Carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1-7. 11-13
Hermanos: Yo, el prisionero por Cristo, les ruego que anden como pide la vocación a la que han sido convocados. Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos; sobrellévense mutuamente con amor; esfuércense en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que han sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Pero cada uno hemos recibido la gracia en la medida en que Cristo nos la ha dado. Cristo ha constituido a unos apóstoles; a a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo 36
La boca del justo expone la sabiduría.
Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón.
La boca del justo expone la sabiduría.
Encomienda tu camino al Señor; confía en él y él actuará: hará tu justicia como el amanecer; tu derecho, como el mediodía.
La boca del justo expone la sabiduría.
La boca del justo expone la sabiduría, su lengua explica el derecho: porque lleva en el corazón la ley de su Dios, y sus pasos no vacilan.
La boca del justo expone la sabiduría.
Alumbre así nuestra luz a los hombres, para que vean buenas obras y den gloria a nuestro Padre. Aleluya. Evangelio según san Marcos 4, 1-9
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó y el gentío se quedó en la orilla. Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar."Escuchen: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra era profunda, brotó enseguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas: las zarzas crecieron, lo ahogaron y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno".
y añadió: El que tenga oídos para oír, que oiga".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Sea agradable a tus ojos, Señor, el sacrificio que te ofrecemos con gozo en la fiesta de san Juan Crisóstomo, cuya vida y doctrina nos impulsan a alabarte con todo nuestro ser.
Por nuestro, Señor Jesucristo. Amén.
San Juan Crisostomo,
obispo y doctor de la Iglesia.
Nació en Antioquía hacia el año 349, hijo de un funcionario imperial. Después de recibir una excelente formación clásica, se dedicó a la vida ascética y monástica. Más tarde, en el 386, fue ordenado de sacerdote y ejerció, con gran provecho, el ministerio de la predicación. El año 397 fue elegido obispo de Constantinopla, cargo en el que se comportó como un pastor ejemplar, esforzándose por llevar a cabo una profunda reforma de las costumbres del clero y de los fieles. La oposición de la corte imperial, cuyos excesos denunciaba, y de los envidiosos lo llevó por dos veces al destierro. Agotado por tantas penalidades, murió deportado en Comana del Ponto (Turquía), el 14 de septiembre del año 407. Contribuyó en gran manera, por su palabra y sus escritos, al enriquecimiento y explicación de la doctrina católica, hasta el punto de merecer el sobrenombre de Crisóstomo, es decir, «Boca de oro».-
Cinco caminos de penitencia
De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
¿Queréis que os recuerde los diversos caminos de penitencia? Hay ciertamente muchos, distintos y diferentes, y todos ellos conducen al cielo.
El primer camino de penitencia consiste en la acusación de los pecados: Confiesa primero tus pecados, y serás justificado. Por eso dice el salmista: Propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Condena, pues, tú mismo, aquello en lo que pecaste, y esta confesión te obtendrá el perdón ante el Señor, pues, quien condena aquello en lo que faltó, con más dificultad volverá a cometerlo; haz que tu conciencia esté siempre despierta y sea como tu acusador doméstico, y así no tendrás quien te acuse ante el tribunal de Dios.
Éste es un primer y óptimo camino de penitencia; hay también otro, no inferior al primero, que consiste en perdonar las ofensas que hemos recibido de nuestros enemigos, de tal forma que, poniendo a raya nuestra ira, olvidemos las faltas de nuestros hermanos; obrando así, obtendremos que Dios perdone aquellas deudas que ante él hemos contraído; he aquí, pues, un segundo modo de expiar nuestras culpas. Porque si perdonáis a los demás sus culpas –dice el Señor–, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros.
¿Quieres conocer un tercer camino de penitencia? Lo tienes en la oración ferviente y continuada, que brota de lo íntimo del corazón.
