A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

martes, 17 de diciembre de 2019

Te pedimos Virgen Santísima que hagas de las almas consagradas presentes y futuras, almas puras, entregadas al llamado y elección de Dios. Almas consoladoras que a diario mediten en la Pasión del Señor, y vean en ella el modelo de entrega y amor al que han sido llamados.


Evangelio según san Mateo 1, 1-17

Gloria a ti, Señor.

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán: Abrahán 

engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; 
Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará, Fares a
Esrón, Esrón a Arán, Arán a Aminadab, Aminadab a Naasón, 
Naasón a Salmón, Salmón
engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, 
Obed a Jesé, y Jesé al Rey David. David engendró de la mujer de Urías,
 a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a
Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Jorán, Jorán a Ozías, 
Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías,
 Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, 
Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías
y a sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel,
Salatiel a Zorobabel,
Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, 
Azor a Sadoc, Sadoc a Aquín, Aquín a
Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, 
y Jacob engendró a José, el esposo de María, 
de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
De modo que el total de generaciones, desde Abrahán hasta David
es de catorce, desde David hasta la deportación de Babilonia es de catorce, 
y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo es de catorce.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor



Dios nuestro, creador y redentor de la humanidad: tú que quisiste que tu Verbo eterno tomara carne en el seno de la siempre Virgen María; escucha nuestras súplicas y concédenos que tu Hijo, que ha tomado nuestra naturaleza humana, nos haga partícipes de su naturaleza divina. él, que vive y reina contigo... Amén



Espíritu Santo, Tu que me aclaras todo,
que iluminas todos los caminos para que yo alcance mi ideal.
Tu que me das el don Divino de perdonar y olvidar el mal que me hacen y que en todos los instantes de mi vida estas conmigo.
Quiero en este corto diálogo agradecerte por todo y confirmar que nunca quiero separarme de Ti, por mayor que sea la ilusión material.
Deseo estar contigo y todos mis seres queridos en la gloria perpetua.
Gracias por tu misericordia para conmigo y los mios.
Gracias Dios mio

Meditacion sobre la Advocacion de Maria Madre de las Almas Consagradas






























Reza el Santo Rosario con nosotros por las Vocaciones religiosas


MISTERIOS DOLOROSOS
Martes y viernes

La oración de Jesús en el Huerto Mt 26, 36-37; Lc 22, 41-44
Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y dijo: Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. Y sumido en agonía, insitía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.

Te pedimos Virgen Santísima por todos aquellos jóvenes que sienten duda de la elección e invitación del Señor a la Vida Religiosa. Te pedimos que al igual que Jesús sepan responder: "Padre si quieres aparta de mi esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya" Que aún a cuesta de lo que sea sepan responder al Señor.

La flagelación de Jesús Jn 18, 38-40; 19,1
(Pilato) volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en él ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judios? Ellos volvieron a gritar diciendo:!A ése no; a Barrabás! Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle.

Te pedimos Virgen Santísima que les des la gracia a todos los que son  llamados a la Vida Religiosa, los del presente y los del futuro, de no negar a Jesús. Dales la gracia de serle fiel hasta el final, de no flagelar nunca su cuerpo místico.


La coronación de espinas Mt 27, 29-30
Los soldados trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: Salve, Rey de los judíos!; y después de escupirle, tomaron la caña y le golpeaban en la cabeza.


Te pedimos Virgen Santísima que hagas de las almas consagradas presentes y futuras, almas puras, entregadas al llamado y elección de Dios. Almas consoladoras que a diario mediten en la Pasión del Señor, y vean en ella el modelo de entrega y amor al que han sido llamados.

Jesús carga con la cruz Jn 19, 17;Mc 15, 21
Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle. Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario. Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene a que llevara su cruz.

Te pedimos Virgen Santísima que con el sí fiel de muchos religiosos, ayudemos a cargar la cruz del Señor. No permitas que ninguno de sus elegidos ponga más peso a su cruz. Te pedimos, entrega hasta el extremo y olvido de sí. Te rogamos especialmente por todos aquellos jóvenes que se sienten débiles para responedr al pensar en lo exigente de tu llamado. Dales el amor necesario para la entrega.

