Enséñales a servir y a no desear ser servidos, Señor.
A los confesores y directores espirituales, Hazlos Señor, instrumentos dóciles de tu Espíritu.
A los que anuncian tu palabra, Que comuniquen espíritu y vida, Señor.
A los asistentes de apostolado seglar, Que lo impulsen con su testimonio, Señor.
A los que trabajan por la juventud, Que la comprometan contigo, Señor.
A los que trabajan entre los pobres, Haz que te vean y te sirvan en ellos, Señor.
A los que atienden a los enfermos, Que les enseñen el valor del sufrimiento, Señor.
A los sacerdotes pobres, Socórrelos, Señor.
A los sacerdotes enfermos, Sánalos, Señor.
A los sacerdotes ancianos, Dales alegre esperanza, Señor.
A los tristes y afligidos, Consuélalos, Señor.
A los sacerdotes turbados, Dales tu paz, Señor.
A los que están en crisis, Muéstrales tu camino, Señor.
A los calumniados y perseguidos, Defiende su causa, Señor.
A los sacerdotes tibios, Inflámalos, Señor.
A los desalentados, Reanímalos, Señor.
A los que aspiran al sacerdocio, Dales la perseverancia, Señor.
A todos los sacerdotes, Dales fidelidad a Ti y a tu Iglesia, Señor.
A todos los sacerdotes, Dales obediencia y amor al Papa, Señor.
A todos los sacerdotes, Que vivan en comunión con su Obispo, Señor.
Que todos los sacerdotes, Sean uno como Tú y el Padre, Señor.
Que todos los sacerdotes, Promuevan la justicia con que Tú eres justo.
Que todos los sacerdotes, Colaboren en la unidad del presbiterio, Señor.
Que todos los sacerdotes, llenos de Ti, vivan con alegría en el celibato, Señor.
A todos los sacerdotes, Dales la plenitud de tu Espíritu y transfórmalos en Ti, Señor.
De manera especial te ruego por aquellos sacerdotes por quienes he recibido tus gracias; el sacerdote que me bautizó, los que han absuelto mis pecados reconciliándome contigo y con tu Iglesia, aquellos en cuyas Misas he participado y que me han dado tu cuerpo en alimento, los que me han transmitido tu palabra y conducido hacia Ti.
A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra. Amen.