Si deseas que te hable aún de un cuarto camino, te diré que lo tienes en la limosna: ella posee una grande y extraordinaria virtualidad.
También, si eres humilde y obras con modestia, en este proceder encontrarás, no menos que en cuanto hemos dicho hasta aquí, un modo de destruir el pecado: De ello tienes un ejemplo en aquel publicano, que, si bien no pudo recordar ante Dios su buena conducta, en lugar de buenas obras presentó su humildad y se vio descargado del gran peso de sus muchos pecados.
Te he recordado, pues, cinco caminos de penitencia: primero, la acusación de los pecados; segundo, el perdonar las ofensas de nuestro prójimo; tercero, la oración; cuarto, la limosna; y quinto, la humildad.
No te quedes, por tanto, ocioso, antes procura caminar cada día por la senda de estos caminos: ello, en efecto, resulta fácil, y no te puedes excusar aduciendo tu pobreza, pues, aunque vivieres en gran penuria, podrías deponer tu ira y mostrarte humilde, podrías orar asiduamente y confesar tus pecados; la pobreza no es obstáculo para dedicarte a estas prácticas. Pero, ¿qué estoy diciendo? La pobreza no impide de ninguna manera el andar por aquel camino de penitencia que consiste en seguir el mandato del Señor, distribuyendo los propios bienes —hablo de la limosna—, pues esto lo realizó incluso aquella viuda pobre que dio sus dos pequeñas monedas. Ya que has aprendido con estas palabras a sanar tus heridas, decídete a usar de estas medicinas, y así, recuperada ya tu salud, podrás acercarte confiado a la mesa santa y salir con gran gloria al encuentro del Señor, rey de la gloria, y alcanzar los bienes eternos por la gracia, la misericordia y la benignidad de nuestro Señor Jesucristo.Oración: Oh Dios, fortaleza de los que esperan en ti, que has hecho brillar en la Iglesia a san Juan Crisóstomo por su admirable elocuencia y su capacidad de sacrificio, te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas, nos llene de fuerza el ejemplo de su valerosa paciencia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Fuente: Corazones.org
Oremos
Demos gloria y alabanza a Dios Padre que, por medio de su Hijo, nos concede sin cesar su gracia y su perdón.
-Escucha, Dios de misericordia, nuestra oración en favor de tu Iglesia, y concede a tus fieles desear tu palabra más que el alimento del cuerpo.
-Enséñanos a amar de verdad y con obras a nuestros hermanos los hombres, y a trabajar por su bien y por la concordia mutua.
-Pon tus ojos en los avanzan hacia el camino de la fe y en los que ya lo recorren, para que no desfallezcan y lleguen a poseerte en plenitud.
-Danos un corazón dócil a la palabra de tu Hijo que nos invita a la penitencia y la conversión.
Oración: Padre de ternura y generosidad, mira con amor a tu pueblo penitente, perdona nuestras culpas y fortalece nuestra débil voluntad. Por Jesucristo, nuestro Seño. Amén.
Tercera aparición de la Santísima Virgen. (Colectiva con las hermanas y la familia Padrón)
El día 19 de febrero, viernes, se volvieron a encontrar las hermanas de la comunidad de las Siervas de Jesús y la familia Padrón en la casa religiosa de las apariciones para orar durante la hora santa ante el Santísimo expuesto, según la costumbre ya establecida para todos los viernes
Al terminar la adoración ante el Santísimo se dirigieron todos hacia el lugar de la aparición para rezar el santo rosario. Este lugar ejercía una atracción casi irresistible.
Estaban presentes: la superiora de las Siervas de Jesús hermana María Clara, la hermana Mary Carmen, protagonista de otros episodios ya mencionados e interlocutora constante en todas las apariciones, la hermana María Clelia, además de todos los integrantes de la familia Padrón.
Aún antes de empezar a rezar el rosario y siendo las 7 30 aproximadamente de la noche, se inició una lluvia de estrellas desde el cielo hacia la tierra, muy difícil de describir.
