A todos los sacerdotes, transfórmalos en Ti, Señor. Que el Espíritu Santo los posea, y que por ellos renueve la faz de la tierra.

domingo, 17 de agosto de 2014

Oh Dios, que has distinguido a santa Beatriz de Silva por su altísima contemplación y su amor a la Concepción Inmaculada de María, concédenos, por su intercesión, vivir en inocencia, buscar las cosas de arriba y gozar de la dicha del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



















Santa Beatriz de Silva. 
Nació en Ceuta hacia el año 1426, de padres portugueses. Siendo aún niña se trasladó con su familia a Campo Mayor (Alentejo, Portugal). Junto con sus once hermanos, entre ellos el beato Amadeo de Silva, reformador franciscano, recibió una excelente educación y la devoción a María Inmaculada. En su juventud sirvió como dama de honor a doña Isabel de Portugal, esposa del rey Juan II de Castilla. Huyendo de las insidias de la corte, salió de Tordesillas y se refugió en Toledo, donde por espacio de unos treinta años residió en el monasterio de Santo Domingo el Antiguo. En 1484 pasó con unas compañeras a los Palacios de Galiana, cedidos por Isabel la Católica, y allí iniciaron una vida monástica que desembocaría en la Orden de la Inmaculada Concepción, en la que se armonizaban la devoción al gran privilegio de María y la espiritualidad franciscana. Beatriz falleció el 16 o más probablemente el 17 de agosto de 1491.-


``Dios favorece a algunas almas, inspirándoles una devoción singular, entusiasta y acendrada a la Santísima Virgen. Estas almas, impulsadas por la gracia, se consagran enteramente a la Señora y se identifican con ella mediante la práctica de la vida mariana, que consiste en inspirarse para todo en la Virgen y hacerlo todo en unión con ella. Las que practican esta vida mariana tienen en la Virgen una ayuda poderosísima y un lenitivo para sus penas en todas sus tribulaciones...''
De «La vida espiritual coronada por la triple manifestación de Jesucristo», de sor María Ángeles Sorazu, Concepcionista

 Meditacion 

Lectura del Libro del Eclesiástico 24, 4. 24-31.

La Sabiduría será ensalzada en medio de su pueblo
y admirada en la congregación de los santos, diciendo:
Yo soy la Madre del amor hermoso,
del temor, de la ciencia y de la santa esperanza.

En mí está toda la gracia del camino y de la verdad,
en mí toda esperanza de vida y de virtud.

Venid a mí los que me amáis,
y saciaos de mis frutos;
mi nombre es más dulce que la miel,
y mi herencia mejor que los panales.

El que me come tendrá más hambre,
el que me bebe tendrá más sed.

El que me escucha no fracasará,
el que me pone en práctica no pecará.

Los que me honran obtendrán la vida eterna.

Salmo responsorial Sal 33,

  Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que lo temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.

Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor.
¿Hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad?

Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor.

S L
Proceded guiados por el Espíritu

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 5,16-25.

Hermanos: Proceded guiados por el Espíritu
y nunca cederéis a deseos rastreros.

Mirad, los objetivos de los bajos instintos
son opuestos al Espíritu
y los del Espíritu a los bajos instintos,
porque los dos están en conflicto.

Resultado: que no podéis hacer lo que quisierais.

En cambio, si os guía el Espíritu,
no estáis bajo el dominio de la Ley.

Las obras de la carne están patentes:
fornicación, impureza, libertinaje, idolatría,
hechicería, enemistades, contiendas, celos,
rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo,
envidias, borracheras, orgías y cosas por el estilo.

Y os prevengo, como ya os previne,
que los que así obran no heredarán el Reino de Dios.

En cambio, el fruto del Espíritu es:
amor, alegría, paz,
comprensión, amabilidad, dominio de sí.
Contra esto no va la Ley.


EVANGELIO
El que cumple la voluntad de Dios,  ése es mi hermano y mi hermana y mi madre

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3,31-35.

En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús, y desde fuera lo mandaron llamar.

La gente que tenía sentada alrededor le dijo: -Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.

Les contestó: -¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?

Y paseando la mirada por el corro, dijo: -Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Palabra de Dios


Oremos
Señor, te proclamamos admirable en tu virgen santa Beatriz,
y humildemente rogamos a tu Divina Majestad
que, así como te complaces  en los méritos de esta virgen,
aceptes igualmente complacido el culto que tu pueblo te tributa.
Por Jesucristo, nuestro Señor. 


Pidamos a Cristo que nos ayude a servirle en santidad y justicia todos los días de nuestra vida.

Cristo Jesús, que quisiste hacerte preceder de María Inmaculada: ilumínanos con el esplendor de tu vida y doctrina.

