A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

jueves, 31 de julio de 2014

Quien come mi Carne y bebe mi Sangre tiene vida eterna, dice el Señor, y yo lo resucitaré en el último día.



Dios nuestro: tú que puedes darnos un mismo querer y un mismo sentir, concédenos a todos amar lo que nos mandas y anhelar lo que nos prometes; para que, en medio de las preocupaciones de esta vida, pueda encontrar nuestro corazón la felicidad verdadera.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.


 Hoy Oramos por toda la Iglesia y especialmente por los sacerdotes le pedimos a Los Sagrados Corazones de Jesus y Maria Santisima por los sacerdotes del mundo entero y las almas Consagradas...ponemos nuestras intenciones a los pies de Nuestro Señor y llemos el Evangelio segun San Mateo para iniciar nuestra oracion..


Escuchemos lo que dice el señor a los predicadores: La mies es mucha, pero los operarios son pocos; rogad pues, al Señor de la mies que envíe trabajadores a su mies. Por tanto, para una mies abundante son pocos los trabajadores; al escuchar esto, no podemos dejar de sentir una gran tristeza, por que hay que reconocer que, si bien hay personas que desean escuchar cosas buenas, faltan, en cambio, quienes se dediquen a anunciarlas.

San Gregorio Magno
Hom. 17 sobre los evangelios

 


† Lectura del santo Evangelio según san Mateo
9, 35-38; 10, 1

Gloria a ti, Señor.En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
"La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos".
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


salmo 94

Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias.
Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.
Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras".
Señor, que no seamos sordos a tu voz.




Dios nuestro, que por medio del sacrificio único de Cristo en la Cruz nos has adoptado como hijos tuyos, concede siempre a tu Iglesia el don de la unidad y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.


Compartimos la oracion de un parroco 


Señor de mi vocación
Señor de mi vocación, acá estoy como antaño,
esperando que me empujes,
deseando que me alientes,
rogándote que me sostengas;
porque he dejado jirones de tu llamada en el camino
y experimento la tristeza de la infidelidad;
porque me he entregado a los demás con egoísmo
y experimento la vergüenza de mi mentira;
porque he huido una y otra vez del dolor,
y experimento el dolor de la cobardía.
Señor de mi vocación, acá estoy como antaño,
para entregarte los despojos de mi batalla:
signo de mi debilidad culpable
y signo de mi valentía entusiasta.
Si me he arriesgado, ha sido por ti.
Si he peleado, ha sido por ti.
Si he sido vencido, ha sido por ti.
No es válida excusa, pero sí humilde confesión.
Señor de mi vocación, sigue siendo mi único Señor.
Que no me venda a nada ni a nadie.
Que no me canse jamás.
Que mi testimonio seas siempre tú.
Que al anochecer de cada día,
pueda sentir tu mirada en la mía,
como bastón poderoso para mi limitación.
Señor de mi vocación, acá estoy como antaño,
diciéndote de nuevo que sí.


Norberto Alcover sj
Fuente: Sitio en Facebook : El parroco del Mundo

Plegaria para pedir por los Sacerdotes


Señor Jesús, te pido por tus sacerdotes. Que cuando estén clavados en la cruz del confesionario, pongas en ellos tu corona de luz en vez de tu corona de espinas.

Que cuando, día a día, te traigan al pan convertido en tu cuerpo, ello no se les vuelva rutina, sino diario milagro.

Que su trato con las almas sea siempre para dejar en ellas el amor y el valor que Tú nos entregas.

Que cuando jóvenes, tengan la fortaleza de tus últimos tres años y cuando viejos, sigan sintiendo que «Dios alegra su juventud».

Que espíritu viviente en carne y hueso, sean como Tú, profundamente humanos y perfectamente divinos.

Que cuando el desánimo y la debilidad los agobien en el camino de su calvario, estés Tú, como Cirineo, para llevarles la cruz y volvérselas gozo.

¡Y que nunca falte quien de la vida por ellos, así como Tú la diste por nosotros!
 Oracion Final

Jesús que sientes compasión al ver la multitud que está como ovejas sin pastor, suscita, en nuestra Iglesia, una nueva primavera de vocaciones.