La crucifixión y muerte de Jesús Lc 23, 33-34, 44-46; Jn 19,33-35
Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaronJesús decía: Padre perdónales, porque no saben lo que hacenEra ya cerca de la hora sexta cuando al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y, dicho esto, expiró. Como le vieron muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.

Te pedimos Virgen Santísima que por los sufrimientos de tu Hijo en la cruz, y la fecundidad de su Corazón Traspasado, se renueve la Vida Religiosa, bañando a muchos jóvenes con la gracia que ellos necesitan para que en sus vidas germine la semilla de su vocación y por medio de su sí, sean ellos cooperadores de la Nueva Primavera de nuestra Iglesia.
Fuente; Corazones.org

Folleto para apostolado.




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Aqui en este video rezamos un misterio del Santo Rosario por los sacerdotes y las almas consagradas 
Ademas compartimos el Relato de La Hermana Clara
Oremos por las Siervas de Jesus y las Intenciones de Maria Santisima.Amen.


domingo, 15 de diciembre de 2019

"El Señor ha elegido las mas pequeñas..." gracias Señor!!!!


Novedades del Camino de Maria y Difusión


Con Alegría les contamos que seguimos caminando en oración, los integrantes del arca de oración San Juan Pablo II llevando la devoción y difusión de Maria Madre de las Almas Consagradas.

En la Iglesia Santa Magdalena Sofia Barat de Villa Pueyrredon : Av. Salvador María del Carril 2458, CABA

La srta Nelly reza los Martes por las intenciones de la Santisima Virgen Maria Madre de las Almas Consagradas


Aqui la srta Nelly junto a Maria Ines con las hermanas de Tigre en peregrinacion de La Imagen de Arcas 
Nos envia estas fotos testimonio del momento de oracion el Martes 10 de Diciembre  pasado, oremos por ella y todos los que se acerquen a este encuentro de oracion a Maria para que sientan la fortaleza y la uncion del Espiritu Santo que se derrama en este hermos grupo de personas de gran corazon. Ven Espiritu Santo ven sobre Nelly sobre esta Iglesia que le permite rezar, cuida de ella y de nosotros los que desde aqui humildemente acompañamos la Obra de Maria. Amen!!!







Mas Novedades del camino de Maria
Mexico
Recibe material de apostolado para rezar y difundir a Maria Madre de las Almas Consagradas la sra Sandy, desde aqui Agradecemos y rezamos por ella tambien para apoyar su apostolado y el camino de Maria que quiere llegar a todos!!!!!
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Recuerda que puedes pedir material de apostolado para rezar  por los sacerdotes y almas consagradas aqui.



"En eso, queridos amigos, consiste la verdadera alegría: es sentir que un gran misterio, el misterio del amor de Dios, visita y colma nuestra existencia personal y comunitaria. Para alegrarnos, no sólo necesitamos cosas, sino también amor y verdad: necesitamos al Dios cercano que calienta nuestro corazón y responde a nuestros anhelos más profundos..."



Evangelio según san Mateo 11, 2-11
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo,Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo,
le mandó a preguntar por medio de dos de sus discípulos:
"¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?"
Jesús les respondió:
"Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el
Evangelio. ¡Dichoso el que no se siente defraudado por mí!"
Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan:
"¿Qué fueron a ver en el desierto?, ¿una caña sacudida por el viento? Pues, ¿qué fueron a ver?
¿Un hombre lujosamente vestido? Los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué
fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, y les aseguro que más que un profeta.
Porque de él está escrito:

 "Yo envío mi mensajero por delante de ti y te prepare el camino".
Les aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista, aunque el más pequeño en el Reino de los cielos es más grande que él".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús



Salmo 145

Ven, Señor, a salvarnos.

El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo.
Ven, Señor, a salvarnos.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado.
Ven, Señor, a salvarnos.

A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente. Reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos.
Ven, Señor, a salvarnos.


Lectura de la carta del apóstol Santiago 
5, 7-10

Hermanos: Sean pacientes hasta la venida del Señor. Vean cómo el campesino aguarda
paciente los frutos preciosos de la tierra, mientras espera las lluvias tempraneras y tardías. Así también ustedes:
con paciencia mantengan firme el ánimo, porque la venida del Señor está cerca. No murmuren unos de otros para no ser condenados.
Miren que el juez está ya a la puerta. Tomen, hermanos, como ejemplo de paciencia y
sufrimiento a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.