Afirma el Ing. Padrón que "eran estrellitas en movimiento, como si se desprendieran, dirigiéndose al lado derecho del caminito flanqueado con barandas de madera "
Al poco tiempo, unos segundos, la Santísima Virgen se hizo presente a unos 80 centímetros por encima de una mata de cambur. En esta oportunidad todos estaban ubicados muy cerca de la aparición por lo cual era posible detallar algunos aspectos. Veamos:
a.- El movimiento de las estrellas era semejante a una lluvia de lucecitas, con movimiento y dirección hacia el lugar de la aparición y permaneció todo el tiempo que duró la aparición.
b.- Durante la aparición la Santísima Virgen estuvo rodeada por pequeñas lucecitas, que titilaban en dos grupos: uno desde el color azul al verde, de verde a amarillo y de amarillo a blanco; el otro grupo de lucecitas titilaban desde el color morado al rojo, del rojo al morado y de rosado a blanco. Ambos grupos de lucecitas repetían en forma cíclica y sincrónica esos colores.
c - La Santísima Virgen apareció descalza, parada encima de una nubecita que poco a poco se fue transformando en un corazón de gran tamaño y con una cruz en altorrelieve en el centro del mismo. La Virgen aparecía ubicada sobre el lado derecho del corazón y con el niño Jesús sentado en su brazo derecho.
d - La túnica de la Santísima Virgen era de color blanco con incrustaciones de estrellitas iguales a las que titilaban, colocadas a igual distancia unas de las otras. El manto que la cubría era de color verde claro, con cierta tonalidad azulácea, con bordes dorados en su extremo. Tanto la Virgen como el Niño estaban coronados con una corona de espigas doradas, de una altura de unos 5 centímetros aproximadamente.
e - Del corazón rojo se desprendían tres grupos de rayos luminosos, dos grupos desde los lados izquierdo y derecho y el tercero hacia abajo, hacia el piso Los rayos eran de color dorado
f.- Del lugar se había apoderado un silencio impresionante, porque en el exterior continuaba el ajetreo de los vehículos en la calle. Había una gran paz, tal como si el lugar se hubiese aislado del mundo entero. Este silencio era como una invitación hacia la oración profunda, hacia la contemplación, ya que nada era capaz de disturbarlos.
Con el permiso de la superiora hermana Clara todos se quedaron en vigilia, orando, rezando en voz alta y cantando
Al amanecer, el lugar apareció recubierto de escarchas de variados colores, tal como había ocurrido la primera vez, incluidos los zapatos y los vestidos y ropas de todos.
Cuenta la hermana Mary Carmen que durante ese día en particular se había venido sintiendo muy mal, tanto que se vio obligada a orarle a la Santísima Virgen en estos términos' "Madrecita querida, si tú quieres que esta noche te acompañe aquí en oración, dame salud, haz que desaparezca este dolor que tengo, porque ya no aguanto Quiero irme a acostar "Serían las 10.00 de la noche cuando la hermana empezó a sentirse mejor hasta que desapareció el dolor por completo.
La vigilia en oración duró hasta las dos y media de la madrugada para la hermana Mary Carmen, hora en que ella se dirigió a su cuarto para dormir. Tenía los pies congelados con el frío que hacía En esta época del año la temperatura suele descender durante las madrugadas hasta los 12 grados centígrados Los demás permanecieron hasta las 5 00 de la madrugada
Es preciso hacer notar a estas alturas que la hermana Mary Carmen fue siempre de constitución endeble y enfermiza Estaba muy delgada y con frecuencia padecía de intensos dolores de cabeza, los cuales se acrecentaban con el frío
La hermana Mary Carmen sintió en su corazón que la Virgen le susurraba "Aquí estoy Soy tu maestra Quiero guiarlas, ayudarlas, en este camino que las conduce a mi querido hijo Jesús No temáis Orad"
Y en esta aparición les hizo llegar el segundo gran mensaje
SEGUNDO MENSAJE
"Mis hijitas consagradas: como les anuncié he venido vestida de estrellas. ¿Me visteis? He venido para decirles con cuánto agrado ha visto mi Hijo Jesús la respuesta a mi petición de orar, que vosotras habéis realizado.