Te pedimos que envíes: Sacerdotes según tu corazón que nos alimenten con el Pan de Tu Palabra y en la mesa de Tu Cuerpo y de Tu Sangre; Consagrados que, por su santidad, sean testigos de Tu Reino; Laicos que, en medio del mundo, den testimonio de ti con su vida y su palabra.

Buen Pastor, fortalece a los que elegiste; y ayúdalos a crecer en el amor y santidad para que respondan plenamente a tu llamada.

María, Madre de las vocaciones, ruega por nosotros. Amén.
Rezamos la Coronilla a la Divina Misericordia para pedir por estas intenciones y por la Paz del mundo..
 

viernes, 25 de julio de 2014

"El que quiera ser el primero, que se haga el servidor de todos, a imitación del Hijo del hombre que no ha venido a ser servido sino a servir". ..



Dios todopoderoso y eterno, que consagraste los primeros trabajos de los apóstoles con la sangre de Santiago, haz que, por su martirio, sea fortalecida tu Iglesia y, por su patrocinio, España y el mundo entero se mantenga fiel a Cristo hasta el final de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén


 Jesús que sientes compasión al ver la multitud que está como ovejas sin pastor, suscita, en nuestra Iglesia, una nueva primavera de vocaciones.

Te pedimos que envíes: Sacerdotes según tu corazón que nos alimenten con el Pan de Tu Palabra y en la mesa de Tu Cuerpo y de Tu Sangre; Consagrados que, por su santidad, sean testigos de Tu Reino; Laicos que, en medio del mundo, den testimonio de ti con su vida y su palabra.

Buen Pastor, fortalece a los que elegiste; y ayúdalos a crecer en el amor y santidad para que respondan plenamente a tu llamada.

María, Madre de las Almas Consagradas, ruega por ellas. Amén.



† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 20-28

Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, la madre de los Zebedeos se acercó a Jesús con sus hijos y se arrodilló para pedirle un favor.
El le preguntó:
"¿Qué quieres?"
Ella contestó:
"Manda que estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando tú reines".
Jesús respondió:
"No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz de amargura que yo voy a beber?"
Ellos dijeron:
"Sí, podemos".
Jesús les respondió:
"Beberán mi cáliz, pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes lo ha reservado mi Padre".
Al oír aquello, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo:
"Ustedes saben que los jefes de las naciones las gobiernan tiránicamente y que los dirigentes las oprimen. No debe ser así entre ustedes. El que quiera ser importante entre ustedes, sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea su esclavo. De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate de todos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


 

Oremos, hermanos y hermanas, a Dios Padre misericordioso, que ha querido que fuésemos edificados en la solidez de la fe de los apóstoles, y pidámosle por el bien de todos.


Para que la Iglesia guarde sin alterar en todo el mundo la enseñanza que recibió en sus orígenes por medio de la predicación apostólica y la transmita con fidelidad de generación en generación, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Para que no cesen de nacer en todo el mundo Iglesias, que, como retoño legítimo de las primeras comunidades fundadas por los apóstoles, se alimenten de la Palabra que ellos anunciaron y que arraigó también en nuestra tierra, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Para que, quienes como Santiago, el primero de los apóstoles que derramó la sangre por el nombre de Cristo, sufren persecuciones, sean semilla de una nueva primavera cristiana, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Para que el Señor nos ilumine con el testimonio del martirio de Santiago, y nos fortalezca de manera que estemos dispuestos a beber, como él, el cáliz del sufrimiento, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Oremos
Señor Jesús, Redentor nuestro, que llamaste a Santiago para que dejase las redes y se hiciera pescador de hombres; escucha nuestra oración y fortalece nuestras débiles voluntades, para que, como él, seamos fieles a tu llamada. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.





El nombre Santiago, proviene de dos palabras Sant Iacob. Porque su nombre en hebreo era Jacob. Los españoles en sus batallas gritaban: "Sant Iacob, ayúdenos". Y de tanto repetir estas dos palabras, las unieron formando una sola: Santiago.