Confortados por el anuncio de la venida del Señor, oremos, hermanos y hermanas, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación:


Para que Dios visite a la santa Iglesia con su venida y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor.
Escúchanos, Padre.

Para que con la tutela divina nuestros tiempos sean tranquilos y nuestra vida feliz, roguemos al Señor.
Escúchanos, Padre.

Para que el Señor, con su venida, cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que no la tienen y libre al mundo de todos los males, roguemos al Señor.
Escúchanos, Padre.

Para que quienes ahora recordamos con piedad la primera venida del Señor en la carne, merezcamos participar también con gozo en su gloriosa aparición al final de los tiempos, roguemos al Señor.
Escúchanos, Padre.
Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y, con la fuerza de tu amor, mantén nuestro caminar hacia el que ha de venir; concédenos que, perseverando con paciencia, hagamos madurar las semillas que tú mismo siembras en nuestros corazones y las hagamos fructificar con acción de gracias.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Oremos a Jesucristo, que es camino, verdad y vida de los hombres, y digámosle: Ven, Señor, y quédate con nosotros.

-Jesús, Hijo del Altísimo, anunciado por el ángel Gabriel a María Virgen, ven a reinar para siempre sobre tu pueblo.

-Santo de Dios, ante cuya venida el Precursor saltó de gozo en el seno de Isabel, ven y alegra al mundo con la gracia de la salvación.

-Jesús, Salvador, cuyo nombre el ángel reveló a José, ven a salvar al pueblo de sus pecados.

-Luz del mundo, a quien esperaban Simeón y todos los justos, ven a consolar a tu pueblo.

-Sol naciente que nos visitará de lo alto, como profetizó Zacarías, ven a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.

Señor Jesús, aviva nuestra fe y nuestra esperanza para que podamos salir a tu encuentro llenos de amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén



EL SENTIDO DE LA ALEGRÍA CRISTIANA
Benedicto XVI, Ángelus del 13 de diciembre de 2009

Queridos hermanos y hermanas:

Estamos ya en el tercer domingo de Adviento . Hoy en la liturgia resuena la invitación del apóstol san Pablo: «Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca» (Flp 4,4-5)
La madre Iglesia, mientras nos acompaña hacia la santa Navidad, nos ayuda a redescubrir el sentido y el gusto de la alegría cristiana, tan distinta de la del mundo. En este domingo, según una bella tradición, los niños de Roma vienen a que el Papa bendiga las estatuillas del Niño Jesús, que pondrán en sus belenes. Y, de hecho, veo aquí en la plaza de San Pedro a numerosos niños y muchachos, junto a sus padres, profesores y catequistas. Queridos hermanos, os saludo a todos con gran afecto y os doy las gracias por haber venido. Me alegra saber que en vuestras familias se conserva la costumbre de montar el belén. Pero no basta repetir un gesto tradicional, aunque sea importante. Hay que tratar de vivir en la realidad de cada día lo que el belén representa, es decir, el amor de Cristo, su humildad, su pobreza. Es lo que hizo san Francisco en Greccio: representó en vivo la escena de la Natividad, para poderla contemplar y adorar, pero sobre todo para saber poner mejor en práctica el mensaje del Hijo de Dios, que por amor a nosotros se despojó de todo y se hizo niño pequeño.

La bendición de los "Bambinelli" [estatuillas del Niño Jesús para el belén], 
como se dice en Roma, nos recuerda que el belén es una escuela de vida, donde podemos aprender el secreto de la verdadera alegría, que no consiste en tener muchas cosas, sino en sentirse amados por el Señor, en hacerse don para los demás y en quererse unos a otros. Contemplemos el belén: la Virgen y san José no parecen una familia muy afortunada; han tenido su hijo en medio de grandes dificultades; sin embargo, están llenos de profunda alegría, porque se aman, se ayudan y sobre todo están seguros de que en su historia está la obra Dios, que se ha hecho presente en el niño Jesús. ¿Y los pastores? ¿Qué motivo tienen para alegrarse? Ciertamente el recién nacido no cambiará su condición de pobreza y de marginación. Pero la fe les ayuda a reconocer en el «niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre», el "signo" del cumplimiento de las promesas de Dios para todos los hombres «a quienes él ama» (Lc 2,12.14), ¡también para ellos!