Es así como las quiere el Señor: unidas, ya que se acercan tiempos muy difíciles para la Iglesia y sus Ministros. Es aquí donde se realizarán los cambios fundamentales para la realización de los planes divinos de Nuestro Señor Jesucristo.
Amadas hijas: el cambio en vuestros corazones no debe esperar. Debéis entregaros con el mismo amor y sacrificio con que mi Hijo Jesús se entregó por vosotras.
Sí, hijitas, he visto y he conocido el corazón de cada una.
Debéis entender que la escogencia es divina y no podéis oponeros con criterios humanos.
Sabed aprovechar esto que Dios os ha dado y dejad que mis mensajes os guíen para cumplir con obediencia y humildad los designios preparados por El.
Recordad que los más pequeños son los más grandes a los ojos de Dios.
Mis hijitos consagrados: cuan duro es el mundo que les ha tocado vivir. De qué manera los han humillado, con cuántas injusticias y a cuántas calumnias os han sometido.
Pero hijitos... y ¿vosotros, cuántas veces habéis dudado? ¿Cuánta intranquilidad lleváis por dentro? ¿Cuánta indecisión en vuestros corazones ?
Mi hijo Jesús ha puesto estas pruebas porque os ama con todo su corazón. Tanto os ama que os hará pasar por el sendero más angosto para haceros más dignos de El.
No tengáis temor en llevar mi rebaño. Conducidlo por el camino de la verdad, de la verdad de mi hijo Jesús y El os acompañará con el amor de su Sagrado Corazón, con la esperanza de que veréis al Hijo de Dios muy pronto.
Hijitos, Dios sabe ser agradecido con quien le es fiel y lleva Su palabra sin temor. Enseñad a orar que acudiré. Enseñad a contemplar, que allí estaré.
Y cuando la duda os invada, el temor os aseche y la flaqueza humana os consterne, vengan a este mi bosquecito y todos recibirán aquello que se puede tocar, aquello que se puede ver, aquello que se puede sentir, aquello que busca el alma: el amor de María Santísima, la Madre de mis hijos consagrados. Esta es mi advocación: VIRGEN MARIA, MADRE DE MIS ALMAS CONSAGRADAS. Los cubro con mi manto"
.
ORAMOS POR TODOS LOS RELIGIOSOS Y CONSAGRADOS
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, en obediencia.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Te pedimos Señor, Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, en castidad.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu, a las monjas y a los monjes de clausura.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, sirviéndote en el campo de la salud.
Bendícelos Señor.
Te pedimos Señor, que infundas tu Espíritu a quienes se han consagrado a ti, para servirte en los más pobres.
Jesús, Buen Pastor, Bendícelos.
Dios te salve María… Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…
Oremos; “Jesús, Buen Pastor: en tus manos ponemos a todos tus Pastores, para que llenos de tu Espíritu Santo, sepan interpretar los signos de los tiempos actuales y guíen al rebaño, a ellos encomendado, hacía pastos verdes y aguas de vida. Amén.”
“Danos Señor, santos sacerdotes, santos religiosos, laicos santos comprometidos con tu Iglesia. Amén”
Jesús, Divino Señor, por Tu dolorosa Pasión, cubre con Tu Preciosísima Sangre, a todos los Obispos, sacerdotes y consagrados. Ten piedad de ellos y líbralos de todo mal, ahora y siempre. El Inmaculado Corazón de la Dulce Virgen María, reprenda con su fuerza Santísima a todo enemigo de Dios y de su Iglesia. Amén.”