A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

sábado, 25 de junio de 2016

¡Paz, paz y sólo paz! Debe reinar la paz entre el hombre y Dios y entre los hombres (26 de Junio de 1981)



Evangelio según san Mateo 8, 5-17
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún se le acercó un oficial romano rogándole:

"Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama paralítico, y sufre mucho".

Jesús le contestó:

"Voy a curarlo".

Pero el oficial le replicó:

"Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero con que digas una sola palabra mi criado quedará sano.

Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y cuando le digo a uno que se vaya, se va; o a otro que venga, y viene; y si le digo a mi criado que haga algo, lo hace".

Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían:

"Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de Oriente y de Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob

en el reino de Dios; en cambio, a los herederos del Reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación".

Jesús le dijo al oficial romano:

"Vuelve a tu casa; que se te cumpla lo que has creído".

Y en aquel momento se curó el criado.

Al llegar Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama con fiebre. Entonces le tomó la mano y desapareció la fiebre; ella se levantó y se puso a servirles. Al atardecer le trajeron muchos endemoniados; Jesús expulsó a los demonios con su palabra y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: "El hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores".
Palabra del Señor. 
Gloria a ti, Señor Jesús.

 Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad y alegría. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.


 

Salmo 73

No te olvides, Señor, de nosotros.

¿Por qué, Dios nuestro, nos has abandonado y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño? Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo, de la tribu que rescataste para posesión tuya, del monte Sión donde pusiste tu morada.

No te olvides, Señor, de nosotros.

Ven a ver estas ruinas interminables: el enemigo ha arrasado todo el santuario; rugieron los agresores en medio de tu asamblea, levantaron sus estandartes.

No te olvides, Señor, de nosotros.

Parecía que se abrían paso a hachazos en medio de la maleza. Con martillos y mazos destrozaron todas las puertas, prendieron fuego a tu santuario, derribaron y profanaron tu morada.

No te olvides, Señor, de nosotros.

Acuérdate de tu alianza, Señor, pues todo el país está lleno de violencia. Que el humilde no salga defraudado y los pobres y afligidos alaben tu nombre.

No te olvides, Señor, de nosotros.






  

Desde la Cruz, Jesús confía su Cuerpo Místico, la Iglesia, a Santa María, en la persona de San Juan. Sabía que constantemente necesitaríamos de una Madre que nos protegiera, que nos levantara y que intercediera por nosotros. A partir de ese momento, “Ella lo custodia y custodiará con la misma fidelidad y la misma fuerza con que custodió a su Primogénito: desde el portal de Belén, a través del Calvario, hasta el Cenáculo de Pentecostés, donde tuvo lugar el nacimiento de la Iglesia. María está presente en todas las vicisitudes de la Iglesia . De modo muy particular está unida a la Iglesia en los momentos más difíciles de su historia . María aparece particularmente cercana a la Iglesia, porque la Iglesia es siempre como su Cristo, primero Niño, y después Crucificado y Resucitado”
- K. Wojtyla, Signo de contradicción.

La Virgen Santa María intercede para que Dios imprima en las almas de los cristianos el mismo afán que puso en la suya, el deseo corredentor de que vuelvan a ser amigos de Dios todos los hombres. “La fe, la esperanza y la ardiente caridad de la Virgen en la cima del Gólgota, que la hacen Corredentora con Cristo de modo eminente, son también una invitación a crecernos, a ser fuertes humana y sobrenaturalmente ante las dificultades externas; a insistir, sin desanimarnos, en la acción apostólica, aunque en alguna ocasión parezca que no hay frutos, o el horizonte aparezca oscurecido por la potencia del mal.



“Luchemos –¡lucha tú!– contra ese acostumbramiento, contra ese ir tirando monótonamente, contra ese conformismo que equivale a la inacción. Mira a Cristo en la Cruz, mira a Santa María junto a la Cruz: ante su mirada se abren cauce, con seguridad pasmosa, la traición, la burla, los insultos...; pero Cristo, y secundando esa acción redentora, María, siguen fuertes, perseverantes, llenos de paz, con optimismo en el dolor, cumpliendo la misión que la Trinidad les ha confiado. Es un aldabonazo para cada uno de nosotros, recordándonos que a la hora del dolor, de la fatiga y de la contradicción más horrenda, Cristo y tú y yo hemos de ser otros Cristos da cumplimiento a su misión . Me decido a aconsejarte que vuelvas tus ojos a la Virgen, y le pidas, para ti y para todos: Madre, que tengamos confianza absoluta en la acción redentora de Jesús, y que como tú, Madre queramos ser corredentores...”
A. del Portillo, Carta pastoral 31-V-1987, n. 19










Acudamos a Jesús, que es nuestro gozo y nuestro descanso.

-Jesús, de tu corazón traspasado por la lanza salió sangre y agua, dando así nacimiento a tu esposa, la Iglesia; haz que sea santa e inmaculada.

