A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Les anuncio una gran alegría: Hoy nos ha nacido el Salvador, que es Cristo, el Señor. Aleluya.¡¡¡¡


Dios nuestro, que hiciste resplandecer esta noche santísima con el nacimiento de Cristo, verdadera luz del mundo, concédenos que, iluminados en la tierra por la luz de este misterio, podamos también disfrutar de la gloria de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.




Lectura del libro del profeta Isaías
(52, 7-10)
¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, al mensajero que trae la buena nueva, que pregona la salvación, que dice a Sión: “Tu Dios es rey”!

Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una gritan alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión.

Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su santo brazo a la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera la salvación que viene de nuestro Dios.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.



 Salmo 97

Toda la tierra ha visto al Salvador.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.

Toda la tierra ha visto al Salvador.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

Toda la tierra ha visto al Salvador.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.

Toda la tierra ha visto al Salvador.

Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey.

Toda la tierra ha visto al Salvador.


Lectura de la carta a los hebreos (1, 1-6)

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo el universo.

El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa.

El mismo, después de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.

Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.





† Lectura del santo Evangelio según san Juan
(1, 1-18)
Gloria a ti, Señor.

En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto existe. El era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino testigo de la luz.

Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.

Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.

Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: “A éste me refería cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’ ”.

De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.

Palabra del Señor. 


Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres. Oremos confiadamente al Padre:

-Por la Iglesia universal, para que sepa llevar a todas las gentes la Buena Noticia de la salvación.

-Por todos los pueblos, razas y naciones, para busquen y encuentren la paz, y cesen las guerras, la segregación y la marginación, la opresión y la violencia.

-Por las autoridades y los que tienen responsabilidades en la vida pública, para que sus decisiones sirvan al bien de todos, sin egoísmos ni partidismos.

-Por los que llevan en su carne la señal de Cristo pobre y paciente, para se sientan amados de Dios que les dé consuelo y gozo.

-Por nuestras comunidades, para que, acogiéndonos con amor y paciencia, vivamos la alegría de la Navidad.

Oración: Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo, tu Hijo, manifestado hoy al mundo en la humildad de nuestra carne. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.



 NATIVIDAD DEL SEÑOR. «A Cristo, que por nosotros ha nacido, venid, adorémosle». El Evangelio según san Lucas nos cuenta así lo sucedido: «En aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero, y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó y les dijo: "No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". De pronto apareció una legión del ejército celestial que alababa a Dios diciendo: "Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios ama". Cuando los ángeles los dejaron, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón».- Oración A los que celebramos con alegría cristiana el nacimiento de tu Hijo, concédenos, Señor, penetrar con fe profunda en este misterio y amarlo cada vez con amor más entrañable. Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Franciscanos.org





El Nacimiento Pelicula para disfrutar hoy en Navidad¡¡¡ Felicidadessss¡¡¡

jueves, 18 de diciembre de 2014

La Virgen es el ejemplo acabado de toda vida dedicada por completo a Dios...



† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (1, 18-24)

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.

Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. 


Palabra del Señor.

 La renuncia al amor humano por Dios es una gracia divina que impulsa y anima a entregar el cuerpo y el alma al Señor con todas las posibilidades que el corazón posee. Dios es entonces el único destinatario de este amor que no se comparte. Es en Él donde el corazón encuentra su plenitud y su perfección, sin que exista la mediación de un amor terreno. Entonces el Señor concede un corazón más grande para querer en Él a todas las criaturas.


La Iglesia necesita siempre de gentes que entreguen su corazón indiviso al Señor como hostia viva, santa, agradable a Dios6. La Iglesia necesita también familias santas, hogares cristianos, que sean verdadera levadura de Cristo y den al Señor muchas vocaciones de entrega plena a Dios.


Le pedimos al Señor en nuestra oración de hoy que tenga misericordia de nosotros y que nos ayude a tener una mayor finura con Él: “¡Jesús, guarda nuestro corazón!, un corazón grande, fuerte y tierno y afectuoso y delicado, rebosante de caridad para Ti, para servir a todas las almas”
. En este día podemos ofrecerle a la Virgen la entrega de nuestro corazón y una lucha más delicada en esta virtud de la santa pureza, que le es tan especialmente grata y que tantos frutos tiene en nuestra vida interior y en el apostolado.