Cristo Jesús, que escogiste a tus discípulos para que fueran sal de la tierra y luz del mundo: asístenos con tu gracia para que la sal no se corrompa y la luz no se apaga en nuestra vida.

Cristo Jesús, esposo único de las vírgenes consagradas: concédenos que resplandezca siempre en nuestra vida la luz de tu rostro.

Cristo Jesús, que nos exhortas a velar sin descanso con las lámparas encendidas: haz de nuestra vida una jornada luminosa de amor, oración y laboriosidad vigilante.

Cristo Jesús, por intercesión de tu esposa santa Beatriz: haz que busquemos en todas nuestras ocupaciones el Espíritu del Señor y su santa operación. 


Oremos
  
Oh Dios, que has distinguido a santa Beatriz de Silva por su altísima contemplación y su amor a la Concepción Inmaculada de María, concédenos por su intercesión buscar las cosas de arriba y vivirlas ya en la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Cántico de la Carta a los Efesios

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
  La bienaventurada Beatriz recibió de Dios copiosos tesoros de gracia, de sabiduría y prudencia.
Lectura breve 1Jn 2,15-17.
No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo -las pasiones del hombre terreno, y la codicia de los ojos, y la arrogancia del dinero-, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, con sus pasiones. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Responsorio breve


  Mi porción es el Señor,

 Dice mi alma. Mi porción.

Bueno es el Señor para el alma que le busca.

 Dice mi alma. Gloria al Padre. Mi porción. 

 Santa madre Beatriz, tú, que despreciaste por el amor de Cristo el reino del mundo y todas las galas de este siglo, haz que nosotros glorifiquemos a Dios, el Señor, por los dones de su gracia, sin cesar, de palabra y de obra.

Evangelio del dia


† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 21-28

Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: "Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio".
Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban:
"Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros".
El les contestó:
"Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel".
Ella se acercó entonces a Jesús, y postrada ante él, le dijo: "¡Señor, ayúdame!"
El le respondió:
"No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos". Pero ella replicó:
"Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos".
Entonces Jesús le respondió:
"Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas".
Y en aquel mismo instante quedó curada su hija.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen obras de misericordia en favor de sus hermanos, para que Dios premie abundantemente el bien que hacen, y lo que reparten a sus hermanos el Señor lo multiplique y lo convierta para ellos en premio de vida eterna.
Te rogamos Señor.

Roguemos por los que están de viaje, por los que tienen que vivir fuera de su hogar o alejados de sus familiares y amigos, para que Dios los proteja de todo peligro, los ayude en sus dificultades y les conceda retornar, sanos y salvos, a sus hogares.
Te rogamos Señor.

Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que el Señor nos haga perseverar en la fe cristiana, nos ayude a conocer más y más el Evangelio de Cristo, fortalezca nuestra voluntad en el bien, nos guarde de todo mal y nos conceda alcanzar la vida eterna.
Te rogamos Señor.


Dios nuestro, que con el ejemplo de tu Hijo, manso y humilde de corazón, nos has manifestado tu designio de salvar a todos los hombres, escucha nuestras oraciones y revístenos de los mismos sentimientos de Cristo, para que, con nuestras obras y palabras, demos siempre testimonio de tu amor fiel.
Por Jesucristo, nuestro Señor.



La constancia en la oración nace de una vida de fe, de confianza en Jesús que nos oye incluso cuando parece que calla. Y esta fe nos llevará a un abandono pleno en las manos de Dios. “Dile: Señor, nada quiero más que lo que Tú quieras. Aun lo que en estos días vengo pidiéndote, si me aparta un milímetro de la Voluntad tuya, no me lo des”11 Solo quiero lo que Tú quieres y porque Tú lo quieres.

A Jesús le es especialmente grato que pidamos por otros. “La necesidad nos obliga a rogar por nosotros mismos, y la caridad fraterna a pedir por los demás. Es más aceptable a Dios la oración recomendada por la caridad que aquella que está motivada por la necesidad”, enseña San Juan Crisóstomo.

Hemos de orar, en primer lugar, por aquellas personas a quienes nos une un vínculo más fuerte, y por aquellas que el Señor ha puesto a nuestro cuidado. Los padres tienen una especial obligación de pedir por sus hijos; mucho más si estos estuvieran alejados de la fe o el Señor hubiera manifestado una particular predilección por ellos llamándolos a un camino de entrega. Y para que Dios nos oiga con más prontitud, acompañemos con obras nuestra petición: ofreciendo horas de trabajo o de estudio por esa intención, aceptando por Dios el dolor y las contrariedades, ejerciendo la caridad y la misericordia en toda oportunidad. Los cristianos de todos los tiempos se han sentido movidos a presentar sus peticiones a través de santos intercesores, del propio Ángel Custodio, y muy singularmente a través de Nuestra Madre Santa María. Dice San Bernardo que “subió al Cielo nuestra Abogada, para que, como Madre del Juez y Madre de Misericordia, tratara los negocios de nuestra salvación”. No dejemos de acudir cada día a Nuestra Señora; mucho nos va en ello.





















jueves, 14 de agosto de 2014

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. ..