-Jesús, templo sagrado de Dios, destruido por los hombres y levantado por el Padre, haz que la Iglesia sea morada del Altísimo.

-Jesús, rey y centro de todos los corazones, renueva compadecido tu alianza con los hombres en cada Eucaristía.

-Jesús, paz y reconciliación nuestra, que mediante la cruz diste muerte al odio, haz que podamos acercarnos al Padre todos sus hijos.

-Jesús, vida y resurrección nuestra, perdona nuestros pecados y atráenos hacia ti.

Oración: Señor Jesús, al recordar los beneficios de tu amor hacia nosotros, te pedimos que despiertes en nuestro corazón sentimientos de gratitud y que no permitas que nos apartemos de ti. Que vives y reines por los siglos de los siglos. Amén.


Meditacion  "Extracto"


Carta de Su Santidad Benedicto XVI al Preposito general de la Compañia de Jesus con motivo del 50 Aniversario de la Enciclica Haurietis Aquas



"La fe, entendida como fruto de la experiencia del amor de Dios, es una gracia, un don de Dios. Pero el hombre sólo podrá experimentar la fe como una gracia en la medida en la que la acepta dentro de sí como un don, del que trata de vivir. El culto del amor de Dios, al que la encíclica Haurietis aquas
(cf. n. 72) invitaba a los fieles, debe ayudarnos a recordar incesantemente que él cargó con este sufrimiento voluntariamente "por nosotros", "por mí". Cuando practicamos este culto, no sólo reconocemos con gratitud el amor de Dios, sino que seguimos abriéndonos a este amor de manera que nuestra vida quede cada vez más modelada por él.

Dios, que ha derramado su amor "en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado"
(cf. Rm 5, 5), nos invita incesantemente a acoger su amor. Por consiguiente, la invitación a entregarse totalmente al amor salvífico de Cristo (cf. Haurietis aquas, 4) tiene como primera finalidad la relación con Dios. Por eso, este culto, totalmente orientado al amor de Dios que se sacrifica por nosotros, reviste una importancia insustituible para nuestra fe y para nuestra vida en el amor.

Quien acepta el amor de Dios interiormente queda modelado por él. El hombre vive la experiencia del amor de Dios como una "llamada" a la que tiene que responder. La mirada dirigida al Señor, que "tomó sobre sí nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades"
(Mt 8, 17), nos ayuda a prestar más atención al sufrimiento y a las necesidades de los demás. La contemplación, en la adoración, del costado traspasado por la lanza nos hace sensibles a la voluntad salvífica de Dios. Nos hace capaces de abandonarnos a su amor salvífico y misericordioso, y al mismo tiempo nos fortalece en el deseo de participar en su obra de salvación, convirtiéndonos en sus instrumentos.

Los dones recibidos del costado abierto, del que brotaron "sangre y agua"
(cf. Jn 19, 34), hacen que nuestra vida se convierta también para los demás en fuente de la que brotan "ríos de agua viva" (Jn 7, 38) (cf. Deus caritas est, 7). La experiencia del amor vivida mediante el culto del costado traspasado del Redentor nos protege del peligro de encerrarnos en nosotros mismos y nos hace más disponibles a una vida para los demás. "En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos" (1 Jn 3, 16) (cf. Haurietis aquas, 38)."

Aniversario


1981 - 25 de junio - 2016



35° Aniversario de la Aparición y Primer Mensaje de la Virgen en Medjugorje al Grupo de Videntes.




Mensaje dado por la Virgen a Iván el 24 de junio de 2016 en Medjugorje



«También esta noche la Virgen ha venido a nosotros contenta y feliz, y nos ha saludado a todos con su saludo materno: “¡Sea alabado Jesús, queridos hijos!”. Después extendió sus manos y oró un tiempo prolongado sobre todos nosotros. En modo particular, oró por los sacerdotes y por los enfermos aquí presentes. Luego la Virgen dijo:

“Queridos hijos, vengo a ustedes y deseo guiarlos. Por amor deseo guiarlos hacia mi Hijo: Él es el amor. Oro por todos ustedes, queridos hijos, e intercedo junto a mi Hijo. Por lo tanto, ¡perseveren, queridos hijos, en la oración! Oren particularmente por la paz. ¡Gracias, queridos hijos, por haber respondido también hoy a mi llamada!”

Luego nos bendijo con su bendición materna y bendijo todos los artículos religiosos que han traído para la bendición. También hoy los encomendé a todos ustedes, todas sus necesidades, sus intenciones, sus familias. En modo particular encomendé a todos los enfermos aquí presente y especialmente a todos aquellos que se han encomendado a nuestra oración.

Luego la Virgen continuó orando un tiempo sobre todos nosotros y en esta oración se marchó, se marchó en el signo luminoso de la luz y de la cruz con su saludo: “Vayan en paz, queridos hijos míos.”»