Fue uno de los 12 apóstoles del Señor.

Era hermano de San Juan evangelista. Se le llamaba el Mayor, para distinguirlo del otro apóstol, Santiago el Menor, que era más joven que él. Con sus padres Zebedeo y Salomé vivía en la ciudad de Betsaida, junto al Mar de Galilea, donde tenían una pequeña empresa de pesca. Tenían obreros a su servicio, y su situación económica era bastante buena pues podían ausentarse del trabajo por varias semanas, como lo hizo su hermano Juan cuando se fue a estarse una temporada en el Jordán escuchando a Juan Bautista.

Santiago formó parte del grupo de los tres preferidos de Jesús, junto con su hermano Juan y con Simón Pedro. Después de presenciar la pesca milagrosa, al oír que Jesús les decía: "Desde ahora seréis pescadores de hombres", dejó sus redes y a su padre y a su empresa pesquera y se fue con Jesucristo a colaborarle en su apostolado. Presenció todos los grandes milagros de Cristo, y con Pedro y Juan fueron los únicos que estuvieron presentes en la Transfiguración del Señor y en su Oración en el Huerto de Getsemaní. ¿Por qué lo prefería tanto Jesús? Quizás porque
(como dice San Juan Crisóstomo) era el más atrevido y valiente para declararse amigo y seguidor del Redentor, o porque iba a ser el primero que derramaría su sangre por proclamar su fe en Jesucristo. Que Jesús nos tenga también a nosotros en el grupo de sus preferidos.
Cuenta el santo Evangelio que una vez al pasar por un pueblo de Samaria, la gente no quiso proporcionarles ningún alimento y que Santiago y Juan le pidieron a Jesús que hiciera llover fuego del cielo y quemara a esos maleducados. Cristo tuvo que regañarlos por ese espíritu vengativo, y les recordó que El no había venido a hacer daño a nadie sino a salvar al mayor número posible de personas. Santiago no era santo cuando se hizo discípulo del Señor. La santidad le irá llegando poquito a poco.
Otro día Santiago y Juan comisionaron a Salomé, su madre, para que fuera a pedirle a Jesús que en el día de su gloria los colocara a ellos dos en los primeros puestos: uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús les dijo: "¿Serán capaces de beber el cáliz de amargura que yo voy a beber?" Ellos le dijeron: "Sí somos capaces". Cristo añadió: "El cáliz de amargura sí lo beberán, pero el ocupar los primeros puestos no me corresponde a Mí el concederlo, sino que esos puestos son para aquellos para quienes los tiene reservado mi Padre Celestial". Los otros apóstoles se disgustaron por esta petición tan vanidosa de los dos hijos de Zebedeo, pero Jesús les dijo a todos: "El que quiera ser el primero, que se haga el servidor de todos, a imitación del Hijo del hombre que no ha venido a ser servido sino a servir". Seguramente que con esta lección de Jesús, habrá aprendido Santiago a ser más humilde.


Después de la Ascención de Jesús, Santiago el Mayor se distinguió como una de las principales figuras entre el grupo de los Apóstoles. Por eso cuando el rey Herodes Agripa se propuso acabar con los seguidores de Cristo, lo primero que hizo fue mandar cortarle la cabeza a Santiago, y encarcelar a Pedro. Así el hijo de Zebedeo tuvo el honor de ser el primero de los apóstoles que derramó su sangre por proclamar la religión de Jesús Resucitado.

Antiguas tradiciones (del siglo VI) dicen que Santiago alcanzó a ir hasta España a evangelizar. Y desde el siglo IX se cree que su cuerpo se encuentra en la catedral de Compostela (norte de España) y a ese santuario han ido miles y miles de peregrinos por siglos y siglos y han conseguido maravillosos favores del cielo. El historiador Pérez de Urbel dice que lo que hay en Santiago de Compostela son unas reliquias, o sea restos del Apóstol, que fueron llevados allí desde Palestina.

Es Patrono de España y de su caballería. Los españoles lo han invocado en momentos de grandes peligros y han sentido su poderosa protección. También nosotros si pedimos su intercesión conseguiremos sus favores.