En eso, queridos amigos, consiste la verdadera alegría: es sentir que un gran misterio, el misterio del amor de Dios, visita y colma nuestra existencia personal y comunitaria. Para alegrarnos, no sólo necesitamos cosas, sino también amor y verdad: necesitamos al Dios cercano que calienta nuestro corazón y responde a nuestros anhelos más profundos. Este Dios se ha manifestado en Jesús, nacido de la Virgen María. Por eso el Niño, que ponemos en el portal o en la cueva, es el centro de todo, es el corazón del mundo. Oremos para que toda persona, como la Virgen María, acoja como centro de su vida al Dios que se ha hecho Niño, fuente de la verdadera alegría.

Saludos después del Ángelus

En este tiempo de espera de la Navidad se nos invita a dar testimonio de la Buena Nueva abriendo nuestro corazón a nuestros hermanos y hermanas. No esperéis a que pase el tiempo, sino sed, desde hoy, los testigos fervientes de la misericordia, de la ternura y de la bondad de Dios hacia todos los hombres. Que nuestra esperanza sea contagiosa y nuestros gestos fraternos, espontáneos. Pidamos a la Virgen María, Madre del Salvador, que nos guíe al encuentro de su Hijo que viene por nuestros caminos. A todos deseo una buena preparación para la fiesta de Navidad.

La liturgia de este tercer domingo de Adviento, marcada por la alegre espera de la venida del Señor, nos invita a alegrarnos en la esperanza de nuestra salvación. Que estos días de preparación para la Navidad sean un tiempo de genuina conversión y renovación interior para todos los cristianos.

Las lecturas bíblicas del tercer domingo de Adviento nos invitan a vivir la espera del Señor como un momento de alegría. «¡Israel, alégrate y exulta de todo corazón!» exclama el profeta Sofonías al pueblo (So 3,14). Queremos compartir esta alegría con todos. Es lo que hacemos cuando nos aceptamos como hermanos y hermanas y nos damos concretamente lo que necesitamos para vivir. La alegría y la bondad son los signos de la presencia del Señor, que quiere dar siempre a este mundo la luz de su amor.

En este tercer domingo de Adviento, y ante la presencia ya cercana del Señor Jesús, la liturgia nos invita con insistencia a la alegría. En Cristo se cumplen las palabras del profeta Sofonías a Israel: «El Señor tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo». Exhorto a todos, y especialmente a los nuevos presbíteros, a proseguir, apoyados en la seguridad del amor infinito de Dios manifestado en Cristo, el camino de preparación espiritual para la Navidad, y celebrar así, con gozo y fruto abundante, el nacimiento del Salvador


Oremos Unidos.


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lunes, 9 de diciembre de 2019

Oh Dios, que manifestaste a tu pueblo el amor de la santísima Virgen María por medio del bienaventurado Juan Diego: concédenos por su intercesión que, obedeciendo los consejos de nuestra Madre de Guadalupe, podamos cumplir siempre tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



Evangelio según san Lucas
Lc 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.

Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.

El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.

María le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó: “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia.

Palabra del Señor.

