A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

sábado, 28 de mayo de 2016

"Recuerden las palabras que les predicaron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Consolídense sobre el cimiento de su fe santa, oren movidos por el Espíritu Santo, conserven en ustedes el amor a Dios, en espera de que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo les dé la vida eterna..."

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Evangelio
según san Marcos 11, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén y, mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron: "¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?"
Jesús les respondió:
"Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan, yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme".
Ellos se pusieron a razonar entre sí: Si le decimos que de Dios, nos dirá: Entonces ¿por qué no le creyeron?, y si le decimos que de los hombres. . . Pero, como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús:
"No lo sabemos".
Entonces Jesús les replicó:
"Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad y alegría.Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.






Lectura de la carta del apóstol san Judas  7. 20-25

Queridos hermanos:
Recuerden las palabras que les predicaron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Consolídense sobre el cimiento de su fe santa, oren movidos por el Espíritu Santo, conserven en ustedes el amor a Dios, en espera de que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo les dé la vida eterna.
A los indecisos traten de convencerlos, para arrancarlos del fuego de la condenación; a los otros, manifiéstenles compasión, pero con cautela, aborreciendo aun la ropa contaminada por su mala vida.
Al Dios único, nuestro salvador, que puede preservarlos a ustedes de todo pecado y hacer que se presenten ante su gloria gozosos y sin mancha, honor y gloria, fuerza y poder, por Jesucristo, nuestro Señor, desde siempre, ahora y por todos los siglos. Amén.
Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.





salmo 62

Señor, mi alma tiene sed de ti.

Señor, tú eres mi Dios, a ti, te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora como el suelo reseco añora el agua .
Señor, mi alma tiene sed de ti.
Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios.
Señor, mi alma tiene sed de ti.
Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con jubilosos labios.
Señor, mi alma tiene sed de ti.
Porque fuiste mi auxilio, y a tu sombra Señor, canto con gozo. A ti se adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo.
Señor, mi alma tiene sed de ti


Oremos con la Liturgia de las Horas

 DOMINGO DE CORPUS CHRISTI De la Solemnidad.

28 de mayo

EL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
(SOLEMNIDAD).
I visperas
(Oración de la tarde)



Dios mío, ven en mi auxilio
  Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.



Himno,

Publica, lengua, y canta
el misterio del cuerpo glorioso
y de la sangre santa
que dio por mi reposo
el fruto de aquel vientre generoso.

A todos nos fue dado,
de la Virgen purísima María
por todos engendrado;
y mientras acá vivía
su celestial doctrina esparcía.

De allí en nueva manera
dio fin maravilloso a su jornada
la noche ya postrera,la noche deseada,
estando ya la cena aparejada.

Convida a sus hermanos,
y, cumplida la sombra y ley primero,
con sus sagradas manos
por el legal cordero
les da a comer su cuerpo verdadero.

Aquella criadora
Palabra, con palabra, sin mudarse,
lo que era pan agora
en carne hace tornarse
y el vino en propia sangre trastornarse.

Y puesto que el grosero
sentido se acobarda y desfallece,
el corazón insano
por eso no enflaquece,
porque la fe le anima y favorece.

Honremos pues, echados
por tierra, tan divino sacramento,
y queden desechados,
pues vino el cumplimiento,
los ritos del antiguo Testamento.

Y si el sentido queda
pasmado de tan alta y nueva cosa,
lo que él no puede pueda,
ose lo que él no osa,
la fe determinada y animosa.

¡Gloria al Omnipotente,
y al gran Engendrador y al Engendrado,
y al inefablemente
de entrambos inspirado
igual loor, igual honor sea dado! Amén.

 

El cáliz bendito que consagramos es la comunión de la sangre de Cristo; y el pan que partimos es la comunión del cuerpo del Señor. Y, puesto que es un solo Pan, somos todos un solo cuerpo; ya que todos participamos de ese único pan.
1Co 10, 16-17

  Les ha dado pan del cielo. Aleluya, aleluya. 
Les ha dado pan del cielo. Aleluya, aleluya.
 