Elevemos nuestra oración al Padre, recordando el ejemplo de José, esposo de María.

-Por la Iglesia, para que acepte con gozo la palabra divina, la guarde incontaminada y la predique por el mundo.

-Por los padres de familia y por cuantos tienen autoridad, para que, con amor y espíritu de servicio, vivan y trabajen en bien de todos.

-Por quienes son o han sido víctimas de la pobreza y la injusticia, para que colaboren, sin odios ni rencores, en la construcción de un mundo mejor.

-Por todos los creyentes, para que asumamos con amor y entereza la misión a la que Dios nos llama en esta vida.

Oración: Concédenos, Padre de misericordia, prepararnos a recibir a tu Hijo, aprendiendo de los ejemplos de fe y amor de José y María. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



Nuestra Señora de la Esperanza, 
La Expectación del Parto de la Virgen, Santa María de la «O», son títulos de una fiesta de la Virgen María que no figura en el calendario litúrgico de la Iglesia, pero que tiene larga tradición en España, pues viene del Concilio X de Toledo, celebrado el año 656, que quiso dar mayor relieve a la fiesta de la Anunciación y Encarnación, sacándola del tiempo cuaresmal o pascual, y acercándola, en plena celebración del Adviento, al momento decisivo del parto de la Virgen Madre, acontecimiento esperado por la humanidad y muy especialmente por María. Esperanza, pues presenta a María en estado avanzado del embarazo obrado por el Espíritu Santo. 
Expectación, por el ansia e intensidad con que ella esperaba tener pronto en sus brazos al que llevaba en su seno. 
El título de María de la «O» hace referencia a las solemnes antífonas del Cántico de la Virgen, el Magníficat, que en las Vísperas de los siete días anteriores a Navidad empiezan por esa letra. En relación con estas advocaciones de la Virgen, el arte suele representar a María en avanzado estado de gestación, con su vientre abultado y la mano sobre el mismo, apuntando que allí está el Hijo de Dios, que pronto nacerá.-

 Oración: Dios y Señor nuestro, que en el parto de la Virgen María has querido revelar al mundo entero el esplendor de tu gloria, asístenos con tu gracia, para que proclamemos con fe íntegra y celebremos con piedad sincera el misterio admirable de la encarnación de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. 


NOVENA DE NAVIDAD
Para rezar del 16 al 24 de Diciembre


 Oracion para todos los dias
OH Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tú hijo la mejor  prenda de tú amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud
y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En agradecimiento te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos
más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén. 


  Oracion para la familia
Señor has de nuestro hogar un sitio de tú amor. Que no haya injuria porque tú nos das
comprensión. Que no haya amargura porque tú nos bendices. Que no haya egoísmo
porque tú nos alientas. Que no haya rencor porque tú nos das el perdón. Que no haya
abandono porque tú estas con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tú diario
vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche
nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una
página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos,
orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del
amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén



Santísima Virgen María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúne alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros.
Amén. 


Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.



Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor
para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. OH Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es navidad. Amén




MEDITACIÓN DEL DÍA 18 DE DICIEMBRE
Tercer día dedicado al RESPETO. 


LECTURA BIBLICA DEL DIA PEDRO 2, 18-25


Obrad como hombres libres, y no como quienes hacen de la libertad un pretexto para la maldad, sino como siervos de Dios. Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey. Criados, sed sumisos, con todo respeto, a vuestros dueños, no sólo a los buenos e indulgentes, sino también a los severos. Porque bella cosa es tolerar penas, por consideración a Dios, cuando se sufre injustamente.¿Pues qué gloria hay en soportar
los golpes cuando habéis faltado? Pero si obrando el bien soportáis el sufrimiento, esto es cosa bella ante Dios. Pues para esto habéis
sido llamados, ya que también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas. El que no cometió pecado, y en cuya boca no se halló engaño; el que, al ser insultado, no respondía con insultos; al padecer, no amenazaba, sino que se ponía en manos de Aquel que juzga con justicia; el mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados. Erais como ovejas descarriadas, pero ahora
habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas. Palabra de Dios. 