Sitio Vatican.news


SAN JUAN DIEGO CUAUHTLATOATZIN
Imagen del sitio franciscanos.org 
 
Nació cerca de la Ciudad de México en 1474, de familia distinguida y acomodada en la sociedad azteca. En 1524, ya adulto y padre de familia, se convirtió por la predicación de los franciscanos y recibió el bautismo junto con su esposa María Lucía, con la que vivió castamente hasta la muerte de ella en 1529. Hombre de fe, fue coherente con sus obligaciones bautismales, nutriendo regularmente su unión con Dios mediante la eucaristía y el estudio del catecismo. El 9 de diciembre de 1531, en un lugar denominado Tepeyac, tuvo una aparición de María Santísima, que le encargó que pidiese al obispo franciscano Juan de Zumárraga la construcción de una iglesia en el lugar de la aparición. Hasta conseguirlo, la Virgen se le apareció de nuevo y obró milagros. Después, Juan Diego vivió santamente en la colina del Tepeyac, en la casita que el obispo le había hecho construir junto a la capilla levantada en honor de la Virgen de Guadalupe. Y allí murió en 1548. Juan Pablo II lo canonizó el año 2002.- 
Oración:
Oh Dios, que manifestaste a tu pueblo el amor de la santísima Virgen María por medio del bienaventurado Juan Diego: concédenos por su intercesión que, obedeciendo los consejos de nuestra Madre de Guadalupe, podamos cumplir siempre tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Hoy se reza la Novena a Nuestra Señora de Guadalupe estamos rezando el 7mo dia.

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Dirijamos nuestras voces suplicantes al Señor confiados en la intercesión de María Inmaculada, a la que Él eligió como madre de su Hijo.

-Por la Iglesia universal: para que viva sin mancha ni arruga ni nada semejante que enturbie el rostro de Cristo.

-Por los jóvenes y adolescentes: para que siguiendo a María, la madre del amor hermoso, se adhieran a los verdaderos valores humanos y cristianos.

-Por los enfermos y cuantos sufren: para que encuentren siempre en María el consuelo y la gracia que necesitan.

-Por cuantos celebramos el triunfo de Cristo en María: para que, como ella, acojamos la Palabra de Dios y la hagamos fructificar en nuestra vida.

Oración: Te pedimos, Señor, que, así como preservaste a María de todo pecado, a nosotros no nos dejes caer en la tentación y nos libres de todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén



LA VIRGEN MARÍA CONSOLÓ A JUAN DIEGO
Del decreto de Juan Pablo II para la canonización
de Juan Diego Cuauhtlatoatzin (México, 31-VII-2002)

Exaltó a los humildes (Lc 1,52): Dios Padre puso su mirada en un humilde indígena mexicano, Juan Diego, al que enriqueció con el don de renacer en Cristo, de contemplar el rostro de la bienaventurada Virgen María y de unirlo a la evangelización del continente americano. De esta manera se muestra la verdad que encierran las palabras del Apóstol Pablo cuando enseña el método por el que se lleva a cabo la salvación.

Lo plebeyo y despreciable del mundo, lo que no es, Dios lo eligió para vencer lo que es, para que ninguna carne se gloríe en presencia de Dios (1 Co 1,28-29). Este beato que, según la tradición, se llamaba Cuauhtlatoatzin, nombre que significa «águila habladora», nació alrededor del año 1474 en Cuauhtitlan, en el reino conocido comúnmente como Texcoco. Ya adulto y habiendo contraído matrimonio, abrazó el Evangelio y fue bautizado junto con su esposa, dispuesto a vivir a la luz de la fe y de manera coherente con las obligaciones asumidas ante Dios y la Iglesia.

En el mes de diciembre del año 1531, cuando caminaba hacia Tlatelolco, en el monte llamado Tepeyac se le apareció la Madre de Dios, que le ordenó que pidiese al obispo mexicano [el franciscano Juan de Zumárraga] que se edificase un templo en el lugar de la aparición. Ante las peticiones insistentes del indígena, el obispo exigió una prueba evidente del extraordinario suceso. El día 12 de diciembre, la bienaventurada Virgen María se volvió a aparecer a Juan Diego, lo consoló y le ordenó que se dirigiese a la cumbre del monte Tepeyac, donde habría de recoger unas flores y regresar con ellas. A pesar del frío invernal y de la aridez del lugar, el bienaventurado encontró unas flores bellísimas, las puso en su capa y las llevó a la Virgen. Ésta le ordenó que las entregase al obispo como señal de la verdad. En presencia del prelado, Juan Diego extendió la capa y dejó caer las flores; en ese momento apareció en el tejido de la capa, milagrosamente impresa, la imagen de la Virgen de Guadalupe, que desde entonces se convirtió en el centro espiritual de la nación.