Que pide La Virgen






Oración a María Reina de la Paz:





 ¡María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la Paz! Tú viniste a nosotros para llevarnos a Dios. Alcánzanos la gracia de no sólo decir: ¡Hágase en mí según Tu voluntad!, sino vivirla tal como Tú lo hiciste. Ponemos en Tus manos nuestras manos, a fin de que puedas conducirnos a Jesús en medio de todas las aflicciones y pesares. Por Cristo, Nuestro Señor. Amén. Rezar el Credo, 7 Padrenuestros, 7 Avemarías y 7 Glorias... 




Soy todo tuyo María


Virgen María, Madre mía, me consagro a ti

y confío en tus manos toda mi existencia.

Acepta mi pasado con todo lo que fue.

Acepta mi presente con todo lo que es.

Acepta mi futuro con todo lo que será.

Con esta total consagración te confío cuanto tengo y cuanto soy,

todo lo que he recibido de Dios.

Te confío mi inteligencia, mi voluntad, mi corazón.

Deposito en tus manos mi libertad, mis ansias y mis temores,

mis esperanzas y mis deseos, mis tristezas y mis alegrías.

Custodia mi vida y todos mis actos

para que le sea más fiel al Señor

y con tu ayuda alcance la salvación.

Te confío ¡Oh María! mi cuerpo y mis sentidos

para que se conserven puros y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.

Te confío mi alma

para que tú la preserves del mal.

Hazme partícipe de una santidad igual a la tuya;

hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida.

Te confío mi entusiasmo y el ardor de mi juventud,

para que tú me ayudes a no envejecer en la fe.

Te confío mi capacidad y deseos de amar;

enséñame y ayúdame a amar como tú has amado

y como Jesús quiere que se ame.

Te confío mis incertidumbres y angustias

para que en tu corazón yo encuentre seguridad,

sostén y luz en cada instante de mi vida.

Con esta consagración me comprometo a imitar tu vida.

Acepto las renuncias y sacrificios que esta elección comporta

y te prometo, con la gracia de Dios y con tu ayuda,

ser fiel al compromiso asumido.

¡Oh María!, soberana de mi vida y de mi conducta,

dispón de mí y de todo lo que me pertenece,

para que camine siempre junto al Señor bajo tu mirada de Madre.

¡Oh María! Soy todo tuyo

y todo lo que poseo te pertenece ahora y siempre. ¡Amén!


sábado, 18 de junio de 2016

"Bendito quien confía en el Señor y pone en él su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el verano no lo secará."



Evangelio
según san Mateo 6, 24-34

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


Dios nuestro todopoderoso: tú que puede darnos un mismo querer y un mismo sentir, concédenos amar lo que nos mandas y anhelar lo que nos prometes; para que, en medio de las preocupaciones de esta vida, pueda encontrar nuestro corazón la felicidad verdadera.
Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.






 

salmo 88

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

"Un juramento hice a David, mi servidor, dice el Señor, una alianza pacté con mi elegido: Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que le hice. Nunca se extinguirá su descendencia y su trono durará igual que el cielo.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Pero si sus hijos abandonan mi ley y no cumplen mis mandatos, si violan mis preceptos y no guardan mi alianza, castigaré con la vara sus pecados y con el látigo sus culpas, peo no les retiraré mi favor.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

No desmentiré mi fidelidad, no violaré mi alianza ni cambiaré mis promesas."
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.







Oremos a Dios Padre, que da el alimento a todo viviente.

-Para que formemos un solo cuerpo los que comemos de un mismo pan.

-Para que promovamos, como fruto y exigencia de la Eucaristía, el amor fraterno, la mutua ayuda, la solidaridad.

-Para que compartamos con los que sufren hambre nuestro pan de cada día, anuncio del pan de vida eterna.

-Para que el pan de la Palabra despierte en nosotros el hambre del pan de la Eucaristía.

Oración: Señor Jesús, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos en nosotros los frutos de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Dice San Pablo que todas las cosas cooperan para el bien de quienes aman a Dios Rom 8, 28. El que ama a Dios con obras sabe que, pase lo que pase, todo será para bien, si no deja de amar. Y, precisamente porque ama, pone los medios para que el resultado sea bueno, para que el trabajo acabado y hecho con rectitud de intención dé frutos de santidad y de apostolado. Y, una vez que ha puesto los medios a su alcance, se abandona en Dios y descansa en su providencia amorosa. “Fíjate bien –escribe San Bernardo– que no dice que las cosas sirvan para el capricho, sino que cooperan al bien. No al capricho, sino a la utilidad; no al placer, sino a la salvación; no a nuestro deseo, sino a nuestro provecho. En este sentido, cooperan siempre las cosas a nuestro bien, aun incluyendo la misma muerte, aun el mismo pecado . ¿Acaso no cooperan los pecados al bien de aquel que con ellos se vuelve más humilde, más fervoroso, más solícito, más precavido, más prudente?” San Bernardo, Sobre la falacia y brevedad de la vida
Después de poner los medios a nuestro alcance, o ante acontecimientos en los que nada podemos hacer, diremos en la intimidad de nuestro corazón: todo es para bien.