 


† Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 12-16

Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos, que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido; soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.



salmo 115

En medio de la desgracia confío en el Señor.

No dejé de confiar, aunque exclamaba: "Qué grande es mi desdicha". Y en mi aflicción pensaba: "Los hombres son un saco de mentiras".
En medio de la desgracia confío en el Señor.

¿Cómo pagaré al Señor por todos sus favores? El cáliz alzaré de salvación invocando su nombre.
En medio de la desgracia confío en el Señor.

Porque soy siervo tuyo, tu servidor e hijo de tu sierva, por eso tú, Señor, rompiste mis cadenas. Voy a hacer sacrificios de alabanza, invocando tu nombre.
En medio de la desgracia confío en el Señor.


En la fiesta de san Maximiliano María Kolbe, mártir de Cristo, oremos a Dios nuestro Padre.

-Por la Iglesia: para que se sienta fortalecida con el testimonio de los mártires.

-Por los que sufren persecución, humillaciones o discriminación por su fidelidad al Evangelio: para que salgan fortalecidos de la prueba.

-Por los que se dedican al servicio de los demás con gran riesgo de sus vidas: para que su generosidad venza nuestro egoísmo.

-Por las víctimas de las guerras, del odio o del terrorismo: para que su sangre derramada no sea inútil.

-Por todos los cristianos: para que el testimonio de los mártires nos reconforte en las pruebas de cada día.

Oración: Escucha, Señor, nuestras súplicas por la intercesión de san Maximiliano, cuya sangre derramada por Cristo clama a ti en nuestro favor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


fragmento de una de las cartas del Santo



Amemos sin límites a nuestro buen Padre: amor que se demuestra a través de la obediencia y se ejercita, sobre todo, cuando nos pide el sacrificio de la propia voluntad. El libro más bello y auténtico donde se puede aprender y profundizar este amor es el Crucifijo. Y esto lo obtendremos mucho más fácilmente de Dios por medio de la Inmaculada, porque a ella ha confiado Dios toda la economía de la misericordia.

La voluntad de María, no hay duda alguna, es la voluntad del mismo Dios. Nosotros, por tanto, consagrándonos a ella, somos también como ella, en las manos de Dios, instrumentos de su divina misericordia. Dejémonos guiar por María; dejémonos llevar por ella y estemos, bajo su dirección, tranquilos y seguros: ella se ocupará de todo y proveerá a todas nuestras necesidades, tanto del alma como del cuerpo; ella misma removerá las dificultades y angustias nuestras..




Oración : Oh Dios, que al mártir san Maximiliano María Kolbe, apóstol de la Inmaculada, le llenaste de celo por las almas y de amor al prójimo; concédenos, por su intercesión, trabajar generosamente por tu gloria en el servicio de los hombres y tener el valor de asemejarnos a tu Hijo, incluso hasta en la muerte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Fuente: Franciscanos.org 

Hoy desde aqui compartimos el Camino de Maria Madre de las Almas Consagradas peregrinando con el grupo de oracion y de la Mano del Movimiento Mariano Arcas Sagrados Corazones.. Gracias Señor por tanto Cariño dado a traves de Maria..

lunes, 11 de agosto de 2014

Oh Dios, que infundiste en santa Clara un profundo amor a la pobreza evangélica, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo a Cristo pobre, merezcamos llegar a contemplarte en tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.

Imagen del sitio Corazones.org



La Comunion con Cristo
Cristiano es quien ha sido conquistado por Cristo, cree en él, muerto y resucitado, Señor y Salvador, y pertenece a él porque posee su Espíritu. Con él vive una relación de amistad profunda y de comunión y diálogo continuo, de amigo a amigo y en la obediencia a su palabra. Clara tiene un amor apasionado por Cristo; está completamente arrebatada por su fascinación. Lo ensalza como esposo incomparable: «Su poder es más fuerte, su generosidad mayor, su belleza más seductora, su nombre más dulce, y todo favor suyo más exquisito» ; «su amor hace feliz, su contemplación reconforta y su benignidad colma. Su suavidad penetra totalmente al alma, y el recuerdo brilla dulcemente en la memoria»


† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 17, 22-27

Gloria a ti, Señor. Un día que estaban juntos en Galilea, Jesús dijo a sus discípulos:
"El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y le darán muerte, pero al tercer día resucitará".
Y se entristecieron mucho.
Cuando llegaron a Cafarnaún, se acercaron a Pedro los que cobraban el impuesto del templo y le dijeron:
"¿No paga su maestro el impuesto?"
Pedro contestó:
"Sí".
Al entrar Pedro en la casa, se anticipó Jesús a preguntarle:
"¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra ¿a quiénes cobran los impuestos y contribuciones: a los ciudadanos de su país o a los extranjeros?"
Pedro contestó:
"A los extranjeros".
Jesús le dijo:
"Por tanto, los ciudadanos de su país están exentos. Con todo, para que no se ofendan, ve al lago, echa el anzuelo y saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. La tomas y la das por mí y por ti".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.




Oremos a Dios Padre, por Jesucristo, su Hijo, que enriqueció a santa Clara con los dones y carismas del Espíritu Santo.

-Por la Iglesia, siempre en trance de renovación y de reforma: para que sea dócil a los impulsos del Espíritu.

-Por los religiosos y religiosas de vida contemplativa: para que en su vida y en sus obras sean ejemplo atrayente de sabiduría evangélica.

-Por las hijas espirituales de santa Clara: para que permanezcan fieles al carisma de su santa Madre y difundan su perfume donde se encuentren.

-Por toda la Familia Franciscana: para que alienten y no defrauden a quienes buscan a Cristo por el camino de Francisco y de Clara.

-Por los enfermos, los ancianos y los abandonados, los pobres y toda clase de indigentes: para que el ejemplo de Clara les lleve a unir sus sufrimientos a los de Cristo paciente.

Oración: Escucha, Señor, nuestras súplicas, que hoy te presenta santa Clara, abogada e intercesora nuestra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa Clara de Asis

Estas palabras resumen la vida y espíritu de Clara:

"Yo, Clara, sierva de Cristo, pequeña planta
de nuestro Padre Francisco" "Seguir a Cristo tras las huellas de San Francisco en
pobreza, humildad y caridad. Nadie ha realizado jamás
con mayor plenitud el ideal concebido por un hombre
como esta mujer" (Joergensen).

Nació en Asís (Italia) el año 1193 en el seno de una familia noble. Cuando san Francisco se convirtió a Dios y empezó a predicar, Clara lo escuchaba a gusto y se entrevistaba con él en secreto. La noche del Domingo de Ramos de 1211 ó 1212, Clara abandonó la casa paterna y se consagró a Dios en la Porciúncula en manos de Francisco. Acto seguido la acompañaron al monasterio de benedictinas de San Pablo de Bastia, de donde pasó más tarde a la iglesia del Santo Ángel de Panzo y luego a San Damián. Pronto la siguieron otras jóvenes, y con ellas, bajo la guía de Francisco, se formó en San Damián, a las afueras de Asís, la comunidad que se convertiría en la Orden de las Clarisas. Allí vivió Clara encerrada, en pobreza, oración y caridad, más de cuarenta años, gran parte de los cuales estuvo postrada en cama. Fue la madre y formadora, con su ejemplo y su palabra, de una gran familia monástica, parte esencial del carisma franciscano. La víspera de su muerte tuvo la alegría de ver aprobada por el Papa su Regla propia. Murió en San Damián el 11 de agosto de 1253, y la canonizó Alejandro IV el 15 de agosto de 1255.- 


Alabemos con gozo a Cristo, esposo y cordero inmaculado, al que siguen las vírgenes dondequiera que va, y supliquémosle diciendo:
Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos.

Oh Cristo, que elogiaste a los que permanecen vírgenes por el reino de los cielos,
-danos que entendamos tus palabras y te sirvamos con mente pura y cuerpo casto.

Tú que ofreciste al Padre el sacrificio de la cruz para salvación nuestra,
-haz que, crucificando nuestro cuerpo con sus vicios y concupiscencias, completemos en nosotros lo que falta a tu pasión.

Señor Jesucristo, a quien la Iglesia virgen guardó fidelidad intacta,
-concede a todos los cristianos la integridad y la pureza de la fe.

Tú que nos concedes hoy alegrarnos en la festividad de santa Clara virgen,
-concédenos también gozar siempre de su valiosa intercesión.

Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas,
-admite benigno a nuestros hermanos y hermanas franciscanas en el convite festivo de tu reino.

Padre nuestro.



Cántico de la Virgen María
Alegría del alma en el Señor

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.






El Señor os bendiga y os guarde.
Amén.

Haga brillar su rostro sobre vosotros y os conceda su favor.
Amén.

Vuelva su mirada a vosotros y os conceda la paz.
Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
Amén.


Fuente Franciscanos.org