Cuando se construyó el templo en honor de «la Señora del cielo», el beato, movido de gran piedad, dejó todo y consagró toda su vida a guardar aquel pequeño santuario y a recibir a los peregrinos. Recorrió el camino de la santidad en oración y caridad, sacando las fuerzas del banquete eucarístico de nuestro Redentor, del culto a la Madre del Redentor, de la comunión con la santa Iglesia y de la obediencia a los sagrados Pastores. Cuantos lo pudieron conocer, admiraron el esplendor de sus virtudes, sobre todo la fe, la esperanza, la caridad, la humildad y desprecio de las realidades terrenas.

Juan Diego, con la sencillez de su vida cotidiana, guardó fielmente el Evangelio, que no había despreciado su condición indígena, consciente de que Dios no hace distinciones de linaje o de cultura e invita a todos para que sean sus hijos. De esta manera, el beato facilitó el camino para que los indígenas de México y del Nuevo Mundo se encontrasen con Cristo y la Iglesia. Hasta el último día de su vida caminó con Dios, que lo llamó a sí el año 1548. Su recuerdo, que siempre va unido a la aparición de nuestra Señora de Guadalupe, ha trascendido los siglos y ha alcanzado las diversas regiones de la tierra.




Oremos por los sacerdotes y las almas consagradas

A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

"Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño,te rogamos que por el inmenso amor y misericordia
de Tu Sagrado Corazón,
atiendas todas las necesidades de tus sacerdotes.
Te pedimos que retomes en Tu Corazón
todos aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino,
que enciendas de nuevo el deseo de santidad
en los corazones de aquellos sacerdotes
que han caído en la tibieza,
y que continúes otorgando a tus sacerdotes fervientes
el deseo de una mayor santidad.
Unidos a tu Corazón y el Corazón de María,
te pedimos que envíes esta petición a Tu Padre celestial
en la unidad del Espíritu Santo. Amén."


Oremos
Divino Corazón de Jesús, Corazón lleno de celo por la gloria de tu Padre, te rogamos por todos los sacerdotes, Señor. Por tu Espíritu Santo llénalos de fe, de celo y amor. Así sea.

Oracion para ofrecer la comunion por los sacerdotes
Padre Celestial, para mayor gloria de tu Santo Nombre, te ofrecemos al Verbo Encarnado que acabamos de recibir en el Sacramento de su Amor, y en quien tienes todas tus complacencias. Nos ofrecemos en su unión por manos de María Inmaculada, por la santificación y multiplicación de tus sacerdotes.

Derrama en ellos tu Divino Espíritu, enciéndelos en amor a la Cruz y haz muy fecundo su apostolado. Amén


OFRECIMIENTO AL VERBO ENCARNADO
Padre Santo, por las manos de María te ofrecemos como víctima al Verbo Encarnado, en quien tienes todas tus complacencias. Impulsados por la caridad que el Espíritu Santo ha derramado en nuestros corazones, nos ofrecemos constantemente en su unión como hostias vivas y nos sacrificaremos por tu amor en las ocasiones que se nos presenten, implorando gracias para el mundo y la Iglesia, especialmente para los sacerdotes.

Jesús, Salvador de los hombres, ¡sálvalos!

Recuerdos del CARRIZAL Santuario de la Virgen Maria Madre de las Almas Consagradas
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Imagen peregrina en Argentina fotos del año 2015 



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sábado, 7 de diciembre de 2019

Sana a los que tienen quebrantado el corazón y venda sus heridas; cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre. Alabemos al Señor, nuestro Dios.




Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María

" Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.

Quiero ser como tú quieres que sea,
hacer lo que tu quieres que haga.
No temo, pues siempre estas conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.

Pon mi mano en la tuya para que este siempre contigo."


Evangelio según san Mateo 9, 35-38; 10, 1.6-8
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas judías, anunciando la buena noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y desorientados como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
"La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos; rueguen por tanto al dueño de la cosecha que envíe trabajadores a recogerla".
Después, llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder para expulsar espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo:
"Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Vayan y proclamen que
está llegando el Reino de los cielos.
Curen a los enfermos, limpien a los leprosos, resuciten a los muertos, expulsen a los demonios.
Gratis lo han recibido, entréguenlo también gratis".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Señor Dios, que para librarnos del pecado enviaste a este mundo a tu Hijo unigénito; concédenos, a cuantos esperamos sinceramente su venida, alcanzar la gracia de tu misericordia y el don de la verdadera libertad.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.