Apóstol Santiago: pídele a Jesús que seamos muchos, muchos, los que como tú, nos dediquemos con toda valentía y generosidad a propagar por el mundo la religión de Cristo.


Fuente:  IESVS.ORG 

Nos Unimos en Oracion con la Iglesia por las intenciones de España:
  
Por la Conferencia Episcopal Española: para que el Espíritu Santo la ilumine y guíe en sus deliberaciones y decisiones.


-Por todas las regiones de nuestra nación: para que construyamos una convivencia justa y pacífica a través del diálogo y la mutua comprensión.

-Por todos los que se ven forzados a vivir alejados de su patria: para que no vacile su fe y sus buenas costumbres, y encuentren amor y acogida.

Oración: Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia que está en España, que reconoce al apóstol Santiago como su patrono e intercesor, y danos salud, trabajo, paz, solidaridad y aprecio mutuo entre todos sin excepción. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 


Rezamos por los sacerdotes del mundo entero y por la vida consagrada, para que aumenten las vocaciones para Su pueblo Santo de Dios.


Oracion de San Juan Pablo II

Padre Bueno, en Cristo tu Hijo nos revelas tu amor, nos abrazas como a tus hijos y nos ofreces la posibilidad de descubrir, en tu voluntad, los rasgos de nuestro verdadero rostro.

Padre santo, Tú nos llamas a ser santos como Tú eres santo. Te pedimos que nunca falten a tu Iglesia ministros y apóstoles santos que, con la palabra y con los sacramentos, preparen el camino para el encuentro contigo.

Padre misericordioso, da a la Humanidad extraviada, hombres y mujeres, que, con el testimonio de una vida transfigurada, a imagen de tu Hijo, caminen alegremente con todos los demás hermanos y hermanas hacia la patria celestial.

Padre nuestro, con la voz de tu Espíritu Santo, y confiando en la materna intercesión de María, te pedimos ardientemente: manda a tu Iglesia sacerdotes, que sean testimonios valientes de tu infinita bondad. ¡Amén!

martes, 8 de julio de 2014

Jesús, cuenta conmigo. Quiero trabajar esa tierra del mundo: «labrar la tierra, sembrar la simiente, cuidar los campos, realizar la siega y la trilla.»



 



































Hoy 14hs Rezo del Santo Rosario Parroquia Santo Tomas Moro Urquiza 1450 Vicente Lopez- Pcia de Buenos Aires- Rep. Argentina-
Grupo de oracion San Juan Pablo II


A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. 
Que el Espíritu Santo los posea, 
y que por ellos renueve la faz de la tierra.
Divino Corazón de Jesús, Corazón lleno de celo 

por la gloria de tu Padre, te rogamos por todos los sacerdotes, Señor. 
Por tu Espíritu Santo llénalos de fe, de celo y amor. Así sea.

Nos acogemos, Señor, a tu providencia que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquéllo que pueda contribuir a nuestro bien.

Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.




† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 32b-38



Gloria a ti, Señor.



En aquel tiempo presentaron a Jesús un hombre mudo poseído por un demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo comenzó a hablar. Y la gente decía maravillada:

"Jamás se ha visto nada igual en Israel".

Pero los fariseos decían:

"Expulsa a los demonios con el poder del príncipe de los demonios".

Jesús recorría todos los pueblos y aldeas, enseñando en la sinagogas judías, anunciando la buena noticia del reino y sanando todas las enfermedades y dolencias.

Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y desorientados como ovejas son pastor. Entonces dijo a sus discípulos:

"La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen por tanto al dueño de la cosecha que envíe obreros a recogerla".

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.



Adoremos a Cristo, Hijo de Dios vivo, que quiso ser también hijo de una familia humana, y dirijámosle confiados nuestras plegarias.

-Señor Jesús, por el misterio de tu sumisión a María y a José, enséñanos el respeto y la obediencia a los que tienen una legítima autoridad sobre nosotros.

-Tú que amaste a tus padres y fuiste amado por ellos, afianza a todas las familias en el amor y la concordia.