El hombre ha comido pan de ángeles.  
Aleluya, aleluya.  Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
Les ha dado pan del cielo. Aleluya, aleluya.



  Señor, cuán suave es tu Espíritu; para hacer sentir tu dulzura a tus hijos, los llenas de bienes con un pan delicioso que les mandas del cielo; dejas, en cambio, sin nada a los ricos insolentes.






Cántico de María. 
Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

  Señor, cuán suave es tu Espíritu; para hacer sentir tu dulzura a tus hijos, los llenas de bienes con un pan delicioso que les mandas del cielo; dejas, en cambio, sin nada a los ricos insolentes.



Preces

Acudamos a Cristo, que invita a todos a su cena y en ella entrega su cuerpo y su sangre para la vida del mundo; digámosle:

Cristo, pan bajado del cielo, danos la vida eterna.

Cristo, Hijo de Dios vivo, que nos mandaste celebrar la eucaristía como memorial tuyo,
enriquece a tu Iglesia con la celebración de tus misterios.

Cristo, Señor nuestro, sacerdote único del Dios altísimo, que has querido que tus ministros te representaran en la cena eucarística,
haz que los que presiden nuestras asambleas imiten en su manera de vivir lo que celebran en el sacramento.

Cristo, maná bajado del cielo, que haces un solo cuerpo de cuantos participan de un mismo pan,
aumenta la unidad y la concordia entre los que creen en ti.

Cristo Jesús, médico enviado por el Padre, que por el pan de la eucaristía nos das el remedio de la inmortalidad y el germen de la resurrección,
da salud a los enfermos y esperanza a los pecadores.

Cristo Señor, rey al que esperamos, tu que nos mandaste celebrar la eucaristía para anunciar tu muerte y pedir tu retorno,
haz participar en tu resurrección a los que han muerto estando en tu amor.
Pidamos al Padre, como Cristo nos enseñó, nuestro pan de cada día

Padre nuestro...

Oremos

Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
  Amén.





13 Mensaje de la Santísima Virgen



Durante el resto del mes de febrero de 1994 la Virgen no dejó saber ningún nuevo mensaje ni tampoco llevó a cabo manifestaciones de ningún género, al menos que se sepa públicamente

No obstante, sin esperar a cumplir un mes completo, el 4 de marzo a las 8 30 de la mañana la Virgen rompió su propio esquema de hablar principalmente de noche y en esta oportunidad hizo llegar este mensaje apenas se habían iniciado las actividades del dia en la casa religiosa El mensaje es recibido una vez más por la hermana Mary Carmen He aquí su contenido:




Hijitos, hijitas:



Dios me ha enviado a este mi bosquecito sagrado de oración y recogimiento, como vuestra Madre: Madre de Mis Almas Consagradas.

En vuestros corazones palpita la esperanza de una Iglesia unida en la verdad de Cristo, verdad que dará más frutos con vuestra imprescindible partici­pación. Si hijitos, sí hijitas: verdad que debéis compartir como única, creciente y robusta, en orden a vuestra entrega a Dios y a vuestra unión como hermanos.

Por la única verdad mi Hijo Jesús vino al mundo y por la única verdad murió Cristo. Verdad que conocéis porque os fue entregada y al aceptarla os hace representantes fieles de este único camino, de este sendero. Esta única verdad no puede conduciros por varios caminos, no puede ser interpretada según vuestra voluntad, no puede ser apartada de vuestra presencia.

Mi Hijo Jesús es la única verdad y vosotros sois pertenencia del Creador. ¿Cómo podréis apartaros de esta verdad?

Hijitos, hijitas: sois representantes de esta verdad. Debéis enseñarla a mis más pequeños. Tomad en cuenta el tiempo que necesitasteis para entenderla y comprenderla. Es el tiempo que tendréis para enseñarla, tiempo de recuperar tantas almas que desconocen esta verdad. No pidáis al Dios de los cielos más tiempo que este.

Pedid con vuestras oraciones al Altísimo que vuestro rebaño sea numeroso y así os conceda la unidad de mis almas consagradas en la única verdad. Por ella sed fuertes cimientos de la Iglesia de Cristo Jesús.

Os tengo en mi corazón.

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