Salmo 146

Alabemos al Señor, nuestro Dios.

¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios, qué agradable y hermoso es alabarlo! El Señor reconstruye Jerusalén, congrega a los dispersos de Israel.
Alabemos al Señor, nuestro Dios.

Sana a los que tienen quebrantado el corazón y venda sus heridas; cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre.
Alabemos al Señor, nuestro Dios.

Grande y omnipotente es nuestro Señor, su sabiduría no tiene límite. El Señor engrandece a los humildes y humilla a los malvados hasta el polvo.
Alabemos al Señor, nuestro Dios.




San Ambrosio 
(obispo y doctor de la Iglesia, blanco) Obispo y Doctor de la Iglesia. Nació en Tréveris (Alemania) hacia el año 340 de familia romana cristiana. Estudió en Roma derecho y retórica, y comenzó una brillante carrera en la administración civil del Imperio. El año 374, siendo Prefecto de Milán, intervino para impedir tumultos con motivo de la elección del nuevo obispo para la ciudad, y, cuando todavía era catecúmeno y se preparaba para el bautismo, fue elegido él por aclamación para ocupar aquella sede; rápidamente fue bautizado, instruido, y por último ordenado de obispo el 7 de diciembre. Por sus dotes personales y por la formación que adquirió, fue consejero de emperadores, apóstol de la caridad, reformador litúrgico, formador de almas (convirtió y bautizó a san Agustín), animador de la vida de consagración a Dios, comentarista de la Escritura y autor de numerosas obras de teología y espiritualidad, defensor de la doctrina católica frente al arrianismo y de la libertad de la Iglesia. Murió el 4 de abril del año 397 y su memoria se celebra el 7 de diciembre, aniversario de su consagración episcopal.- 
Oración: 
Señor y Dios nuestro, tú que hiciste al obispo san Ambrosio doctor esclarecido de la fe católica y ejemplo admirable de fortaleza apostólica, suscita en medio de tu pueblo hombres que, viviendo según tu voluntad, gobiernen a tu Iglesia con sabiduría y fortaleza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

El Señor lo eligió sumo sacerdote y derramó sobre él todos los bienes.

Oremos:
Señor y Dios nuestro: tú que hiciste al obispo san Ambrosio doctor esclarecido de la fe católica y ejemplo admirable de fortaleza apostólica; suscita en medio de tu pueblo hombres que, según tu voluntad, gobiernen a tu Iglesia con sabiduría y fortaleza.
Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.


Se me ha concedido la gracia de anunciar a los paganos la riqueza insondable, que es Cristo

Lectura de la carta el apóstol san Pablo a los Efesios 3, 8-12

Hermanos: A mí, el más insignificante de todos los fieles, se me ha dado la gracia de anunciar a los paganos la incalculable riqueza que hay en Cristo, y dar a conocer a todos cómo va cumpliéndose este designio de salvación, oculto desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo.
El lo dispuso así, para que la multiforme sabiduría de Dios sea dada a conocer ahora, por medio de la Iglesia, a los espíritus celestiales, según el designio eterno realizado en Cristo Jesús, nuestro Señor, por quien podemos acercarnos libre y confiadamente a Dios, por medio de la fe en Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Presentemos nuestras plegarias a Dios por medio de María Inmaculada, a la que el Padre eligió para madre del Verbo encarnado.

-Por todos los creyentes en Cristo; en comunión con María, Madre de la Iglesia, roguemos al Señor.

-Por los pastores de la Iglesia; en comunión con María, Reina de los apóstoles, roguemos al Señor.

-Por los que rigen las naciones; en comunión con María, Reina de la paz, roguemos al Señor.

-Por todos los que sufren; en comunión con María, consuelo de los afligidos, roguemos al Señor.

-Por nosotros y por quienes más lo necesiten; en comunión con María, Madre de Jesús y madre nuestra, roguemos al Señor.

Oración: Escucha, Señor, nuestras súplicas, que María Inmaculada, abogada e intercesora nuestra, te presenta. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

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Rezo del Santo Rosario, Basilica de Nuestra Señora de Guadalupe 5 de diciembre de 2019, 17:00 h.



JMS