-Tú que estuviste siempre atento a las cosas de tu Padre, haz que todas las familias honren a Dios y acaten su voluntad.

-Tú que te compadeces de cuantos sufren, conforta a los que no tienen una verdadera familia y a los que son víctimas de problemas familiares.

Oración: Señor Jesucristo, concédenos las gracias necesarias para imitar las virtudes domésticas de tu familia humana, para que así lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


«No se nos puede ocultar que resta mucho por hacer. En cierta ocasión, contemplando quizá el suave movimiento de las espigas ya granadas, dijo Jesús a sus discípulos: «la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe trabajadores a su campo». Como entonces, ahora siguen faltando peones que quieran soportar «el peso del día y del calor». Y si los que trabajamos no somos fieles, sucederá lo que escribe el profeta Joel: «destruida la cosecha, la tierra en luto: porque el trigo está seco, desolado el vino, perdido el aceite. Confundíos, labradores; gritad, viñadores, por el trigo y la cebada. No hay cosecha».



No hay cosecha, cuando no se está dispuesto a aceptar generosamente un constante trabajo, que puede resultar largo y fatigoso: labrar la tierra, sembrar la simiente, cuidar los campos, realizar la siega y la trilla… En la historia, en el tiempo, se edifica el Reino de Dios. El Señor nos ha confiado a todos esa tarea, y ninguno puede sentirse eximido» (Es Cristo que pasa.-158).

Jesús, cuenta conmigo.

Quiero trabajar esa tierra del mundo: «labrar la tierra, sembrar la simiente, cuidar los campos, realizar la siega y la trilla.».

Quiero ser uno de esos obreros que te ayude a recoger los frutos de tu Redención.

Pero ¿qué he de hacer?

No he de hacer nada especial, ni necesito cambiar de ambiente.

«Son innumerables la ocasiones que tienen los seglares para ejercitar el apostolado de la evangelización y de la santificación. El mismo testimonio de la vida cristiana y las obras buenas realizadas con espíritu sobrenatural tienen eficacia para atraer a los hombres hacia la fe y hacia Dios» Vaticano II.- A. A.-6).

Lo que sí necesito es hacer las cosas de otra manera: con espíritu sobrenatural y afán de servicio.

Y para ello, he de prepararme bien: formarme mejor, cuidar más mi vida interior, tener prestigio profesional: ser buen estudiante, buen trabajador.

Y, a la vez, he de rezar más, pidiendo al Señor de la mies -a Ti, Jesús- que envíe más obreros a su mies.


Fuente: Encuentra.com
Esta meditación está tomada de:
"Una cita con Dios" de Pablo Cardona.
Ediciones Universidad de Navarra. S. A. Pamplona 




ORACION POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES
De Santa Teresita del Niño Jesús

OH Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra
la obra divina de salvar a las almas
protege a tus sacerdotes en el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN.
Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS,
que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO,
y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE.
Haz que se preserven puros sus Corazones,
marcados con el sello sublime del SACERDOCIO,
y no permitas que el espíritu del mundo los contamine.
Aumenta el número de tus apóstoles,
y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro.
Bendice Sus trabajos y fatigas,
y que como fruto de Su apostolado obtenga la salvación de muchas almas
que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén



"Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño,
te rogamos que por el inmenso amor y misericordia
de Tu Sagrado Corazón,
atiendas todas las necesidades de tus sacerdotes.
Te pedimos que retomes en Tu Corazón
todos aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino,
que enciendas de nuevo el deseo de santidad
en los corazones de aquellos sacerdotes
que han caído en la tibieza,
y que continúes otorgando a tus sacerdotes fervientes
el deseo de una mayor santidad.
Unidos a tu Corazón y el Corazón de María,
te pedimos que envíes esta petición a Tu Padre celestial
en la unidad del Espíritu Santo. Amén."



"Virgen María, joven hija de Israel, ayuda con tu amor maternal 

a los jóvenes a quienes el Padre dirige su Palabra;
 sostén a los que ya están consagrados. 
Que repitan, como tú, el sí de una 
entrega gozosa e irrevocable. Amén"
S. S. Juan Pablo II