Pero hacedlo con dulzura y respeto. Mantened una buena conciencia, para que
aquello mismo que os echen en cara, sirva de confusión a quienes critiquen vuestra buena conducta en Cristo.
1 Pedro 3,16

 
Amados hermanos:


Gracias al respeto valoramos la gran dignidad de toda persona humana hecha a imagen y semejanza de Dios, aunque esa persona esté equivocada. El respeto es fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias, como lo
hace un pintor con los colores o un músico con las notas o ritmos.
Un amor respetuoso nos impide juzgar a los demás, manipularlos o querer moldearlos a nuestro tamaño. Siempre que pienso en el respeto veo a Jesús conversando amablemente con la mujer samaritana, tal como lo narra San Juan en el capítulo cuatro de su evangelio. Es un diálogo sin reproches, sin condenas y en el que brilla la luz de una delicada tolerancia


Jesús no aprueba que la mujer no conviva con su marido, pero en lugar de juzgarla la felicita por su sinceridad. Actúa como buen pastor y nos enseña a ser respetuosos si de verdad queremos entendernos con los demás. 


 Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds 

Caminando con Jesus

martes, 9 de diciembre de 2014

Señor y Dios nuestro, que has hecho llegar a todos los rincones de la tierra la buena nueva de la venida del salvador, concédenos esperar con sincera alegría las fiestas con que celebramos el día de su nacimiento. Por nuestro Señor Jesucristo…

SAN JUAN DIEGO Cuauhtlatoatzin (1474-1548)
VIDENTE DE LA VIRGEN DE GUADALUPE
 
Adviento: martes de la 2a. semana o memoria libre de san Juan Diego



Lectura del libro del profeta Isaías (40, 1-11)

“Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados”.

Una voz clama: “Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán”. Así ha hablado la boca del Señor.

Una voz dice: “¡Griten!”, y yo le respondo: “¿Qué debo gritar?” “Todo hombre es como la hierba y su grandeza es como flor del campo. Se seca la hierba y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre”.

Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá:

“Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará a su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus madres”. Palabra de Dios.


† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (18, 12-14)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños”.


 Palabra del Señor.


Dirijamos nuestras voces suplicantes al Señor confiados en la intercesión de María Inmaculada, a la que Él eligió como madre de su Hijo.

-Por la Iglesia universal: para que viva sin mancha ni arruga ni nada semejante que enturbie el rostro de Cristo.

-Por los jóvenes y adolescentes: para que siguiendo a María, la madre del amor hermoso, se adhieran a los verdaderos valores humanos y cristianos.

-Por los enfermos y cuantos sufren: para que encuentren siempre en María el consuelo y la gracia que necesitan.

-Por cuantos celebramos el triunfo de Cristo en María: para que, como ella, acojamos la Palabra de Dios y la hagamos fructificar en nuestra vida. 



Oración: Te pedimos, Señor, que, así como preservaste a María de todo pecado, a nosotros no nos dejes caer en la tentación y nos libres de todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Meditacion 



LA VIRGEN MARÍA CONSOLÓ A JUAN DIEGO
Del decreto de Juan Pablo II para la canonización
de Juan Diego Cuauhtlatoatzin (México, 31-VII-2002)

Exaltó a los humildes (Lc 1,52): Dios Padre puso su mirada en un humilde indígena mexicano, Juan Diego, al que enriqueció con el don de renacer en Cristo, de contemplar el rostro de la bienaventurada Virgen María y de unirlo a la evangelización del continente americano. De esta manera se muestra la verdad que encierran las palabras del Apóstol Pablo cuando enseña el método por el que se lleva a cabo la salvación.

Lo plebeyo y despreciable del mundo, lo que no es, Dios lo eligió para vencer lo que es, para que ninguna carne se gloríe en presencia de Dios (1 Co 1,28-29). Este beato que, según la tradición, se llamaba Cuauhtlatoatzin, nombre que significa «águila habladora», nació alrededor del año 1474 en Cuauhtitlan, en el reino conocido comúnmente como Texcoco. Ya adulto y habiendo contraído matrimonio, abrazó el Evangelio y fue bautizado junto con su esposa, dispuesto a vivir a la luz de la fe y de manera coherente con las obligaciones asumidas ante Dios y la Iglesia.