Con esta convicción, fruto de la filiación divina, viviremos llenos de optimismo y de esperanza y superaremos así muchas dificultades: “Parece que el mundo se te viene encima. A tu alrededor no se vislumbra una salida. Imposible, esta vez, superar las dificultades. “Pero, ¿me has vuelto a olvidar que Dios es tu Padre?: omnipotente, infinitamente sabio, misericordioso. Él no puede enviarte nada malo. Eso que te preocupa, te conviene, aunque los ojos tuyos de carne estén ahora ciegos. Señor, que otra vez y siempre se cumpla tu sapientísima Voluntad!”
San Josemaría Escrivá, Vía Crucis.

Omnia in bonum! ¡Todo es para bien! Todo lo podemos convertir en algo agradable a Dios, y en bien del alma. Esta expresión de San Pablo puede servirnos para repetirla a modo de jaculatoria, como una pequeña oración, que nos dará paz en momentos difíciles. La Santísima Virgen, Nuestra Madre, nos enseñará a vivir confiadamente en las manos de Dios, si a Ella acudimos frecuentemente cada día. En el Corazón Dulcísimo de María encontramos siempre paz, consuelo y alegría.


Fuente;www.iesvs.org

 

Meditacion con Santa Faustina en el el Año Santo


"Bendito quien confía en el Señor y pone en él su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el verano no lo secará."


Una vez tenía dudas de si lo que me habia sucedido, no hubiese ofendido gravemente a Jesus. Como no lograba darme cuenta de ello, decidí no acercarme a la Santa Comunion antes de confesarme, aunque enseguida hice un acto de contricion, porque tengo la costumbre de que despues de la menor falta, me ejercito en la contricion. En los dias en que no me acercaba a La Santa Comunion no sentía la Presencia de Dios, sufria indeciblemente a causa de esto, pero lo soportaba como el castigo por el pecado. Sin embargo durante la confesion recibí una amonestacion, que podia acercarme a la Santa Comunion, ya que lo que me habia sucedido no era un impedimento para recibir la Santa Comunion. Despues de la confesion recibí la Santa Comunion, y vi a Jesús que me dijo estas palabras: "Has de saber, hija mía que no uniendote a Mí en la Santa Comunion me ha desagradado mas que cometiendo aquella pequeña falta".




Un día vi una pequeña capilla y dentro de ella seis hermanas que estaban recibiendo la Santa Comunion, administrada por nuestro confesor vestido por un sobrepeliz y una estola. En aquella capilla no habia ni adornos ni reclinatorios, despues de la Santa Comunion vi al Señor Jesus como aparece en la imagen. Jesus estaba caminando y yo llamé: Señor como puedes pasar y no decirme nada? Yo no haré nada sin tí, tienes que quedarte conmigo y bendecirme a mí y esta comunidad y a mi patria' Jesus hizo la Señal de la Cruz y dijo. "No tengas miedo de nada. Yo estoy siempre contigo".
Diario 612-613

Oracion

Por todo el género humano,
especialmente por los pecadores

Misericordiosísimo Jesús, cuya prerrogativa es tener compasión de nosotros y perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu Piadosísimo Corazón y no permitas que salgamos jamás de él. Te lo pedimos por el amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.

Padre Eterno, vuelve Tu compasiva mirada hacia todo el género humano y en especial hacia los pecadores, todos unidos en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Por los méritos de Su Pasión, muéstranos Tu misericordia, para que alabemos la omnipotencia de Tu misericordia, por los siglos de los siglos. Amen.






Oracion que rezaba Santa Faustina
Diario 1366 Oh Señor mio aunque me ocupan tantas cosas, aunque esta obra esta en mi corazon, aunque deseo el triunfo de la Iglesia, aunque deseo la salvacion de las almas, aunque me hieren todas las persecuciones de tus fieles, aunque me hace sufrir cada caída de las almas, sin embargo a pesar de todo, tengo en el alma una profunda paz, que ni los triunfos, ni los deseos, ni las contrariedades son capaces de perturbar, porque Tu Oh Señor y Dios mio, estas para mi por encima de todas las cosas que permites que sucedan.



 Imagen de Aci Prensa





Oh Jesús mío, te ruego por toda la Iglesia:
concédele el amor y la luz de tu Espíritu
y da poder a las palabras de los sacerdotes
para que los corazones endurecidos
se ablanden y vuelvan a ti, Señor.
Señor, danos sacerdotes santos;
Tú mismo consérvalos en la santidad.