En el mes de diciembre del año 1531, cuando caminaba hacia Tlatelolco, en el monte llamado Tepeyac se le apareció la Madre de Dios, que le ordenó que pidiese al obispo mexicano [el franciscano Juan de Zumárraga] que se edificase un templo en el lugar de la aparición. Ante las peticiones insistentes del indígena, el obispo exigió una prueba evidente del extraordinario suceso. El día 12 de diciembre, la bienaventurada Virgen María se volvió a aparecer a Juan Diego, lo consoló y le ordenó que se dirigiese a la cumbre del monte Tepeyac, donde habría de recoger unas flores y regresar con ellas. A pesar del frío invernal y de la aridez del lugar, el bienaventurado encontró unas flores bellísimas, las puso en su capa y las llevó a la Virgen. Ésta le ordenó que las entregase al obispo como señal de la verdad. En presencia del prelado, Juan Diego extendió la capa y dejó caer las flores; en ese momento apareció en el tejido de la capa, milagrosamente impresa, la imagen de la Virgen de Guadalupe, que desde entonces se convirtió en el centro espiritual de la nación.

Cuando se construyó el templo en honor de «la Señora del cielo», el beato, movido de gran piedad, dejó todo y consagró toda su vida a guardar aquel pequeño santuario y a recibir a los peregrinos. Recorrió el camino de la santidad en oración y caridad, sacando las fuerzas del banquete eucarístico de nuestro Redentor, del culto a la Madre del Redentor, de la comunión con la santa Iglesia y de la obediencia a los sagrados Pastores. Cuantos lo pudieron conocer, admiraron el esplendor de sus virtudes, sobre todo la fe, la esperanza, la caridad, la humildad y desprecio de las realidades terrenas.

Juan Diego, con la sencillez de su vida cotidiana, guardó fielmente el Evangelio, que no había despreciado su condición indígena, consciente de que Dios no hace distinciones de linaje o de cultura e invita a todos para que sean sus hijos. De esta manera, el beato facilitó el camino para que los indígenas de México y del Nuevo Mundo se encontrasen con Cristo y la Iglesia. Hasta el último día de su vida caminó con Dios, que lo llamó a sí el año 1548. Su recuerdo, que siempre va unido a la aparición de nuestra Señora de Guadalupe, ha trascendido los siglos y ha alcanzado las diversas regiones de la tierra.


San Juan Diego intercede por nosotros.
Santa María de Guadalupe ruega al Señor Jesús por nosotros.

3 credos a Nuestra Señora de Guadalupe en honor y por todas las intenciones de San Juan Diego.


Oración de la Sangre de Cristo

Señor Jesús, en tu nombre y con
el Poder de tu Sangre Preciosa
sellamos toda persona, hechos o
acontecimientos a través de los cuales
el enemigo nos quiera hacer daño.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos toda potestad destructora en
el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego,
debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas
de la naturaleza, en los abismos del infierno,
y en el mundo en el cual nos movemos hoy.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
rompemos toda interferencia y acción del maligno.
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares
y lugares de trabajo a la Santísima Virgen
acompañada de San Miguel, San Gabriel,
San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestra casa, todos los que la habitan
(nombrar a cada una de ellas),
las personas que el Señor enviará a ella,
así como los alimentos y los bienes que
Él generosamente nos envía
para nuestro sustento.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos tierra, puertas, ventanas,
objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos,
y en fe colocamos un círculo de Su Sangre
alrededor de toda nuestra familia.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos los lugares en donde vamos
a estar este día, y las personas, empresas
o instituciones con quienes vamos a tratar
(nombrar a cada una de ellas).

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestro trabajo material y espiritual,
los negocios de toda nuestra familia,
y los vehículos, las carreteras, los aires,
las vías y cualquier medio de transporte
que habremos de utilizar.

Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,
las mentes y los corazones de todos los habitantes
y dirigentes de nuestra Patria a fin de que
Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.

Te agradecemos Señor por Tu Sangre y
por Tu Vida, ya que gracias a Ellas
hemos sido salvados y somos preservados
de todo lo malo.

Amén.