Oh Divino y Sumo Sacerdote,
que el poder de tu misericordia
los acompañe en todas partes y los proteja
de las trampas y asechanzas del demonio,
que están siendo tendidas incesantemente para las almas de los sacerdotes.
Que el poder de tu misericordia,
oh Señor, destruya y haga fracasar
lo que pueda empañar la santidad de los sacerdotes,
ya que tú lo puedes todo.

Oh mi amadísimo Jesús,
te ruego por el triunfo de la Iglesia,
por la bendición para el Santo Padre y todo el clero,
por la gracia de la conversión de los pecadores empedernidos.
Te pido, Jesús, una bendición especial y luz
para los sacerdotes,
ante los cuales me confesaré durante toda mi vida.

Santa Faustina Kowalska




sábado, 11 de junio de 2016

Te pedimos, Señor Jesús, que tú, el buen Pastor, nos guardes a nosotros, tus ovejas, nos defiendas del mercenario y del lobo, y nos corones en tu reino con la corona de la vida eterna. Ayúdanos tú, que eres bendito, glorioso y laudable por los siglos de los siglos. Que diga toda ovejita, toda alma fiel: Amén, Aleluya.



Evangelio
según san Mateo 10, 7-13
Gloria a ti, Señor.

Jesús dijo a sus apóstoles: “Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, purifiquen leprosos, expulsen demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente. No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes”.
Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.


 Señor, tú que llenaste de fe y de amor al apóstol san Bernabé y lo destinaste a predicar la salvación a los paganos, ayúdanos, por su intercesión, a dar a conocer a todos tu Evangelio por medio de nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
 

Salmo 97

El Señor ha revelado a las naciones su justicia.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.

El Señor ha revelado a las naciones su justicia.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

El Señor ha revelado a las naciones su justicia.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.

El Señor ha revelado a las naciones su justicia.

Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey.

El Señor ha revelado a las naciones su justicia.



"El Señor es mi luz y salvación: ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida: ¿Quién me hará temblar? Ellos, mis enemigos y contrarios, tropiezan y caen."
Lectura del primer libro de los Reyes 19, 19-21

Por aquel entonces, Elías partió de allí y fue en busca de Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando; tenía doce yuntas de bueyes, y él llevaba la última. Elías pasó junto a él y le echó encima su manto. Eliseo dejó la yunta, corrió detrás de Elías, y le dijo:
"Deja que me despida de mi padre y de mi madre; luego te seguiré".
Respondió Elías:
"Yo no te lo impido; vete, pero regresa".
Eliseo se apartó de Elías, tomó la yunta de bueyes y la sacrificó. Coció luego la carne, sirviéndose de la madera del yugo y la distribuyó entre su gente, que comió de ella. Luego se fue detrás de Elías y se consagró a su servicio.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Sal 15,

Señor, tú eres mi único bien.


Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Yo digo al Señor: "Tú eres mi dueño, mi único bien". Señor, tú eres mi alegría y mi herencia, mi destino está en tus manos.
Señor, tú eres mi único bien.
Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche instruye mi conciencia. Tengo siempre presente al Señor: con él a mi derecha jamás fracasaré.
Señor, tú eres mi único bien. 


Por eso se me alegra el corazón, hacen fiesta mis entrañas, y todo mi ser descansa tranquilo; porque no me abandonarás en el abismo, ni dejarás a tu fiel experimentar la corrupción.
Señor, tú eres mi único bien.






 Oremos Juntos



Por medio de Cristo, hecho pan y alimento de nuestras almas, presentemos al Padre nuestra oración:

-Por la Iglesia, para que celebre con fe el sacramento del Cuerpo y Sangre del Señor y se vea enriquecida con sus dones.

-Por los obispos y sacerdotes, ministros de la Eucaristía, para que con su digna celebración ofrezcan el pan de vida a los fieles.

-Por cuantos tienen responsabilidades en la vida pública, para que aúnen sus esfuerzos en la consecución de trabajo y pan para todos.

-Por las comunidades cristianas, para que centren en la Eucaristía, como fuente y cima, sus actividades pastorales.

-Por los enfermos y por cuantos sufren, para que sean alimentados y confortados por la fuerza de la Eucaristía.

Oración: Dios Padre, que nos alimentas con el sacramento del Cuerpo y Sangre de tu Hijo, escucha nuestra plegaria y concédenos cuanto te pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.




San Bernabe. 
Nació en Chipre, y fue uno de los primeros fieles de Jerusalén. «Hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe», gozó de la confianza de los apóstoles, que lo enviaron a Antioquía de Siria para informarse de la marcha de aquella comunidad cristiana, integrada sobre todo por fieles no judíos, procedentes de la gentilidad. De allí partió para Tarso en busca de Saulo, y en cuanto lo encontró, se lo llevó a Antioquía. Bernabé y Saulo fueron enviados a Jerusalén, para llevar ayuda a aquella iglesia. Al regreso, Bernabé acompañó a Saulo en su primer viaje apostólico por Chipre y Asia Menor. Después estuvieron los dos en el Concilio de Jerusalén, donde explicaron su modo de proceder entre los gentiles. Luego Bernabé volvió a su patria, donde predicó el Evangelio, y allí murió.- Oración: Señor, tú mandaste que san Bernabé, varón lleno de fe y de Espíritu Santo, fuera designado para llevar a las naciones tu mensaje de salvación; concédenos, te rogamos, que el Evangelio de Cristo, que él anunció con tanta firmeza, sea siempre proclamado en la Iglesia con fidelidad, de palabra y de obra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Novena a San Antonio


Imagen del sitio franciscanos.org




Dia Octavo 

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.  Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre...
 
Como era en el principio...
Oracion Inicial

Señor y Dios nuestro, que por tu amor hacia los hombres has querido que san Antonio anunciara al pueblo la riqueza insondable que es Cristo; concédenos, por su intercesión, crecer en el conocimiento de tu misterio y vivir siempre según el Evangelio, dando fruto abundante de buenas obras. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



La Vida de San Antonio


En el otoño de 1230, cumplida la misión que la Orden le había encomendado ante la curia papal, Antonio regresó a Padua donde, libre de la responsabilidad de cuidar de sus hermanos, se dedicó plenamente a la predicación itinerante y a la preparación de sus sermones escritos. 

 

Sermones

¡Oh mansedumbre de la piedad divina, paciencia de la benignidad del Padre, profundo e insondable misterio de los designios eternos! Veías, Padre, que a tu Unigénito, igual a ti, le ataban a la columna como a un bandido y le azotaban como a un homicida. ¿Cómo te pudiste contener? Te damos gracias, Padre Santo, por habernos liberado de las cadenas del pecado y de los azotes del diablo por medio de las cadenas y azotes de tu querido Hijo. 


Pero, desgraciadamente, Poncio Pilato azota de nuevo a Jesucristo... Aún más: fue manchado con salivazos de los judíos. Dice San Mateo: Entonces se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; y otros a golpearle. ¡Oh Padre, la cabeza de tu Hijo Jesús, que hace temblar a los ángeles, es golpeada con una caña; su rostro, que los ángeles desean contemplar, es manchado con salivazos, abofeteado; su barba es arrancada; le dan puñetazos, lo arrastran por los cabellos! Y tú, oh clementísimo, callas, disimulas y prefieres que Uno, tu Único, sea de tal modo escupido y abofeteado antes que toda la nación perezca. Honor y gloria a ti, porque con las escupiduras, los puñetazos y las bofetadas que recibió tu Hijo Jesús nos preparaste una triaca para expulsar el veneno de nuestra alma.

Te pedimos, Señor Jesús, que tú, el buen Pastor, nos guardes a nosotros, tus ovejas, nos defiendas del mercenario y del lobo, y nos corones en tu reino con la corona de la vida eterna. Ayúdanos tú, que eres bendito, glorioso y laudable por los siglos de los siglos. Que diga toda ovejita, toda alma fiel: Amén, Aleluya.

  Oh doctor admirable, luz de la Iglesia santa, bienaventurado Antonio, fiel cumplidor de la ley, ruega por nosotros al Hijo de Dios.






Recuerda, Señor, que tu misericordia y tu ternura son eternas. Con la confianza que nos da el sabernos hijos tuyos e invocando la intercesión de tu siervo san Antonio, al que atiendes con largueza, te presentamos nuestras peticiones: ...... ...... ......

Oracion Final

Dios todopoderoso y eterno, tú que has dado a tu pueblo en la persona de san Antonio de Padua un predicador insigne y un intercesor poderoso, concédenos seguir fielmente los principios de la vida cristiana, para que merezcamos tenerte como protector en todas las adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 Bendigamos al Señor.
 
Demos gracias a Dios.



Te Invitamos a Acompañar el Camino de Maria Madre de las Almas Consagradas Peregrina del Movimiento Mariano Arcas Sagrados Corazones nos encontraremos en Villa Devoto Calle Pareja 3670 Hogar San Jose 16,30hs rezaremos el Santo Rosario y luego partiremos hacia Villa Pueyrredon, alli en la parroquia Cristo Rey sera recibida y se quedara una semana acompañando a los sacerdotes y seminaristas de la comunidad.. Te invitamos a rezar el Rosario desde aqui si no puedes acompañar fisicamente lo puedes hacer desde aqui unido a Maria Santisima,, Dios te Bendiga!!!!





Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con el corazón lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales, y todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo. Palabra de Dios.



Evangelio
según san Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los Cielos. Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. 

Pero yo les digo: todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.



Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el don de servirte y de alabarte, ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separarnos de ti.
Por nuestro Señor Jesucristo...Amén.



salmo 64

Señor, danos siempre de tu agua.

Señor, Tú cuidas de la tierra; la riegas y la colmas de riquezas. Las nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias.
Señor, danos siempre de tu agua.

Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los terrenos, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos.
Señor, danos siempre de tu agua.

Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia, están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas.
Señor, danos siempre de tu agua.

Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan. Todo aclama al Señor. Todo le canta.
Señor, danos siempre de tu agua.



Oremos con La Palabra San Pablo a los Colosenses 3, 12-17
 Hermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él y les ha dado su amor, sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes. Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que han sido llamados como miembros de un solo cuerpo. Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con el corazón lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales, y todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.




Jesucristo nos invita a todos a su cena, en la cual entrega su cuerpo y su sangre para la vida del mundo. Digámosle con fe:

-Cristo, pan celestial, danos la vida eterna.

-Cristo, que nos mandaste celebrar la cena eucarística en momeria tuya, enriquece a tu Iglesia con la constante y digna celebración de tus misterios.

-Cristo, que encomendaste a los sacerdotes ofrecer tu sacramento, haz que su vida sea reflejo de lo que celebran sacramentalmente.

-Cristo, que haces que formemos un solo cuerpo los que comemos del mismo pan, refuerza la paz y la armonía en todos los que creemos en ti.

Oración: Oh Dios, que en la Eucaristía nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.



  San Efren Siro, diácono y doctor de la Iglesia. Nació en Nísibe, en la Mesopotamia septentrional, hacia el año 306 y recibió una educación cristiana. Tenía pocos años cuando el emperador Constantino promulgó el edicto de Milán. Pero Efrén no gozó la libertad de culto porque su padre, que era sacerdote pagano, no veía con buenos ojos la educación cristiana que le daba su madre, y lo echó de casa. Se ordenó de diácono a los 18 años y, cuando Nísibe cayó bajo el poder persa, se estableció en Edesa (hoy Urfa, en Turquía), de cuya escuela teológica fue iniciador y director. Tanto en su patria como en Edesa puso de manifiesto sus dotes naturales de orador, místico y poeta (son memorables sus himnos y cánticos para las celebraciones litúrgicas que le valieron el título de «cítara del Espíritu Santo»), a la vez que profundo teólogo y conocedor de la Escritura. A pesar de su intensa vida ascética, desplegó una gran actividad como predicador y como autor de importantes obras destinadas a la refutación de los errores de su tiempo. Murió en Edesa el 9 de junio del año 373.- Oración: Señor, infunde en nuestros corazones el Espíritu Santo que con su inspiración impulsaba a tu diácono san Efrén a cantar con alegría tus misterios y a consagrar su vida a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Novena a San Antonio de Padua






DÍA SEXTO
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
  Amén.
Dios mío, ven en mi auxilio.
  Señor, date prisa en socorrerme.
 
Gloria al Padre...
Como era en el principio...

Oracion 
Concédenos, Dios todopoderoso, que al celebrar la memoria de tu siervo san Antonio, aprovechemos sus admirables enseñanzas e imitemos el ardor de su caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Meditacion
 

La Vida de San Antonio

A finales de 1227, Antonio regresó a Italia donde continuó incansable su tarea apostólica. Poco después, fue elegido ministro provincial del norte de Italia, y como tal estaba obligado a visitar, exhortar y corregir a sus frailes. Las fuentes alaban la figura de Antonio como servidor y ministro de sus hermanos, subrayando su ejemplaridad, su clemencia y benignidad, su capacidad de conmover los corazones de los tibios y negligentes, su defensa y protección del buen nombre de sus frailes, su buen humor en la convivencia, etc. Antonio dejó el oficio de ministro provincial en mayo de 1230, cuando se celebró el capítulo general en Asís con motivo del traslado de los restos mortales de san Francisco a la basílica que se le había construido. Por aquel tiempo se estableció la sincera y profunda amistad entre san Antonio y Tomás Gallo, famoso teólogo y comentador de los escritos del Pseudo-Dionisio, canónigo regular de San Agustín, abad del monasterio de San Andrés de Vercelli, en el que San Antonio moró algún tiempo; para ambos debió de resultar fructuoso el trato mutuo

 Recuerda, Señor, que tu misericordia y tu ternura son eternas. Con la confianza que nos da el sabernos hijos tuyos e invocando la intercesión de tu siervo san Antonio, al que atiendes con largueza, te presentamos nuestras peticiones: 
Por los sacerdotes y las almas consagradas del mundo entero
Por los seminaristas y novicias postulantes, por los obispos, los cardenales, por los sacerdotes misioneros, por las intenciones del Santo Padre...


Oracion Final

Dios todopoderoso y eterno, tú que has dado a tu pueblo en la persona de san Antonio de Padua un predicador insigne y un intercesor poderoso, concédenos seguir fielmente los principios de la vida cristiana, para que merezcamos tenerte como protector en todas las adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Bendigamos al Señor.
  Demos gracias a Dios.








sábado, 4 de junio de 2016

Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conformes a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, Nuestro Señor. Amen


Oremos con la Liturgia de las Horas



Dios mío, ven en mi auxilio
Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. Aleluya.
Salmo 118, 105-112 -
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.

Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.

Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. Aleluya.
Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. Aleluya.



Col 1, 3

Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento, rezando por vosotros, al oír hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que tenéis a todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena Noticia, que se os hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el mundo igual que entre vosotros.


De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
 De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

Su gloria se eleva sobre los cielos.
 Alabado sea el nombre del Señor.

 Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

Oremos
Demos gracias al Señor que ayuda y protege al pueblo que se ha escogido como heredad, y recordando su amor para con nosotros roguemos;

Escúchanos, Señor, que confiamos en ti.

Padre lleno de amor, te pedimos por el papa Francisco y por nuestro obispo N.;
protégelos con tu fuerza y santifícalos con tu gracia.

Escúchanos, Señor, que confiamos en ti.

Que los enfermos vean en sus dolores una participación de la pasión de tu Hijo,
para que así tengan también parte en su consuelo.
Escúchanos, Señor, que confiamos en ti.

Mira con piedad a los que no tienen techo donde cobijarse
y haz que encuentren pronto el hogar que desean.
Escúchanos, Señor, que confiamos en ti.

Dígnate dar y conservar los frutos de la tierra
para que a nadie falte el pan de cada día.
Escúchanos, Señor, que confiamos en ti.


Señor, ten piedad de los difuntos y ábreles la puerta de tu mansión eterna.
Escúchanos, Señor, que confiamos en ti.

Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos enseñó:

Padre nuestro...

Oremos
Dios nuestro, de quien todo bien procede, concédenos seguir siempre tus inspiraciones, para que tratemos de hacer continuamente lo que es recto y, con tu ayuda, lo llevemos siempre a cabo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.





¡Corazón inmaculado de María!, desbordante de amor a Dios y a la humanidad,
y de compasión por los pecadores, me consagro enteramente a ti. Te confío la salvación de mi alma.

Que mi corazón esté siempre unido al tuyo, para que me separe del pecado,
ame mas a Dios y al prójimo y alcance la vida eterna juntamente con aquellos que amo.

Medianera de todas las gracias, y Madre de misericordia, recuerda el tesoro infinito que tu divino Hijo ha merecido con sus sufrimientos y que nos confió a nosotros sus hijos.

Llenos de confianza en tu maternal corazón, que venero y amo, acudo a ti en mis apremiantes necesidades. Por los méritos de tu amable e inmaculado Corazón y por amor al Sagrado Corazón de Jesús, obténme la gracia que pido (mencionar aquí el favor que se desea)

Madre amadísima, si lo que pido no fuere conforme a la voluntad de Dios,
intercede para que se conceda lo que sea para la mayor gloria de Dios y el bien de mi alma. Que yo experimente la bondad maternal de tu corazón
y el poder su pureza intercediendo ante Jesús ahora en mi vida y en la hora de mi muerte. Amén.

Corazón de María, perfecta imagen del corazón de Jesús, haced que nuestros corazones sean semejantes a los vuestros. Amén.


Oh Señor Jesús, a tu Sagrado Corazón yo confío esta intención... Solo mírame, entonces haz conmigo lo que tu Corazón indique. Deja que tu Sagrado Corazón decida...Yo confío en ti... Me abandono en tu Misericordia, Señor Jesús! Ella no me fallará. Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío. Sagrado Corazón de Jesús, creo en tu amor por mi. Sagrado Corazón de Jesús, que venga tu Reino.

Oh Sagrado Corazón de Jesús, te he pedido por tantos favores, pero con ansias te imploro por esta petición. Tómala, ponla en tu abierto y roto corazón, y cuando el Padre Eterno la mire, cubierta por tu Preciosa Sangre, no podrá rehusarla. Ya no sera mas mi oración, sino la tuya, Oh Jesús.

Oh Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en Ti. Nunca permitas que me confunda...

Amén





DÍA PRIMERO

 En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
 Amén.

 Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre...
Como era en el principio...

Oracion Inicial

Señor Dios de poder y misericordia, te pedimos que nos envíes tu Espíritu Santo, para que, haciendo morada en nosotros, como la hizo en tu siervo Antonio, nos convierta por su intercesión en templos de tu gloria y nos guíe por los caminos que tú, Padre de bondad, quieres para nosotros. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Plegaria

Recuerda, Señor, que tu misericordia y tu ternura son eternas. Con la confianza que nos da el sabernos hijos tuyos e invocando la intercesión de tu siervo san Antonio, al que atiendes con largueza, te presentamos nuestras peticiones: ...... ...... ......

Oracion Final

Dios todopoderoso y eterno, tú que has dado a tu pueblo en la persona de san Antonio de Padua un predicador insigne y un intercesor poderoso, concédenos seguir fielmente los principios de la vida cristiana, para que merezcamos tenerte como protector en todas las adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.