Rosario por los sacerdotes

martes, 2 de diciembre de 2014

Concédenos, Señor, permanecer alertas a la venida de tu Hijo, para que, cuando llegue y llame a la puerta, nos encuentre velando en oración y cantando su alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 21-24

Gloria a ti, Señor.

En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.

Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.



Oremos al Señor, que vendrá y nos salvará, y digámosle confiados: Ven, Señor, y sálvanos.

-Señor Jesús, ungido del Padre y salvador de los hombres, ven pronto y sálvanos.

-Tú que viniste al mundo, líbranos del pecado del mundo.

-Tú que viniste del Padre, muéstranos el camino para ir a Él.

-Tú que fuiste concebido por obra del Espíritu Santo, renuévanos a nosotros con la fuerza de este mismo Espíritu.

-Tú que tomaste carne en el seno de la Virgen María, líbranos de la corrupción de la carne.

Oración: Concédenos, Señor, permanecer alertas a la venida de tu Hijo, para que, cuando llegue y llame a la puerta, nos encuentre velando en oración y cantando su alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

Oramos tambien con las peticiones de la Misa del Domingo Primero de Adviento

Oremos, hermanos y hermanas, al Señor, y pidámosle confiadamente que despierte su poder y venga a salvarnos.
Respondemos a cada petición: Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que los fieles despierten del sueño de sus indolencias y reciban con alegría la salvación que se acerca, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que se afiance la paz en el mundo, y las riquezas de la creación se transformen en instrumento de progreso y bienestar para todos los humanos, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que el Señor, con su venida, alivie los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que sufren en su espíritu y libre al mundo de sus males, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que nosotros mismos vivamos siempre alerta, sin que las preocupaciones de la vida nos impidan mantenernos en pie cuando llegue el Hijo del hombre, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Celebrante:
Señor Dios, Padre y Redentor nuestro, que nunca olvidas las obras de tus manos; escucha las plegarias de tu pueblo y no permitas que nos desviemos de tu camino, sino que, como siervos responsables, vivamos siempre en vela, aguardando la venida de tu Hijo Jesucristo. él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.

Dios busca para sus obras, de ordinario, a personas corrientes, sencillas, a las que comunica las gracias necesarias. Enseña Santo Tomás de Aquino, aplicándolo a la Virgen, pero válido para todos, que “a quienes Dios elige para una misión los dispone y prepara de suerte que sean idóneos para desempeñar la misión para la que fueron elegidos”. 


Por eso, si alguna vez se hace cuesta arriba nuestro cometido, siempre podremos decir: porque tengo vocación para esta misión, tengo las gracias necesarias y saldré adelante. Dios me ayudará si yo pongo lo que esté de mi parte.
La Virgen nos enseña que para acertar en el cumplimiento de la voluntad divina es necesaria una disponibilidad completa. Solo podemos cooperar con Dios cuando nos entregamos completamente a Él, dejándole actuar sobre nuestra vida con entera libertad.
 “Dios no puede comunicar su voluntad si, primeramente, no hay en el alma de la criatura esta presentación íntima, esta consagración profunda. Dios respeta siempre la libertad humana, no actúa directamente ni se impone sino en la medida en que nosotros le dejamos actuar”
La respuesta de la Virgen es como un programa de lo que será después toda su vida: Ecce ancilla Domini... Ella no tendrá otro fin que cumplir la voluntad de Dios. Nosotros podemos darle hoy a la Virgen un sí para que lo presente a su Hijo, sin reservas y sin condiciones, aunque alguna vez nos pueda costar.

meditacion del sitio : www.Iesvs.org-



Adviento

El primer domingo de Adviento es el primer día de un nuevo Año Litúrgico para la Iglesia Católica y en esta ocasión el Evangelio anima a los fieles a velar y estar preparados porque no se sabe cuándo llegará el dueño de casa.
 

Esta primera semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación a la vigilancia en espera de la venida del Señor. Por ello, es importante que en las familias se haga un propósito que les permita avanzar en el camino hacia la Navidad.

En un momento propicio o tal vez después del encendido de la primera vela de la corona de adviento, los miembros del hogar podrían comenzar revisando las relaciones familiares y terminar pidiendo perdón a quienes se ha ofendido, así como dándolo a los demás.



Fuente Aci Prensa